Rabat cambia el rumbo en el S¨¢hara
El rey de Marruecos ordena revisar el sistema de econom¨ªa subvencionada
El Aai¨²n de hoy tiene poco que ver con el peque?o fuerte colonial que Espa?a abandon¨® en el S¨¢hara tras el reto de la marcha verde en 1975. La ciudad, que ha duplicado su poblaci¨®n y ahora suma m¨¢s de 250.000 habitantes, est¨¢ levantada por varios costados, con cuatro proyectos emblem¨¢ticos casi ya en ejecuci¨®n y una inversi¨®n de m¨¢s de 50 millones de euros. Pretende ser para Marruecos un polo de atracci¨®n y un ejemplo tanto pol¨ªtica como econ¨®micamente. Pero el modelo de desarrollo aplicado, la econom¨ªa de renta y subvenci¨®n, se ha demostrado injusto y lleno de privilegios. El propio rey lo ha denunciado y ha ordenado cambiarlo.
Las denominadas en Marruecos provincias del sur, la regi¨®n tambi¨¦n llamada S¨¢hara Occidental, ocupa un 59% del territorio nacional sobre uno de los desiertos m¨¢s ¨¢ridos del planeta y dispone de apenas el 3% de la poblaci¨®n del pa¨ªs. Apenas produce fosfatos (el 10% del total), sal y arena. Esos datos condicionan toda la actividad e inversi¨®n econ¨®mica.
Pol¨ªticamente la zona sigue en tierra de nadie, anexionada y gestionada por Marruecos desde 1976, vigilada por una misi¨®n de la ONU (Minurso) desde 1991 y con una disputa sobre su identidad que amenaza con eternizarse. Olvidada internacionalmente, el S¨¢hara es defendida desde las entra?as por Marruecos como parte de su esencia ¡°hasta el fin de los tiempos¡±, como advirti¨® el rey Mohamed VI en su discurso de este 6 de noviembre en el 39 aniversario de la Marcha Verde. Pero el Polisario y Argelia ni renuncian ni cejan en su capacidad de presi¨®n.
El rey marroqu¨ª lanz¨® otro mensaje de calado en su simb¨®lico discurso de hace un mes. Neg¨® las acusaciones de pillaje que se hacen sobre la actuaci¨®n de Marruecos en ese territorio, asegur¨® que por cada dirhan que se obtiene all¨ª se invierten siete pero revel¨® tambi¨¦n que el modelo actual no le gusta ni le sirve. Todas las autoridades tomaron nota del toque. El monarca se?al¨® el problema: el S¨¢hara funciona con una sistema lleno de disfunciones, privilegios e injusticias.
¡°El mensaje del rey fue muy claro y queremos empezar una nueva etapa basada en la justicia social con m¨¢s aproximaci¨®n a la pobreza¡±, interpreta el wally (gobernador) de la regi¨®n, Bouchaib Yehdih, que apenas lleva 10 meses en el cargo. El diplom¨¢tico marroqu¨ª no quiere profundizar en las causas de los errores denunciados por el rey: ¡°Siempre hay fallos pero tambi¨¦n se ha hecho mucho¡±. A continuaci¨®n relata una catarata de datos comparativos sobre c¨®mo estaba el territorio bajo dominio espa?ol y ahora: ¡°Hab¨ªa 927 alumnos y ahora hay 50.000, hab¨ªa un instituto y ahora 15, miles de kil¨®metros de carreteras, cada pueblo con estaci¨®n de agua y electricidad, telecomunicaciones, internet, una televisi¨®n regional y dos emisoras, dos aeropuertos, cuatro puertos, dos hospitales¡¡±
La obsesi¨®n de las autoridades es compararse con el pasado pero tambi¨¦n ofrecer los datos de lo mucho que est¨¢ en marcha. Aunque el balance final sea dif¨ªcil de encontrar pese a que hay montados varios organismos p¨²blicos que parecen suplantarse con el mismo objetivo.
Los responsables de la Agencia para la Promoci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico y Social de las Provincias del Sur (APDES) est¨¢n estos d¨ªas de mudanza y est¨¢n en el punto de mira. Las oficinas centrales han funcionado desde que se cre¨® el ente en 2002 desde la capital, en Rabat, a 1.200 kil¨®metros y el Gobierno ha decidido ahora situarse sobre el terreno. En los ¨²ltimos 10 a?os han movilizado con sus socios y otras instituciones locales m¨¢s de 160 millones de euros en todo tipo de infraestructuras y ahora tienen en su fase final en El Aai¨²n las cuatro grandes obras que con una inversi¨®n total de 50 millones de euros deber¨ªan cambiar el perfil de esa capital.
Mohamed Abdou Essallami ense?a con orgullo sobre el terreno el estado de la gran plaza de Oum con el segundo teatro mayor del reino, la biblioteca regional, la gran piscina cubierta, la nueva estaci¨®n. Todas obras firmadas por el prestigioso arquitecto Mohamed Benkirane. Y sobre el futuro avanza: ¡°Ahora vendr¨¢ otra pol¨ªtica estrat¨¦gica de Estado, global, que la poblaci¨®n local aplaudir¨¢, con una desarrollo m¨¢s humano, m¨¢s explotaci¨®n de los recursos naturales y por ejemplo cambiar la pol¨ªtica de subvenciones, disminuirla y apostar por los cr¨¦ditos m¨¢s baratos o gratuitos¡±.
No se sabe muy bien qu¨¦ pasar¨¢ a partir de ahora. Todo son conjeturas. El informe del Consejo Econ¨®mico y Social de 2013 sobre el que el rey bas¨® sus denuncias alertaba de que en el S¨¢hara el Estado invierte la mitad de su programa de ayudas directas (60 millones de euros) para unas 34.000 personas y otros 46 millones en contribuciones contra la pobreza.
La tasa de paro se estima sobre el 20% (el doble que la nacional), casi el 30% entre los j¨®venes y por encima del 40% para los diplomados superiores. Muchos se han acostumbrado a no trabajar y hay hasta 30 tipos de empleos menores que no se cubren. ¡°El problema aqu¨ª ya no es pol¨ªtico ni de activismo ni de derechos humanos. Esta regi¨®n funciona como otra cualquiera pero tiene un conflicto con la mentalidad de su gente, porque hay 24 tribus, y muchos no aceptan que les ordene algo el responsable de otra tribu¡±, confiesa Abdellah Ben Moulay, responsable del Restaurante Josefina.
¡°Yo no creo que sea una cuesti¨®n de tribus, y menos entre los j¨®venes, yo trabajo con ellos sin problema. El mensaje del rey va en otra direcci¨®n. Se ha elegido mal a los responsables de algunos proyectos y se ha perdido mucho dinero y luego a algunos se les ha mimado demasiado, a los saharauis, y deben ser tratados igual que los dem¨¢s¡±. Lo dice El Moussaoui Bader, alcalde de El Marsa, de 32 a?os, del partido islamista radical Istiqlal, saharaui de la tribu Rkibat (la m¨¢s importante) y cr¨ªtico con el Gobierno del islamista moderado Abdelilah Benkirane.
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