Una investigaci¨®n sobre evasi¨®n de impuestos pone en aprietos a Juncker
El Gobierno del ahora presidente de la Comisi¨®n permiti¨® a 340 empresas limitar su factura
Una tormenta pol¨ªtica se cierne sobre el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, seis d¨ªas despu¨¦s de asumir el cargo. La revelaci¨®n de un controvertido marco fiscal que permite a cientos de multinacionales afincarse en Luxemburgo y reducir a niveles testimoniales su tributaci¨®n pone en apuros a Juncker, primer ministro luxemburgu¨¦s durante 18 a?os y tambi¨¦n ministro de Finanzas en la ¨¦poca en que se firmaron esos acuerdos con las empresas. La Comisi¨®n, ahora liderada por Juncker, anunci¨® este jueves que ampliar¨¢ las investigaciones ya abiertas contra Luxemburgo y otros pa¨ªses por pr¨¢cticas similares si encuentra motivos para hacerlo, sin prejuzgar la decisi¨®n definitiva.
La ingenier¨ªa fiscal drena las arcas estatales
La ingenier¨ªa fiscal es la mayor amenaza para las arcas p¨²blicas del siglo XXI. La investigaci¨®n internacional sobre el caso luxemburgu¨¦s revela una pr¨¢ctica muy generalizada para las multinacionales en diversos puntos del planeta. En este caso, el cliente estaba representado por un asesor de la consultora PriceWaterhouseCoopers, que se reun¨ªa con las autoridades belgas para obtener el sello de conformidad a la elusi¨®n fiscal. Eso permite a las compa?¨ªas no tener que enfrentarse a posibles alegaciones posteriores (aunque la Comisi¨®n Europea siempre tiene la posibilidad de rastrear esos acuerdos como posibles ayudas de Estado discriminatorias).
El mecanismo por el cual cientos de multinacionales pueden acabar reconduciendo sus beneficios de manera que solo tributen en Luxemburgo, no en el lugar donde fueron generados, trae de cabeza a las Haciendas europeas (tambi¨¦n a la espa?ola, que en los ¨²ltimos a?os ha abierto investigaciones contra varios gigantes, entre ellos Google). Las empresas fijan su matriz en Luxemburgo y crean una mara?a de filiales que pueden ir transfiriendo sus activos al pa¨ªs con tributaci¨®n m¨¢s ventajosa. Al final, ni siquiera est¨¢ claro que acaben pagando algo en ese destino, sino que pueden derivarlo a para¨ªsos fiscales donde el pago sea inexistente.
Un ejemplo tipo de estas pr¨¢cticas abusivas es la concesi¨®n de un pr¨¦stamo que una matriz hace a su filial para una operaci¨®n econ¨®mica. La filial tendr¨¢ que abonar a la matriz intereses por esas cantidades prestadas, pero podr¨¢ deducirse los intereses de la suma que tenga que abonar a Hacienda. Esas deducciones mermar¨¢n considerablemente la factura que la filial tuviera que pagar al fisco en concepto de impuesto de sociedades.
En otros casos, las filiales en pa¨ªses con una tributaci¨®n normal son legalmente meras prestatarias de servicios de las matrices, que les abonan una comisi¨®n y les retiran todos los ingresos para transferirlos donde m¨¢s conviene por cuestiones fiscales.
En el caso luxemburgu¨¦s, una sola persona, Marius Kohl, con 37 a?os de servicio en la Administraci¨®n fiscal, estamp¨® su firma sobre los 548 acuerdos filtrados a los periodistas de investigaci¨®n y que daban a las compa?¨ªas la tranquilidad de no ver cuestionadas estas pr¨¢cticas. Con la ventaja, adem¨¢s, de que esos documentos no est¨¢n expuestos al escrutinio p¨²blico porque son secretos. Bruselas pidi¨® en julio conocer algunos de esos pactos, una medida considerada abusiva por el ministro luxemburgu¨¦s de Finanzas. ¡°?Se puede pedir a los Estados miembros que comuniquen todas las decisiones fiscales? Me parece excesivo, va m¨¢s all¨¢ de lo previsto¡±, se defendi¨® este jueves Pierre Gramegna. Lejos de aceptar la decisi¨®n, el ministro anunci¨® que su pa¨ªs ha recurrido al Tribunal Europeo de Justicia ¡ªcon sede precisamente en Luxemburgo¡ª esa demanda de informaci¨®n fiscal.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n divulg¨® este jueves en una treintena de diarios un extenso trabajo que demuestra que las pr¨¢cticas para favorecer la evasi¨®n fiscal en Luxemburgo van m¨¢s all¨¢ de casos concretos como los que investiga Bruselas. Al menos 340 multinacionales ¡ªentre ellas, Pepsi, Ikea o Deutsche Bank¡ª se han beneficiado de acuerdos ad hoc, bendecidos por las autoridades fiscales luxemburguesas, que les han permitido eludir el grueso de su tributaci¨®n por beneficios.
Las compa?¨ªas pod¨ªan llegar a pagar un 2% sobre sus ganancias, frente al 28,6% que rige en Luxemburgo (o el 21% de media europea si se tiene en cuenta que muchas de esas cantidades tendr¨ªan que tributar en el pa¨ªs europeo donde se genera la actividad econ¨®mica de la empresa, no en Luxemburgo). Los diarios que han investigado estos documentos estiman en varios miles de millones de euros las p¨¦rdidas potenciales para las arcas p¨²blicas, cantidades nada desde?ables, especialmente en un marco de continuos recortes presupuestarios en toda Europa. Y los investigadores advierten de que podr¨ªa haber mucho m¨¢s.
