Corrupciones
La corrupci¨®n suele ser gris, chata, s¨®rdidamente tentadora cuando se la presume
La corrupci¨®n suele ser gris, chata, s¨®rdidamente tentadora cuando se la presume; sorprendente, plena de matices, con m¨¢s efectos y alcances que un mapa de acupuntura, cuando se la revela.
Todos los a?os Transparency International (TI) da a conocer su ¨ªndice global de corrupci¨®n, un ranking que va del mejor al peor, del uno (Dinamarca) al 174 (Somalia), con una geo-referencia crom¨¢tica en la que la virtud tiene el color de un amarillo casi pal¨²dico y el vicio el rojo negruzco de sangres demasiado espesas.
La lista de la corrupci¨®n est¨¢ basada, como recalca TI desde el t¨ªtulo, en percepciones. Y aunque la relaci¨®n entre percepci¨®n y realidad ha mantenido meritoriamente ocupada a la filosof¨ªa durante casi 30 siglos, se trata de percepciones informadas.
La publicaci¨®n del ranking de TI suele provocar comparaciones interesantes. Este a?o, por ejemplo, hubo ensayos de correlaci¨®n entre el ¨ªndice de corrupci¨®n de TI con el crimen organizado, de un lado, y con el terrorismo, del otro.
Jeremy McDermott, codirector de InSight Crime, se encarg¨® de lo primero. En un art¨ªculo (How Organized Crime & Corruption Intersect in LatAm) cuyo t¨ªtulo no necesita traducci¨®n, McDermott encontr¨® que un ranking de la corrupci¨®n latinoamericana basada en ¡°el poder del crimen organizado puede resultar en una lista muy diferente¡±.
InSight Crime la hizo. Su criterio de gradaci¨®n fue medir el poder del crimen organizado en cada naci¨®n por su capacidad adquisitiva y por su habilidad de corromper o controlar a funcionarios e instituciones del Estado.
En el ranking de InSight Crime hay poca consonancia con el regional latinoamericano de TI (entre par¨¦ntesis: el n¨²mero m¨¢s bajo significa en este caso la mayor corrupci¨®n comparativa).
M¨¦xico es, para InSight Crime, el pa¨ªs m¨¢s corrompido (o depredado) por el crimen organizado en Am¨¦rica Latina. En el ranking regional de TI figura en el noveno lugar. Los otros son: Colombia: 2 (11); Honduras: 3 (4); Brasil: 4 (14); El Salvador: 5 (13); Guatemala: 6 (6); Venezuela: 7 (1); Per¨²: 8 (12); Paraguay: 9 (2); Argentina: 10 (8).
Toda la corrupci¨®n haitiana posiblemente sea apenas una fracci¨®n de los robos epop¨¦yicos revelados hasta ahora por el caso Petrol?o en Brasil
La lista es discutible en parte; ?con qu¨¦ criterio se puso, por ejemplo, a Paraguay en un casi virtuoso noveno lugar?, pero su criterio general es s¨®lido. As¨ª que la percepci¨®n de la corrupci¨®n y la realidad de sus manifestaciones m¨¢s destructoras no coinciden necesariamente.
El Institute for Economics and Peace publica un Global Terrorism Index con un ranking de peor a mejor en cuanto a la importancia del terrorismo en cada naci¨®n.
Terrorismo es uno de los conceptos de definici¨®n m¨¢s dif¨ªcil y controvertida. El Global Terrorism Index lo circunscribe a actores no estatales pero a la vez lo abre a conductas y escenarios que pueden ser simplemente definidos como conflicto armado. Aun as¨ª, el ¨ªndice es informativo y tiene consonancias y disonancias interesantes con el ¨ªndice de TI.
El ¨ªndice de las diez naciones peor afectadas por el terrorismo, junto con la posici¨®n entre par¨¦ntesis en el ranking de TI (donde, para facilitar la comparaci¨®n, he puesto a los pa¨ªses m¨¢s corruptos con los n¨²meros m¨¢s bajos) es el siguiente:
Irak: 1 (6); Afganist¨¢n: 2 (4); Pakist¨¢n: 3 (48); Nigeria: 4 (38); Siria: 5 (15); India: 6 (89); Somalia: 7 (1); Yemen: 8 (13); Filipinas: 9 (89); Tailandia: 10 (89).
India, Filipinas y Tailandia tienen una posici¨®n igual en el ranking de Transparency International porque obtienen el mismo puntaje en el corrupt¨®metro de esta.
Lo sorprendente del Global Terrorism Index es la falta de correlaci¨®n con la violencia urbana y el crimen organizado. En niveles de violencia urbana (en ciudades que no est¨¢n en guerra), San Pedro de Sula, en Honduras, es la m¨¢s letal del mundo. Sin embargo, en el GTI, Honduras figura en una posici¨®n mejor (64) que las de Noruega (44), Francia (56) o Chile (58).
?Es posible calibrar la corrupci¨®n sin contabilizar sus costos? Creo que no. Los niveles m¨¢s altos de corrupci¨®n, por los montos de dinero robado, suelen darse en transacciones entre funcionarios estatales y corporativos. Y eso es lo que menos se percibe.
En el ¨ªndice de Transparency International, Hait¨ª y Venezuela aparecen como las naciones m¨¢s corruptas de Am¨¦rica Latina. Sin embargo, toda la corrupci¨®n haitiana posiblemente sea apenas una fracci¨®n de los robos epop¨¦yicos revelados hasta ahora por el caso Petrol?o en Brasil.
Esa, la corrupci¨®n p¨²blico-privada, cosmopolita y dirigente, con su geograf¨ªa paralela de offshores y una compleja ingenier¨ªa de camuflaje financiero, es la que roba m¨¢s y se percibe menos. Suele ser tambi¨¦n la que menos se detecta y desmantela, aunque, como demuestra el caso Petrol?o, ocurran imprevistas y virtuosas excepciones a la regla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.