¡°Vamos a seguir luchando. Es una victoria incompleta¡±
Los 'dreamers' reconocen como un triunfo, aunque agridulce e insuficiente, la iniciativa migratoria de Obama
United We Dream, la organizaci¨®n que ampara a los j¨®venes indocumentados de Estados Unidos, los dreamers o so?adores, naci¨® en 2008 producto de una derrota: la DREAM Act, una reforma frustrada que deb¨ªa garantizar el acceso a la educaci¨®n a los sin papeles y abrirles un camino hacia la ciudadan¨ªa. Desde entonces, los so?adores no conocen el fracaso, pese a que sus victorias tienen siempre un sabor agridulce. La iniciativa del presidente Barack Obama sobre inmigraci¨®n es, en gran medida, deudora del trabajo de los activistas de United We Dream, como lo fue el programa DACA, que impide la deportaci¨®n de estudiantes indocumentados. Pero la lucha, dicen sus miembros, no ha hecho m¨¢s que empezar.
?¡°Es un victoria grande, pero una victoria incompleta¡±, explica a EL PA?S Cristina Jim¨¦nez, ecuatoriana de 30 a?os, l¨ªder de United We Dream y una de las personas j¨®venes m¨¢s influyentes de Estados Unidos. ¡°Cinco millones de beneficiados son muchos, pero otros siete millones se han quedado fuera. Aunque lo asumimos y celebramos como un ¨¦xito, tambi¨¦n nos sentimos defraudados. Tuvimos la misma sensaci¨®n cuando conseguimos DACA. No fue una victoria completa, pero cambi¨® la vida a cientos de miles de personas. Fue doloroso no conseguir todo lo que ped¨ªamos, pero tambi¨¦n mucha gente pudo levantarse un d¨ªa sin miedo a ser deportada¡±, a?ade.?
Seis a?os despu¨¦s de su nacimiento, United We Dream es un actor fundamental en la cuesti¨®n migratoria en Estados Unidos. Los colectivos estudiantiles de indocumentados surgidos en la primera d¨¦cada del nuevo siglo, desconectados entre s¨ª, limitados a sus ciudades o condados, se han convertido en una organizaci¨®n en red que da la batalla por todos los inmigrantes sin papeles, que tiene sedes en la mitad de los Estados, que trabaja para formar l¨ªderes pol¨ªticos capaces de ser elegidos para puestos de relevancia desde los que defender sus objetivos y que, tal vez lo m¨¢s importante, fiscaliza el cumplimiento de las reformas legales.
¡°Hemos luchado muy duro hasta llegar hasta aqu¨ª y ahora no vamos a parar. La iniciativa de Obama es temporal. El pr¨®ximo presidente puede anularla. Vamos a defenderla y ayudar a que se cumpla. Queda mucha gente vulnerable. Nuestros padres, los padres de los dreamers, siguen siendo deportables. Sigue el drama para ellos y para nosotros. Esto no es el final de nada. Es solo el principio¡±, defiende Jim¨¦nez.
Los problemas administrativos de la aplicaci¨®n de la iniciativa de Obama no son un tema menor. Los beneficiados van a tener que hacer tr¨¢mites complejos, contratar abogados, presentar documentos... Muchos no culminar¨¢n el camino, temerosos del car¨¢cter unilateral y temporal de la acci¨®n. Hasta ahora, buena parte de esa cobertura la ofrec¨ªan organizaciones como United We Dream. Est¨¢ por ver que la Administraci¨®n responda con medios y eficiencia. Una mala aplicaci¨®n de la ley puede provocar m¨¢s frustraci¨®n que una ley inexistente, advierten los dreamers.
En los ¨²ltimos meses, United We Dream ha centrado su estrategia en presionar a los pol¨ªticos en actos p¨²blicos para que se posicionaran sobre le reforma migratoria
Julieta Garibay, mexicana de 34 a?os, cofundadora de United We Dream, considera fundamental la labor que su organizaci¨®n realiza en la prestaci¨®n de asesor¨ªa legal e informaci¨®n. Es la mejor manera, afirma, de superar el alcance limitado de la iniciativa presidencial. Garibay conoce a varias personas que confiaban en verse amparadas por la reforma, una de ellas un familiar cercano, pero han quedado excluidas. ¡°Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, una enorme felicidad por esos cinco millones que tendr¨¢n vida fuera de las sombras; por otro, frustraci¨®n, dolor, tristeza...¡±.