Esos pactos fiscales se firmaron entre los a?os 2008-2010, coincidiendo con el periodo en que Juncker compatibiliz¨® su labor de primer ministro con la de ministro de Finanzas, cartera que ocup¨® desde 1989, con competencias directas sobre fiscalidad. Aunque su portavoz en la Comisi¨®n intent¨® este jueves desvincular esas decisiones de la acci¨®n directa de Juncker, las probabilidades de que el titular de Finanzas conociera ese marco en un pa¨ªs de 550.000 habitantes son elevadas.
El nuevo presidente de la Comisi¨®n Europea evit¨® este jueves dar explicaciones y anul¨® el ¨²nico acto p¨²blico que ten¨ªa en Bruselas, para enfado de los organizadores, que se quejaron en un comunicado. El d¨ªa anterior hab¨ªa comparecido ante la prensa y un periodista le pregunt¨® precisamente por la investigaci¨®n que ya abri¨® Bruselas en julio sobre posibles abusos en el marco fiscal ventajoso ofrecido a varias empresas. "Me abstendr¨¦ en este asunto. Y no lo voy a frenar porque me parecer¨ªa indecente", declar¨®. Su portavoz se remiti¨® a estas palabras, aunque record¨® el derecho de la Comisi¨®n a investigar m¨¢s all¨¢ si encuentra elementos relevantes.
Eso es lo que estudia en estos momentos la nueva comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. La sucesora de Joaqu¨ªn Almunia asegur¨® en un comunicado que a¨²n no ha decidido si las nuevas informaciones implicar¨¢n una nueva l¨ªnea de investigaci¨®n por parte de Bruselas.
Pese a la barrera de contenci¨®n que intent¨® construir el Ejecutivo comunitario, el grueso de grupos pol¨ªticos en el Parlamento Europeo exigen explicaciones a Juncker. En nombre de la instituci¨®n, el presidente de la Euroc¨¢mara, Martin Schulz, pidi¨® a la Comisi¨®n Europea "que examine estos casos para determinar si infringen la legislaci¨®n y tome medidas r¨¢pidamente si es necesario". Socialdem¨®cratas, liberales, la izquierda unitaria y los verdes exigieron tambi¨¦n que Juncker explique lo ocurrido. Sin aludir al presidente, el ministro alem¨¢n de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, asegur¨® que Luxemburgo "puede hacer m¨¢s" contra estas pr¨¢cticas, mientras su hom¨®logo franc¨¦s, Michel Sapin, sentenci¨®: "No son aceptables para nadie".
El caso explota solo seis d¨ªas despu¨¦s del estreno de la Comisi¨®n Europea
Quienes no pudieron eludir las explicaciones fueron los actuales responsables del Gobierno luxemburgu¨¦s. El primer ministro, Xavier Bettel, asegur¨® que esas pr¨¢cticas "son conformes a las reglas nacionales e internacionales". Argumentos similares emple¨® en Bruselas el ministro de Finanzas, Pierre Gramegna, que hab¨ªa convocado a los periodistas para vender las excelencias del fin del secreto bancario que su pa¨ªs aplicar¨¢ el pr¨®ximo 1 de enero y tuvo que cambiar r¨¢pidamente su discurso hacia un terreno mucho m¨¢s pantanoso.
En una sala abarrotada de periodistas extranjeros, Gramegna admiti¨® que a veces "lo que es legal puede no ser ¨¦ticamente compatible con la norma" y se declar¨® dispuesto a colaborar con Bruselas. En todo caso, se escud¨® en que muchos otros pa¨ªses tienen esquemas similares y manifest¨® su intenci¨®n de mantener el modelo: "Esto no lo puede resolver un pa¨ªs solo, tiene que hacerlo en cooperaci¨®n con el resto".
El problema de fondo reside en una batalla fiscal ¡ªen buena medida desleal¡ª que han emprendido varios pa¨ªses en los ¨²ltimos a?os para intentar atraerse la jugosa inversi¨®n de las multinacionales. M¨¢s all¨¢ de ofrecer tipos muy bajos sobre el impuesto de sociedades ¡ªel caso irland¨¦s, con el 12,5% sobre las ganancias, ha sido muy cuestionado¡ª algunos Gobiernos han puesto en marcha acuerdos que permiten a las empresas hacer una interpretaci¨®n abusiva de las ventajas fiscales para acabar reduciendo pr¨¢cticamente a cero su tributaci¨®n. Los pa¨ªses logran mantener estos dudosos esquemas recurriendo al miedo econ¨®mico: si se eliminan, el capital huir¨¢ a otros pa¨ªses que los mantengan.
El l¨ªder de la UE era primer ministro y titular de Finanzas durante los hechos
La Comisi¨®n Europea opta por abordar el asunto de manera parcial, como si se tratase de un problema de competencia, cuando en realidad es un asunto de pura fiscalidad. Bajo el mandato de Almunia, que concluy¨® la semana pasada, Competencia abri¨® investigaciones formales contra Irlanda, Holanda y Luxemburgo por estas pr¨¢cticas, adem¨¢s de pedir informaci¨®n a otros Estados por razones similares. En el caso de Luxemburgo, hay dos investigaciones abiertas y afectan a los tratos favorables que su Hacienda procur¨® a Amazon y a la filial financiera de Fiat.
La ¨²nica v¨ªa que encuentra Bruselas de prohibir estos tratos es demostrar que son ayudas de Estado que distorsionan el libre mercado, pues otras compa?¨ªas no tienen la oportunidad de acogerse a las mismas reglas.
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