Poder blando
El presidente de EE UU necesita levantar alguna bandera con la que pasar a la historia
De la necesidad virtud. Obama no ten¨ªa m¨¢s remedio, tras la paliza electoral sufrida el 4 de noviembre, que contraatacar para rescatar de la irrelevancia a su presidencia en los dos ¨²ltimos a?os que le quedan en la Casa Blanca. Usando sus prerrogativas ejecutivas sacar¨¢ del limbo de la ilegalidad a cinco millones de inmigrantes, en su gran mayor¨ªa latinos, de un total de 11 millones de extranjeros indocumentados que se mueven por el pa¨ªs. El 87% est¨¢ trabajando, m¨¢s de la mitad posee una casa y lleva 10 a?os viviendo en EE UU, cuatro millones de ellos tienen hijos nacidos all¨ª.
El presidente, que no ha estado a la altura de las expectativas suscitadas por su elecci¨®n en 2008, confronta al Congreso y desaf¨ªa al Partido Republicano que ha vetado la posibilidad de aprobar una ley integral de inmigraci¨®n. Los padres fundadores del pa¨ªs, nacido de una rebeli¨®n contra la metr¨®poli brit¨¢nica y su monarca, decidieron someter al jefe del Estado a un juego de contrapoderes para evitar que se convirtiera en un tirano capaz de imponer su voluntad. Obama no tiene nada que perder y necesita levantar alguna bandera con la que pasar a la historia. El presidente reflexivo, que no se compromete del todo con causa alguna, cauto hasta el nivel de la inacci¨®n, sabe que la v¨ªa de la conciliaci¨®n con los conservadores est¨¢ agotada. Los republicanos controlan ya las dos c¨¢maras del Congreso.
Con esta regularizaci¨®n parcial: temporal, no permite a sus beneficiarios acceder a la ciudadan¨ªa, paliativa, el presidente afirma su autoridad, discutida y ninguneada desde que accedi¨® a la Casa Blanca. Abre un debate sobre los l¨ªmites del poder presidencial: el Tea Party ya clama que EE?UU no es una rep¨²blica bananera y su presidente no es un emperador. Aunque lo haga por decreto, no act¨²a ilegalmente. Es una victoria del sentido com¨²n sobre la crueldad, del orden legal sobre un status quo ca¨®tico, afirma un editorial del New York Times.
Obama logra tambi¨¦n redefinir la elecci¨®n presidencial de 2016 y consolidar la coalici¨®n dem¨®crata de minor¨ªas que logr¨® aglutinar en sus dos campa?as. El peligro que enfrenta el Partido Republicano es perder a las minor¨ªas de latinos, y americanos de origen asi¨¢tico por otra generaci¨®n, como perdieron a los afroamericanos tras la recuperaci¨®n de los derechos civiles en los a?os sesenta. En las pasadas elecciones de medio mandato, el 62% de los hispanos votaron dem¨®crata; en 2040 los blancos no hispanos dejar¨¢n de ser mayor¨ªa en EE UU.
Las grandes cadenas de televisi¨®n, las de la mayor¨ªa wasp (acr¨®nimo en ingl¨¦s de blanco, anglosaj¨®n y protestante), no dieron en la madrugada del viernes, hora espa?ola, el discurso de Obama en directo; s¨ª lo hicieron las latinas Univisi¨®n y Telemundo. Estados Unidos es un pa¨ªs mestizo, que afirma su futuro multi¨¦tnico. La mejor medicina para enfrentar su percibido declive, el verdadero poder blando de esta naci¨®n, es la confirmaci¨®n de que todav¨ªa los desheredados de los cinco continentes aspiran a vivir en EE UU. Es el esp¨ªritu del poema de Enma Lazarus en la estatua de la Libertad, en Nueva York:
"Dadme tus cansados, tus pobres / tus masas amontonadas ansiosas de libertad / los despose¨ªdos".
fgbasterra@gmail.com
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