El pacto electoral contra Netanyahu cuaja en Israel
Los sondeos dan ventaja a la uni¨®n de la exministra Livni y los laboristas frente al Likud del jefe de Gobierno
La oposici¨®n israel¨ª tiene un objetivo: derrocar al rey Bibi (apodo con el que se conoce al primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu). No son hoy lazos program¨¢ticos ni ideol¨®gicos los que unen a esa amalgama de partidos, una quincena que pugna por los sillones de la Knesset (Parlamento israel¨ª), sino la meta de impedir un cuarto mandato de Netanyahu, l¨ªder del partido conservador Likud. Sus adversarios cl¨¢sicos y sus exsocios resentidos encabezan una plataforma de facto que la prensa local bautiza como ¡°Cualquiera menos Netanyahu¡±, y que podr¨ªa contar con pol¨ªticos tibios, pragm¨¢ticos y astutos expertos en ambig¨¹edades, dispuestos a sumar los 61 esca?os que dan la mayor¨ªa absoluta parlamentaria. Netanyahu habla de ¡°conspiraci¨®n¡± para hundirlo y de ¡°caza medi¨¢tica¡±. De momento, por delante tiene las primarias de su partido como meta volante para revalidar el cargo.
Las encuestas ante las elecciones del 17 de marzo ¡ªque Netanyahu decidi¨® adelantar el pasado 2 de diciembre, tras 20 meses de legislatura¡ª dan como ganadora a la nueva lista surgida de la uni¨®n del Partido Laborista de Isaac Herzog y el Hatnu¨¢ (Movimiento) de Tzipi Livni, exministra de Justicia. La alianza lograr¨ªa entre 20 y 23 esca?os, frente a la horquilla de 20 a 22 asientos del Likud. Son los m¨¢s beneficiados de un clima que, explica el analista Nahum Barnea, se asemeja al que afront¨® el primer ministro en 1999, que le acab¨® costando el puesto: se ha roto la ¡°casi certeza nacional¡± de que es un l¨ªder insustituible; el ¡°cansancio¡± hace que los ciudadanos piensen que dejarlo atr¨¢s ya no es un drama; y hay resentimiento por su decisi¨®n de ir a las urnas echando a sus ministros cr¨ªticos ¡ªLivni m¨¢s el titular de Finanzas, Yair Lapid, de la formaci¨®n centrista Yesh Atid (Hay Futuro)¡ª y gastando en el proceso m¨¢s de 400 millones de euros en un momento de estancamiento de la econom¨ªa.
¡°La alianza Laboristas-Hatnu¨¢ ha generado un efecto psicol¨®gico que, por primera vez en a?os, inclina la balanza hacia la izquierda¡±, indica Mazal Mualen, comentarista parlamentaria. Herzog, no muy carism¨¢tico, se ha reforzado con la en¨¦rgica Livni. Aportan ¡°una idea de cambio esperanzador al que se suma la novedad de compartir legislatura, dos a?os para cada uno en el cargo de primer ministro¡±, se?ala Mualen.
Pese a ello, no arrasan. Todos los partidos de centro-izquierda tienen hoy 48 esca?os y, seg¨²n las encuestas, en marzo no pasar¨¢n de 38, tras la ca¨ªda de Lapid, experiodista estrella, que perder¨¢ medio grupo parlamentario (no m¨¢s de 10 asientos). Eso quiere decir, indica el Instituto para la Democracia de Tel Aviv, que las fuerzas m¨¢s progresistas se est¨¢n robando votos entre s¨ª y no movilizan a los desencantados de la derecha.
La agenda social, cercana a la clase media, es la columna vertebral de su discurso para empatizar con el votante, tradicionalmente conservador en Israel. Herzog y Livni arrastran la desventaja de cosechar un voto cosmopolita y lagunas en seguridad y defensa, fuertes de Netanyahu. Estos d¨ªas se pasean por la frontera de Gaza ganando puntos. En 22 a?os, la izquierda s¨®lo gan¨® en dos ocasiones, con ex altos mandos militares como Isaac Rabin (1992) y Ehud Barak (1999).
La coalici¨®n anti-Bibi tendr¨¢ que contar con dos socios para tenerse en pie: el Israel Beitenu del ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, y el Kulanu (Todos nosotros), parido por Moshe Kahlon. El primero es un ultraderechista que, seg¨²n sus asesores, entiende que necesita ser ¡°flexible¡± para llegar a primer ministro alg¨²n d¨ªa. De presentar listas conjuntas con Netanyahu puede pasar a ser llave de Gobierno con el otro extremo pol¨ªtico. Kahlon es la nueva sensaci¨®n, exministro de Comunicaciones del Likud, adorado por liberalizar el mercado de la telefon¨ªa y rebajar los precios. Nada izquierdista, se cuida de realizar cr¨ªticas feroces a su antiguo jefe Bibi o a la recompuesta izquierda. Tambi¨¦n Lieberman. Indeterminaci¨®n que puede convertirlos en ¡°hacedores de reyes¡±.
Tambi¨¦n los conservadores pueden recurrir a ellos. Las cuentas salen, pues aportar¨ªan unos 20 esca?os, unidos a pol¨ªticos como Naftali Bennet, de Casa Jud¨ªa, ultraderechista, actual ministro de Econom¨ªa, que logra 17 esca?os, con una tendencia de voto al alza. La derecha radical tiene, pese al leve viraje, plena capacidad de formar gabinete, aunque en su caso los religiosos recelan de la alianza. Partidos como el ultraortodoxo Shas (11 esca?os hoy) no tienen reparos en cambiar de bando, pero ahora arrastran la rabia contra Netanyahu por excluirlos de la ¨²ltima alianza. Pueden cobr¨¢rselo yendo con el centro-izquierda.
El partido de Netanyahu, tendr¨ªa similares apoyos con o sin ¨¦l, indican los sondeos. El d¨ªa 31 de enero, el Likud celebra primarias en las que ya no participar¨¢ el exresponsable de Interior, Gideon Saar, que se tem¨ªa como el mayor adversario del ahora primer ministro. S¨®lo hay otro candidato seguro hoy, Moshe Feigling, colono, contrario a la soluci¨®n de dos Estados y que propone la anexi¨®n de Gaza y Cisjordania y dar incentivos a los palestinos para que abandonen sus tierras. En 2012 ya se enfrent¨® a Netanyahu y perdi¨®, con el 24% de los votos frente al 75% del a¨²n mandatario israel¨ª.
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