El muro andino de los lamentos
No todas las migraciones intrasudamericanas son laborales ni las autoridades migratorias ejemplares
Decenas de miles de personas huyendo del crimen organizado y el pandillaje desde los pa¨ªses del Tri¨¢ngulo Norte de Centroam¨¦rica (Honduras, El Salvador y Guatemala) y, a la vez, una inmensa migraci¨®n laboral entre pa¨ªses sudamericanos. En el primer caso, tensiones y exclusi¨®n; en el segundo, pol¨ªticas migratorias esencialmente orientadas a la regularizaci¨®n ¡ªdentro de un contexto de gran vitalidad econ¨®mica¡ª y no a la persecuci¨®n o la expulsi¨®n. Ya me he referido a estas dos caras de las migraciones en la Latinoam¨¦rica actual.
Hay, sin embargo, zonas grises que encierran sus propios dramas en las que afloran viejos males de xenofobia, racismo y exclusi¨®n en Sudam¨¦rica. No todas las migraciones intrasudamericanas son laborales ni las autoridades migratorias o policiales ejemplares. As¨ª, haitianos que pasan por Per¨² para buscar refugio en Brasil padecen de la corrupci¨®n policial para poder seguir su recorrido. M¨¢s al sur, un estupendo reportaje publicado hace dos semanas por el diario colombiano El Espectador describ¨ªa la conducta xen¨®foba y racista de autoridades migratorias en Chile contra colombianos que huyen de la violencia, en especial del puerto de Buenaventura, ruta del 60% del comercio exterior colombiano.
Hay zonas grises que encierran sus propios dramas en los que afloran viejos males de xenofobia, racismo y exclusi¨®n en Sudam¨¦rica
Salen miles de personas de Buenaventura buscando seguridad pues all¨ª se ha impuesto el miedo y "la extorsi¨®n se ha convertido en ley". Algunos se desplazan a otras ciudades colombianas y otros se suman a los m¨¢s de 60.000 refugiados que ya viven en Ecuador. Los menos, emprenden un largo viaje de m¨¢s de 2.800 kil¨®metros por tierra hasta Chile y sus puestos fronterizos de Chacalluta (con Per¨²) o Colchane (con Bolivia) para tratar de llegar a Antofagasta, ciudad que era boliviana antes de la Guerra del Pac¨ªfico (1879-1883). En ese entonces destino de migrantes chilenos, luego, de europeos.
En la ¨²ltima d¨¦cada, m¨¢s de 10.000 colombianos se han asentado all¨ª, no sin sufrir xenofobia por parte de autoridades fronterizas. Seg¨²n ese reportaje, es sistem¨¢tico el rechazo a los colombianos por las autoridades migratorias chilenas en Chacalluta. El a?o pasado, la mitad de los extranjeros a los que se les neg¨® el ingreso en ese punto fronterizo eran colombianos. La entidad chilena oficial de derechos humanos ¡ªel Instituto Nacional de Derechos Humanos¡ª afirma que eso ocurre por "situaciones de xenofobia que se presentan por parte de algunos agentes del Estado". A ello se podr¨ªa a?adir el hecho ¡ªno desde?able¡ª de que el marco legal vigente para efectos migratorios sigue siendo la Ley de Extranjer¨ªa (1975) dictada por Pinochet.
El rebote a Per¨² desde Chacalluta, as¨ª, es un fen¨®meno diario. Los que a¨²n no logran pasar a Chile o son rebotados se agrupan en una peque?a plaza de la ciudad fronteriza peruana de Tacna a la que llaman el Muro de los lamentos, en donde deambulan sin muchas opciones sobre qu¨¦ hacer. All¨ª se condensa el drama de miles de familias.
Salen miles de personas de Buenaventura buscando seguridad pues all¨ª se ha impuesto el miedo y la extorsi¨®n se ha convertido en ley
Los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe no pueden permitir ni permitirse comportamientos xen¨®fobos o racistas frente a los migrantes ni llevarlos a muros de los lamentos. La tradici¨®n del asilo tiene en la regi¨®n su principal punto hist¨®rico de referencia en el mundo. Y fue tambi¨¦n en la regi¨®n en que se adopt¨®, hace 30 a?os, la definici¨®n ampliada de refugiado para incluir all¨ª a quienes huyen de situaciones de violencia generalizada y no s¨®lo a los perseguidos pol¨ªticos.
Se acaban de reafirmar y desarrollar estos principios fundamentales en la reuni¨®n ministerial en Brasilia esta misma semana (2 y 3 de diciembre) en decisi¨®n un¨¢nime de todos los pa¨ªses de la regi¨®n convocada por ACNUR, la oficina de Naciones Unidas para los refugiados. No deber¨ªa quedar espacio para la xenofobia, el racismo, la exclusi¨®n o la corrupci¨®n en las fronteras frente a quienes huyen de la violencia. El Plan de Acci¨®n de Brasilia, al que se ha llegado luego de un largo proceso de consultas, convoca, por el contrario, a la inclusi¨®n, la tolerancia y la plena vigencia del derecho internacional de los refugiados. Eso es lo que debe prevalecer.
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