C¨¢rdenas deja el PRD tras su cara a cara con la actual c¨²pula
La crisis de la izquierda se ahonda tras el encuentro entre el fundador del partido, que anuncia su marcha, y su cuestionado presidente
Llegaron, se saludaron, hablaron y todo qued¨® como estaba, es decir, mal. El cara a cara, con luz y taqu¨ªgrafos, entre el que fuera l¨ªder moral y fundador del PRD, Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, y el actual presente del partido, Carlos Navarrete, puso de manifiesto que la crisis que vampiriza a la formaci¨®n hegem¨®nica de la izquierda mexicana ha entrado en una espiral dif¨ªcil de frenar. Horas despu¨¦s de la esperada reuni¨®n, el propio C¨¢rdenas, creador del partido en 1989 y dos veces candidato presidencial, anunci¨® a trav¨¦s de una carta que abandonaba el PRD. Aunque su peso org¨¢nico es m¨ªnimo, su marcha deja sin un referente moral a la formaci¨®n, inmersa en una virulenta crisis por haber permitido la entrada en sus filas del sanguinario alcalde de Iguala, y por su lentitud a la hora de forzar la ca¨ªda del gobernador de Guerrero, ?ngel Aguirre, un dinosaurio procedente del PRI en cuyo mandato el Estado qued¨® en manos del narco.
La reuni¨®n, concebida como un di¨¢logo entre los dos pol¨ªticos, vino precedida de un calentamiento previo. C¨¢rdenas, hijo del m¨ªtico general que nacionaliz¨® el petr¨®leo, hab¨ªa pedido en una carta p¨²blica la dimisi¨®n de la actual c¨²pula del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), controlada por la corriente Nueva Izquierda. Esta facci¨®n, avalada recientemente en unas primarias, se distingue por su pragmatismo y su denodada b¨²squeda de pactos que ampl¨ªen sus esferas de poder. El principal punto de ataque contra Navarrete y su equipo era el esc¨¢ndalo de Iguala, pero tambi¨¦n la supuesta diluci¨®n ideol¨®gica sufrida por el partido debido a sus alianzas electorales a derecha e izquierda y la perpetuaci¨®n de pr¨¢cticas clientelares.
La respuesta al ¨®rdago de C¨¢rdenas fue la convocatoria de un cara a cara. El encuentro se celebr¨® por la ma?ana en el auditorio Valent¨ªn Campa, en la Ciudad de M¨¦xico. A petici¨®n de C¨¢rdenas se admiti¨® la presencia de los medios de comunicaci¨®n. El caso Iguala centr¨® las primeras intervenciones. Navarrete enton¨® un inmediato mea culpa: ¡°Nos averg¨¹enza lo que pas¨® en Iguala. Nos duele que un candidato postulado por el PRD haya sido cooptado por el crimen organizado y que ahora haya 43 estudiantes desaparecidos. Nos duele lo que ocurri¨®, nos afecta¡±. El presidente pas¨® luego a atacar la ¡°fracasada¡± pol¨ªtica de seguridad de Pe?a Nieto y alert¨® del uso de la fuerza militar en tareas policiales.
C¨¢rdenas quiso elevar el tiro y pidi¨® que se centren los esfuerzos en una reconstrucci¨®n institucional del partido y del pa¨ªs que permitan al PRD recuperar la credibilidad perdida. En esta l¨ªnea, lament¨® la ¡°ausencia¡± de la formaci¨®n en las luchas que estos d¨ªas sacuden M¨¦xico. Navarrete se defendi¨® recordando la presencia del partido en diversas movilizaciones, aunque admiti¨® que ha evitado encabezar las protestas por Iguala. En un tono tranquilo, el presidente del PRD evit¨® que el encuentro desembocase en un cuerpo a cuerpo y, hacia el final, lanz¨® un guante a C¨¢rdenas: ¡°En 25 a?os hemos tenido m¨¢s coincidencias que diferencias. Este es su partido, dialoguemos; tenga seguridad de que soy el presidente de todos los perredistas y no solo de una corriente¡±.
El l¨ªder moral de la izquierda, sin bajar la guardia, pero sin ense?ar los dientes, respondi¨® insistiendo en la necesidad de recuperar la credibilidad. Ya acabada la ¡°desencantada¡± reuni¨®n, C¨¢rdenas advirti¨® que est¨¢ evaluando su salida del partido. Hora despu¨¦s lo hizo. La crisis en el PRD no cesa.?
C¨¢rdenas present¨® a media tarde su renuncia mediante una carta al consejo nacional del PRD. En ella recuerda que est¨¢ en desacuerdo en la forma en la que est¨¢ dirigiendo el partido Navarrete y que ha esperado en vano que se abra un debate interno tras la carta abierta en la que criticaba a la direcci¨®n. "Ante la disyuntiva de correr el riesgo de compartir responsabilidades de decisiones tomadas por miop¨ªa o autocomplacencia, en las que ya no haya autocr¨ªtica, he preferido correr el riesgo de recibir cr¨ªticas (...) y optar por decidir de acuerdo a los principios que he sostenido", escribe en lo que ha sido su forma de decir adi¨®s.
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