La corrupci¨®n de Petrobras sacude Brasil
Los arrepentidos revelan a la justicia el rastro de sobornos de la mayor empresa p¨²blica latinoamericana
El sistema es simple, diab¨®lico y eficaz: un acusado de corrupci¨®n ve rebajada su pena si delata a otros implicados que, a su vez, se pueden acoger al mismo trato, con lo que el caso se ramifica hasta el infinito. Es la manera que tiene el juez brasile?o S¨¦rgio Moro de remontar el rastro de la millonaria corrupci¨®n que atraviesa de arriba abajo la mayor empresa p¨²blica de Latinoam¨¦rica, la petrolera Petrobras, y que sacude el pa¨ªs.
Los ingredientes del caso son infinitos: contratos de millones de reales ama?ados, obras de construcci¨®n de refiner¨ªas sobrefacturadas, cuentas bancarias repentinamente vaciadas para que no sean embargadas, arrepentidos que se avienen tras pagar 30 millones de euros, maletines con billetes que vienen y van, aviones privados llevando para ac¨¢ y para all¨¢ sumas mareantes de dinero, un tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) implicado en la trama e intermediarios que se entregan tras pasar d¨ªas ocultos de la polic¨ªa. Y, adem¨¢s, varios de los mayores empresarios del pa¨ªs, presos en el mismo penal acusados de soborno, compartiendo c¨¢rcel y destino con el delator, Alberto Youssef, que todo lo sabe y todo lo cuenta¡
El sonoro sobrenombre que la Polic¨ªa Federal de Brasil puso a la ¨²ltima fase de la operaci¨®n, el Juicio Final, es sintom¨¢tico. Todo gira ahora en Brasil en torno a esta gigantesca empresa p¨²blica y a las revelaciones ponzo?osas que llegan cada ma?ana.
Hay, por el momento, 16 detenidos. El exdirector de abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa, y dos directivos de una empresa suministradora, adscritos todos al programa de ¡°delaci¨®n premiada¡± (rebaja de pena a cambio de delatar al resto), cumplen condena en su casa. Los otros 13 (empresarios, directivos, altos ejecutivos, otro exdirector de Petrobras y el cuarto delator, el cambista Alberto Youssef) habitan juntos un penal de Curitiba. Youssef, eso s¨ª, en celda aparte: su abogado no las tiene todas consigo sobre su integridad f¨ªsica, dado que se ha convertido en el blanco a abatir.
Todos est¨¢n acusados de alimentar un esquema archiconocido: los altos cargos de Petrobras recib¨ªan sobornos por parte de las empresas a fin de asegurarse los contratos. Figuras marginales se mov¨ªan de un lado a otro con maletines para engrasar una m¨¢quina que lleg¨® a mover m¨¢s de 10.000 millones de reales (m¨¢s de 3.300 millones de euros). Nadie sabe la suma real. Las empresas implicadas ten¨ªan (y tienen) contratos por valor de 60.000 millones de reales (20.000 millones de euros). ?Pero cu¨¢nto se queda por el camino? ?El 10%?, ?el 20%?, ?el 50%? El exdirector Costa y el cambista Youssef aseguran que los partidos pol¨ªticos, entre ellos el PSDB y el PT de Lula y Dilma Rousseff, se llevaban su parte, que ascend¨ªa al 3%.
Petrobras, con sus 86.000 empleados, no es una empresa cualquiera: refina el 98% de la gasolina que se consume en Brasil, comercia con cerca de 20.000 empresas que le surten de todo tipo de productos y ella misma es responsable de un d¨¦cimo de todas las inversiones que se acometen en Brasil. De ah¨ª que al Gobierno, noqueado por la crisis, adem¨¢s de la repercusi¨®n pol¨ªtica del caso le preocupe la resaca econ¨®mica e, incluso, la social. De las diez mayores empresas de ingenier¨ªa y construcci¨®n del pa¨ªs, s¨®lo dos no est¨¢n envueltas en el esc¨¢ndalo Petrobras. De ah¨ª que haya quien asegure que existe un riesgo cierto de que se paralicen las principales obras p¨²blicas en marcha; en una palabra: que el pa¨ªs se pare. As¨ª lo asegur¨® el jueves Jos¨¦ Costa Neto, el presidente de la principal empresa el¨¦ctrica brasile?a, Eletrobras, controlada por el Gobierno. Ese mismo d¨ªa, el gobernador de Para¨ªba, Ricardo Coutinho, tras una entrevista con la recientemente reelegida Dilma Rousseff, a?ad¨ªa: ¡°La presidenta est¨¢ preocupada sobre qu¨¦ va a pasar con las obras. Y yo, como gobernador, tambi¨¦n. Imag¨ªnese lo que significar¨ªa ahora paralizar, por ejemplo, la construcci¨®n de los canales de S?o Francisco¡±.
Uno de los abogados de los detenidos aseguraba esta semana, despu¨¦s de visitar a su cliente, que el soborno era inevitable: ¡°Si no, no sal¨ªa la obra. Si alguien desconoce esto, desconoce la historia de este pa¨ªs¡±. El empresario Ricardo Semler, de 55 a?os, en una reciente columna en Folha de S?o Paulo titulada Nunca se roubou t?o pouco (Nunca se rob¨® tan poco) escribe: ¡°No siendo del PT y s¨ª tucano [del PSDB, partido del liberal A¨¦cio Neves, que perdi¨® las ¨²ltimas elecciones ante Rousseff] quiero dejar claro que esta ola de encarcelamiento de ejecutivos es un paso hist¨®rico para este pa¨ªs. Nuestra empresa dej¨® de vender equipamientos a Petrobras en los a?os setenta. Era imposible vender directamente sin soborno. Lo intentamos de nuevo en los a?os ochenta, noventa e incluso recientemente. En 40 a?os de persistentes tentativas, no hicimos nada¡±.
Otro abogado de los detenidos, al ser preguntado sobre las consecuencias ¨²ltimas del caso, respondi¨®: ¡°No s¨¦ d¨®nde va a acabar esto¡±. El fiscal general de la Rep¨²blica, Rodrigo Janot, en una reciente entrevista a Folha de S?o Paulo, a?adi¨®: ¡°Esto es como un reguero de p¨®lvora. Cuando uno comienza a hablar, el otro dice: ¡®?Qu¨¦ pasa: que todo va a ser para m¨ª?¡¯. Y ah¨ª mismo comienza a hablar a su vez¡±.
Las ramificaciones pol¨ªticas son imprevisibles: Costa y Youssef acusan directamente al tesorero del PT, Jo?o Vaccari, de llevarse sobornos para sufragar las campa?as pol¨ªticas de su partido. Tambi¨¦n han se?alado a otros intermediarios de otros partidos. Mientras, la presidenta Rousseff, en Brasilia, capea el temporal como puede, sin dejarse ver mucho, abraz¨¢ndose a la tesis que ya defendi¨® durante la campa?a, consistente en asegurar que bajo su mandato se investiga y se persigue la corrupci¨®n. A su favor est¨¢ el hecho incontrovertible de ver en prisi¨®n a empresarios hasta hace poco intocables. El fiscal general lo dijo de forma clara en la entrevista citada: ¡°Antes, aqu¨ª en Brasil exist¨ªa la justicia de las tres pes: puta, preto [negro, en portugu¨¦s] y pobre. Desde hace unos a?os ya no es as¨ª¡±. El expresidente Lula, mientras tanto, seg¨²n O Globo, ha recomendado a la presidenta esperar antes de designar el nuevo y largo equipo ministerial al completo a fin de asegurarse de que ninguno de los elegidos est¨¢ implicado en el caso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.