El ed¨¦n perfecto de las multinacionales

La reciente filtraci¨®n del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (Luxleaks) ha puesto de manifiesto un fen¨®meno de enorme gravedad y proporciones: la elusi¨®n fiscal corporativa. La merma de las arcas p¨²blicas por esta causa es significativa, especialmente en los pa¨ªses en desarrollo. Action Aid estima que ¨¦stos pierden cada a?o 104.000 millones de d¨®lares.

La contribuci¨®n fiscal media de las 340 empresas afectadas por el Luxleaks (entre las que se encuentran IKEA, Volkswagen o Pepsi) es del 2% y, en los casos m¨¢s extremos, no supera el 1%. Es importante tener en cuenta que la media del impuesto de sociedades en la UE es del 22%.

Piezas clave en esta ingente industria de la elusi¨®n fiscal son los para¨ªsos fiscales. En la UE el lugar de honor del ranking lo ocupa Luxemburgo, que se ha dedicado a firmar "acuerdos preferenciales" y secretos (tax rulings) con numerosas empresas para atraer la inversi¨®n. Y lo ha hecho con bastante ¨¦xito. Luxemburgo es, tras EE?UU, el segundo centro de inversi¨®n mundial.

La mayor¨ªa de estos "acuerdos preferenciales" fueron negociados cuando Jean-Claude Juncker era primer ministro o ministro de Finanzas en Luxemburgo. Es comprensible que el hecho de que ahora ocupe la presidencia de la Comisi¨®n levante cierta desconfianza. No parece de recibo que en el coraz¨®n del llamado mercado ¨²nico europeo un pa¨ªs se dedique a hacer competencia fiscal desleal a sus socios.

Y es que Luxemburgo ofrece un marco privilegiado para la constituci¨®n, por razones exclusivamente fiscales, de empresas holding sin actividad sustancial. Es una jurisdicci¨®n clave dentro de las estructuras de elusi¨®n que dise?an determinadas empresas, con la ayuda de consultoras cualificadas, como PriceWaterhouseCoopers. Estas tramas, que incluyen a filiales en diversos pa¨ªses, comportan una reorganizaci¨®n artificial de las transnacionales. El objetivo no es otro que la reducci¨®n dr¨¢stica de la factura fiscal del grupo.

Los "incentivos" del r¨¦gimen luxemburgu¨¦s tienen que ver con un tratamiento muy favorable a los dividendos de fuente extranjera (con retenciones muy reducidas) y otros beneficios fiscales para los ingresos provenientes de royalties. Las empresas logran deducirse p¨¦rdidas en los pa¨ªses de alta fiscalidad como Espa?a y pagar muy poco por los ingresos que declaran en pa¨ªses como Luxemburgo. El problema es que con estas "t¨¦cnicas" los beneficios se trasladan artificialmente de los pa¨ªses donde se generan hacia para¨ªsos fiscales como Luxemburgo.

Esperemos que la reforma en curso del sistema fiscal internacional, capitaneada por el G20, ayude a los Estados a gravar los beneficios de las multinacionales. La UE tambi¨¦n deber¨ªa jugar un papel fundamental. Sin embargo, los antecedentes del actual presidente de la Comisi¨®n Europea no invitan al optimismo.

Jos¨¦ Luis Escario es responsable de Fiscalidad en el Sector Privado en la ONG Oxfam Interm¨®n.