Tanto Cristina como Julieta tiene residencia legal en Estados Unidos. Cada una por una circunstancia distinta, las dos desgraciadas. La primera se acogi¨® a una visa especial para v¨ªctimas del crimen organizado cuando su pareja fue atacada por una pandilla en Nueva York. La segunda, como v¨ªctima de la violencia dom¨¦stica. Su pareja le maltrataba. ¡°En los pr¨®ximos dos a?os vamos a seguir creciendo y vamos a defender que se aplique bien la reforma. Nuevos l¨ªderes van a salir de las sombras y luchar por nuestra comunidad. Soy optimista. Lo sucedido demuestra que nuestro trabajo sirve, que tenemos fuerza. Hay que seguir. Esto es s¨®lo el principio¡±, afirma Garibay.
En los ¨²ltimos meses, United We Dream ha centrado su estrategia en presionar a los pol¨ªticos en actos p¨²blicos para que se posicionaran sobre le reforma migratoria. Ahora tienen que dar la batalla para que en los dos a?os que quedan para las elecciones presidenciales de 2016, en las que el voto latino volver¨¢ a ser fundamental, la iniciativa de Obama se consolide. Y en el plazo m¨¢s inmediato, como reclama el presidente, presionar para que los republicanos desbloqueen la reforma migratoria integral bipartidista de 2013, bloqueada desde entonces.
Jim¨¦nez desconf¨ªa de los republicanos, que a partir de enero tendr¨¢n el control del Congreso. ¡°No creo que el problema se solucione con m¨¢s vallas en la frontera, como piden ellos. Creo que seguir¨¢n atac¨¢ndonos. No les veo con voluntad de encontrar una soluci¨®n, as¨ª que me temo que, como comunidad, vamos a tener que seguir defendi¨¦ndonos¡±.
De la misma opini¨®n es la l¨ªder m¨¢s joven del colectivo de so?adores, Hareth Andrade, boliviana de 21 a?os. ¡°Necesitamos una reforma permanente. El pr¨®ximo presidente puede dar marcha atr¨¢s a la orden de Obama y todo nuestro trabajo no habr¨ªa servido para nada. No vamos a bajar los brazos¡±, afirma.
Andrade fue noticia el pasado a?o cuando lanz¨® una campa?a en las redes y en actos p¨²blicos para impedir que su padre fuera deportado. Lo consigui¨®. Un v¨ªdeo suyo, leyendo un poema titulado America en una reuni¨®n de centrales sindicales de EE UU, dio la vuelta al mundo. Ahora, sus padres pueden ampararse en la iniciativa de la Casa Blanca gracias a que la hermana peque?a de Hareth naci¨® en Washington y tiene la ciudadan¨ªa estadounidense. ¡°La pasada noche nos reunimos en casa para ver el discurso de Obama. Fue un momento de celebraci¨®n, pero tambi¨¦n de llanto porque en la misma sala, junto a mis padres, hab¨ªa otros que no pod¨ªan acogerse a la reforma¡±, recuerda la joven.
Es el caso de Mar¨ªa Fernanda Cabello, mexicana de 23 a?os y residente en Austin (Texas). ¡°Es un sentimiento mezclado, agridulce. Mis padres no pueden acogerse a la reforma, como los de todos los dreamers. Mi madre, llorando, me dijo que no me preocupara, que nuestra pr¨®xima victoria les permitir¨¢ conseguir los papeles¡±, explica. ¡°Tengo confianza en mi comunidad. En nadie m¨¢s. S¨¦ que ellos y nosotros vamos a seguir luchando¡±.
Ese es el compromiso de Felipe Sousa, brasile?o de 28 a?os. Su hermana lleva dos d¨¦cadas en Florida. Tiene dos hijos estadounidenses. Podr¨¢ acogerse a la iniciativa de Obama. ¡°Para m¨ª es un momento hist¨®rico. Pero esta es una lucha a largo plazo. La decisi¨®n de Obama es un s¨ªmbolo de nuestro poder y del trabajo que hemos hecho. Casi cinco millones de personas regularizadas temporalmente es mucha gente. Pero tenemos que seguir ah¨ª. Tenemos que seguir caminando como una naci¨®n unida¡±, explica a EL PA?S desde Miami, donde reside.
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