La familia de Gross urge a Obama a lograr su liberaci¨®n de Cuba
La Casa Blanca dice que la excarcelaci¨®n del cooperante remover¨ªa un "impedimento" a unas relaciones bilaterales m¨¢s constructivas
El quinto aniversario del encarcelamiento en Cuba de Alan Gross, un cooperante estadounidense de 65 a?os, evidenci¨® este mi¨¦rcoles las diferencias entre su familia y la Casa Blanca sobre c¨®mo resolver el caso. La esposa del detenido, Judy Gross, emiti¨® un duro comunicado en el que urgi¨® a actuar al Gobierno de Barack Obama. Le traspas¨® toda la responsabilidad sobre el desenlace del caso y no hizo ninguna menci¨®n al r¨¦gimen cubano. La Casa Blanca, en cambio, puso todo el ¨¦nfasis en el papel de La Habana y avanz¨® que su liberaci¨®n mejorar¨ªa las relaciones bilaterales.
¡°Es hora de que el presidente Obama traiga a Alan de vuelta ahora a Estados Unidos, de lo contrario ser¨¢ demasiado tarde¡±, se?ala Judy Gross en la nota, que no hace una petici¨®n concreta a Washington. ¡°Ya basta. Mi marido ha pagado un precio terrible por servir a su pa¨ªs y su comunidad. Alan est¨¢ convencido de que no superar¨¢ otro a?o encarcelado en Cuba, y me temo que estamos en el final. Tras cinco a?os literalmente consumi¨¦ndose, Alan est¨¢ agotado¡±.
Gross fue detenido en 2009 en La Habana, adonde hab¨ªa viajado contratado por una empresa que trabajaba para la Agencia de Desarrollo Internacional de EE UU. Su misi¨®n era repartir ordenadores y equipos de comunicaci¨®n entre la comunidad jud¨ªa cubana. En 2011, un tribunal le conden¨® a 15 a?os de prisi¨®n por actos contra la independencia y la integridad del Estado cubano y por participar en actos subversivos.
Es hora de que el presidente Obama traiga a Alan de vuelta ahora a Estados Unidos, de lo contrario ser¨¢ demasiado tarde¡± Judy Gross, esposa del cooperante encarcelado
En estos cinco a?os encarcelado, la salud de Gross se ha deteriorado gravemente, seg¨²n su familia. Ha perdido 45 kilos de peso, cinco dientes y buena parte de la visi¨®n en su ojo derecho. Un dolor cr¨®nico apenas le permite andar. ¡°En julio, Alan se despidi¨® de su esposa e hija, y ha rechazado volverlas a ver como prisionero. Tambi¨¦n ha rechazado la mayor¨ªa de otras visitas, incluida la del nuevo jefe de la Secci¨®n de Intereses de EE UU en La Habana¡±, sostiene el comunicado.
En abril, Gross ya sugiri¨® que su tiempo se estaba agotando. ¡°Va a ser mi ¨²ltimo cumplea?os aqu¨ª. (Eso) significa lo que significa. No es una amenaza, es una declaraci¨®n de esperanza, una declaraci¨®n de determinaci¨®n y una declaraci¨®n de impaciencia¡±, dijo a trav¨¦s de un comunicado difundido por su abogado.
La Casa Blanca aprovech¨® el aniversario para volver a exigir su excarcelaci¨®n. ¡°Seguimos profundamente preocupados por la salud de Alan y reiteramos nuestra petici¨®n para su liberaci¨®n. Si el Gobierno cubano pusiera en libertad a Alan por razones humanitarias, remover¨ªa un impedimento a unas relaciones m¨¢s constructivas entre Estados Unidos y Cuba¡±, se?al¨® el jefe de prensa de Obama en un comunicado.
¡°La Administraci¨®n permanece enfocada en asegurar la libertad de Alan de una c¨¢rcel cubana y en devolverlo de forma segura a casa a donde pertenece, con su esposa e hijos¡±, agrega la nota, que recuerda que Gross fue arrestado por ¡°sus esfuerzos en ayudar a que ciudadanos cubanos comunes y corrientes tuvieran mayor acceso a informaci¨®n a trav¨¦s de Internet¡±.
La Habana ha ofrecido a Washington negociar su liberaci¨®n a cambio de los tres esp¨ªas cubanos que siguen en c¨¢rceles norteamericanas tras ser detenidos en 1998 en Florida acusados de espionaje. El Gobierno Obama ha manifestado que no ve equivalencias entre ambos casos. Varios senadores republicanos hispanos pidieron este mi¨¦rcoles a la Casa Blanca que endurezca su estrategia con el r¨¦gimen cubano para lograr la puesta en libertad de Gross.?
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