Coletazos de la corrupci¨®n
Los esc¨¢ndalos en Brasil, Per¨² y Colombia coinciden en su manejo medi¨¢tico
Pesos pesados acusados y detenidos por corrupci¨®n en Brasil y Per¨² tras grandes esc¨¢ndalos no son hoy monopolio de ning¨²n pa¨ªs o regi¨®n. Est¨¢n tan globalizados como Internet o los jeans. Y ya que la informaci¨®n corre m¨¢s r¨¢pido que nunca, suelen convertirse en noticia internacional. Es lo que ha pasado esta semana con dos operaciones policiales ocurridas por acciones judiciales contra la corrupci¨®n, una en Brasil y la otra en Colombia y Per¨².
En uno de los mayores esc¨¢ndalos en Brasil, destac¨® la detenci¨®n de m¨¢s de 20 altos directivos de Petrobras y de empresas constructoras a quienes se investiga por desv¨ªo de recursos p¨²blicos. En Colombia, la polic¨ªa detuvo a un peruano ¡ªRodolfo Orellana¡ª y lo expuls¨® a Lima, acusado de ser la cabeza de una poderosa red de corrupci¨®n que habr¨ªa penetrado la justicia, la pol¨ªtica, la prensa y la polic¨ªa en Per¨². Siendo hechos muy distintos entre s¨ª, guardan tres elementos en com¨²n que ilustran bien sobre la naturaleza, manejo medi¨¢tico y repercusiones pol¨ªticas de este fen¨®meno.
En primer lugar, son situaciones en las que la acusaci¨®n ¡ªo, al menos, la materia investigada¡ª, toca o se acerca a espacios relevantes del poder pol¨ªtico en cada pa¨ªs. No incumbe al alcalde de una aldea alejada, sino a personajes de alta relevancia en el escenario pol¨ªtico nacional. En cualquier sociedad, algo as¨ª genera impacto medi¨¢tico al margen de si, al final de la historia, las acusaciones o sospechas pueden comprobarse o no.
En segundo lugar, los medios de comunicaci¨®n. Algunos de los cuales, en el caso peruano, advirtieron previsoramente sobre la red Orellana desde mucho antes que el poder p¨²blico se pusiera en acci¨®n. Pero, m¨¢s all¨¢ de ello, destaca el efecto multiplicador que a?aden los medios a la dimensi¨®n de esos asuntos que, de por s¨ª, no es poca. Las primeras, segundas y terceras planas pasan a ser la noticia, lo que tiene algo de l¨®gica ya que son hechos de indudable importancia y que, adem¨¢s, son medi¨¢ticamente atractivos. Se mezcla as¨ª el inter¨¦s en noticias sobre gente que se apropia de muchos millones con algo de ¡°morbo¡± por los detalles de operaciones supuestamente delictivas.
En el manejo de titulares y de la informaci¨®n por algunos medios relevantes de la regi¨®n no hay s¨®lo un uso leg¨ªtimo de los hechos para atraer lectores o televidentes
Sin embargo, hay algo m¨¢s. En el manejo de titulares y de la informaci¨®n por algunos medios relevantes de la regi¨®n no hay s¨®lo un uso leg¨ªtimo de los hechos para atraer lectores o televidentes. Estoy pensando en una ¡°agenda¡± m¨¢s o menos visible en ciertos titulares o l¨ªneas informativas sistem¨¢ticamente orientadas a ¡°conectar¡± ¡ªa veces con algo de ¡°gimnasia¡±¡ª el esc¨¢ndalo con cabezas del poder p¨²blico y, en especial, con las del Ejecutivo. No insin¨²o que all¨ª est¨¦ ¡°la causa¡± de las protestas sociales en Brasil o la mayor desafecci¨®n al Gobierno de turno en Per¨², pero no hay duda de que opera como elemento retroalimentador de una visible intenci¨®n de golpear al poder central.
As¨ª, las ruidosas y confrontativas manifestaciones en S?o Paulo y otras ciudades se alimentan y, a la vez, son la noticia en los medios hegem¨®nicos, que parecer¨ªan escoger con cuidado ciertas consignas a ser resaltadas: las que apuntan a la presidencia. En Per¨², la popularidad de Humala ha bajado esta semana. De acuerdo a la propia encuestadora, los preguntados respondieron sobre hechos atribuidos a Humala y sobre sus supuestos nexos con la red Orellana, ¡°seg¨²n publicaciones period¨ªsticas¡± y no sobre informaci¨®n factual verificada.
El tercer aspecto a resaltar parece perderse de vista: hechos policiales y judiciales por obra de instituciones p¨²blicas que, en otros contextos hist¨®ricos, dif¨ªcilmente hubieran actuado con tanta energ¨ªa en la operaci¨®n Lava Jato en Brasil o el Grupo Ori¨®n de fiscales y polic¨ªas peruanos. En medio del desasosiego de denuncias sobre grave corrupci¨®n, esto aparece como una esperanza frente a la impunidad.
Instituciones a¨²n d¨¦biles y perfectibles, s¨ª. Pero sea por una justicia que se vigoriza o por presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, en ambos pa¨ªses los fiscales acaban meti¨¦ndose en temas espinosos. A los medios les corresponde la vigilancia sobre su conducta; distinto es usar hegemon¨ªas medi¨¢ticas para presentar las propias opiniones como ¡°dato¡± proveniente de la opini¨®n p¨²blica.
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