La guerra h¨ªbrida del siglo XXI
La Alianza Atl¨¢ntica se prepara para contrarrestar el nuevo desaf¨ªo lanzado por el Kremlin
De la Guerra Fr¨ªa a la guerra h¨ªbrida. Este parece ser el trayecto recorrido por la OTAN en los ¨²ltimos meses de enfrentamientos con el Kremlin desde el estallido de la crisis de Ucrania, un conflicto que los analistas de la Alianza califican de ¡°h¨ªbrido¡± porque une fuerzas regulares e irregulares, desinformaci¨®n y una aparatosa presencia militar en una ofensiva limitada. ¡°Los rusos han demostrado que pueden desplegar casi un Ej¨¦rcito entero en pocos d¨ªas, en las mismas fronteras de la OTAN. Ese es el modelo que tenemos en mente¡±, afirma un alto mando militar en un encuentro con periodistas y expertos en la sede de Bruselas esta misma semana, durante la reuni¨®n de ministros de Exteriores de la organizaci¨®n.
Para algunos, el t¨¦rmino, acu?ado en 2009 por el periodista estadounidense Frank Hoffman, y ya anticipado por George Kennan en 1948, es tan antiguo como la propia guerra. En todo caso, no entra en la habitual definici¨®n de guerra: la convencional (entre Estados) y la asim¨¦trica (un Ej¨¦rcito contra una guerrilla). Se trata de una fusi¨®n de soldados con y sin uniforme, paramilitares, t¨¢cticas terroristas, ciberdefensa, narcoconexiones, insurgencia urbana y fusiles AK-47. ¡°Es una combinaci¨®n de medios e instrumentos, de lo previsible y lo imprevisible. No hay fronteras entre lo legal y lo ilegal, entre la violencia y la no violencia. No hay una distinci¨®n real entre guerra y paz¡±, dice F¨¦lix Arteaga, investigador de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano.
Es la guerra de Putin. La que el presidente ruso lleva a cabo en Ucrania y las operaciones que ha realizado a lo largo de este a?o, como los 400 vuelos de sus aviones sobre el espacio a¨¦reo de los pa¨ªses b¨¢lticos y el Mar Negro, el misterioso episodio del submarino ruso frente a las costas suecas o el a¨²n m¨¢s misterioso derribo del avi¨®n malasio en el este de Ucrania en julio. Todas estas acciones han despertado la alarma en los antiguos miembros del Pacto de Varsovia o de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica. ¡°No queremos un conflicto con Mosc¨²¡±, ha repetido estos d¨ªas el nuevo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. ¡°Rusia solo quiere ser tomada en serio¡±, es el mantra de la Alianza para reducir la tensi¨®n, y sus expertos desechan un ataque directo del Kremlin contra un aliado o una guerra caliente. ¡°La OTAN no se plantea un enfrentamiento, sino la disuasi¨®n. La respuesta a la guerra h¨ªbrida de Rusia no puede ser una guerra h¨ªbrida de la OTAN¡±, asegura Andr¨¦s Ortega, tambi¨¦n analista de Elcano.
Que la Alianza, creada precisamente en 1949 para hacer frente al bloque sovi¨¦tico, se toma muy en serio lo que percibe como una nueva amenaza rusa lo prueba la creaci¨®n de una fuerza de acci¨®n inmediata para incrementar la protecci¨®n de Europa del Este. Noruega, Alemania y Holanda ya han dado el s¨ª a la participaci¨®n en ese contingente, aunque los detalles se confirmar¨¢n en una reuni¨®n en febrero. Mientras tanto, la organizaci¨®n ha reforzado su presencia con tropas y equipos militares en la regi¨®n: Reino Unido acaba de realizar maniobras en Polonia y desde enero, EE UU tiene desplegados 50 carros blindados Abrams y Bradley en suelo alem¨¢n, un territorio que abandon¨® en abril de 2013 cuando el ¨²ltimo tanque estadounidense, vestigio de la Guerra Fr¨ªa, sali¨® del pa¨ªs. La OTAN tambi¨¦n ha incrementado sus patrullas a¨¦reas en los pa¨ªses b¨¢lticos y proyecta maniobras militares para 2015 en su frontera oriental.
Adem¨¢s de estas iniciativas, los mandos de la Alianza siguen evaluando c¨®mo articular una respuesta r¨¢pida, eficaz, y no s¨®lo b¨¦lica, a los desaf¨ªos insospechados que vienen del Este. El coste de este nuevo enfoque, as¨ª como el reparto del esfuerzo econ¨®mico entre sus 28 miembros, son estos d¨ªas la principal preocupaci¨®n en la capital europea. ¡°La defensa no puede ser barata en el siglo XXI¡±, advirti¨® el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en su visita a Bruselas el pasado martes. ¡°Todos los pa¨ªses deben incrementar su presupuesto¡±.
Sus palabras son una vieja demanda de Washington, pero un nuevo despliegue militar suena muy dif¨ªcil en el contexto europeo de crisis econ¨®mica y crecientes recortes en defensa en casi todos los Estados miembros de la Alianza que, aunque comprometidos a aportar en 10 a?os un 2% del PIB, siguen dejando que EE UU pague la mayor parte de la factura. Otra cuesti¨®n es si la intenci¨®n de que la nueva fuerza tenga bases permanentes en 2016 en el Este de Europa, la zona m¨¢s expuesta , no aumentar¨¢ las ya de por s¨ª deterioradas relaciones entre Mosc¨² y Occidente, en especial con Alemania, que firm¨® en 1997 un acuerdo para que no hubiera estacionamientos militares en las regiones orientales.
Al tiempo, la Alianza quiere mirar un poco m¨¢s lejos, a Georgia, Moldavia e incluso a China, embarcada en su propia guerra h¨ªbrida con plataformas petrol¨ªferas construidas en zonas en disputa, barcos que disparan contra nav¨ªos vietnamitas y una ofensiva a la conquista de mercados. ¡°Pek¨ªn lo llama la guerra irrestricta¡±, dice Arteaga. ¡°Ellos tienen paciencia estrat¨¦gica y nosotros, no¡±.
En esta nueva partida de ajedrez que se juega en el tablero mundial, y que ha pillado por sorpresa a la OTAN, siempre pendiente de su modernizaci¨®n estrat¨¦gica, hay un alfil que no puede quedar fuera: la amenaza yihadista en el flanco mediterr¨¢neo, una preocupaci¨®n para Francia y Espa?a y una regi¨®n en la que hay maniobras previstas en 2015. ¡°Putin entiende nuestras debilidades. Lo importante no es ganar la batalla sobre el terreno, sino que el otro se rinda, por presi¨®n de su opini¨®n publica. Juega a dividir¡±, dice Arteaga. 65 a?os despu¨¦s, el viejo enemigo vuelve a ser el desaf¨ªo del futuro.O
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