Mentiras sobre el amor
"Cuando alguien te para en la calle para preguntarte la hora, en realidad te est¨¢ pidiendo que le mires en los ojos, que le ames"
?Se puede a¨²n escribir algo nuevo sobre el amor, la m¨¢s manida de las palabras en todas las lenguas del mundo? Dif¨ªcil. Pero s¨ª se puede hacerlo sobre las mentiras del amor. Sobre la mentira, por ejemplo de que amamos poco a los otros porque nos amamos demasiado a nosotros mismos.
El drama, me dec¨ªa una psic¨®loga italiana, es que el ser humano, contra todo lo que se piensa, ¡°ha tenido siempre una dificultad at¨¢vica para amarse y aceptarse a s¨ª mismo como es¡±, con sus virtudes y defectos, con su cuerpo y las marcas dejadas en ¨¦l por el tiempo. Dificultad de sentirse en paz consigo mismo.
Todo parecer¨ªa hoy indicar que la psic¨®loga se equivocaba, ya que en nuestra sociedad lo que parece sobrar es amor propio, autoestima, el sentirse superior a los dem¨¢s, como el fariseo de la par¨¢bola evang¨¦lica que se jactaba diciendo: ¡°Yo no soy como ese¡¡±. Se cre¨ªa mejor y superior.
?Ese creerse superior no ser¨¢ sin embargo un espejismo, una mentira del amor que nos contamos a nosotros mismos, ya que la realidad es que somos m¨¢s fr¨¢giles de lo que pensamos? El exceso de autoestima es muchas veces un pararrayos contra nuestra inseguridad. Podemos hasta aparecer ante los otros con un ego gigante mientras en el silencio de nosotros mismos sabemos que la verdad es otra.
Nos mecemos en las mentiras del amor para protegernos. ?El que m¨¢s grita, el que m¨¢s amenaza, el que impide a los otros de dialogar, es tambi¨¦n el m¨¢s seguro de s¨ª mismo? La mayor¨ªa de las veces, no.
El jefe que humilla al empleado refleja una fuerte inseguridad.
Los Napoleones de la Historia suelen aparecer en sus biograf¨ªas muy fr¨¢giles dentro de ellos mismos, los que menos se aman. ?Por qu¨¦ se suicidan tantos famosos, en apariencia realizados y endiosados? Envidiados por los otros, en verdad eran unos solitarios incapaces de amarse a s¨ª mismos.
Estamos iniciando un nuevo a?o y por convencionales que sean estas fechas hacen parte de nuestra cultura y son d¨ªas de reflexi¨®n.
Se nos dice y repite que el mundo empeora cada vez m¨¢s ¨C cosa que yo no creo pues la Humanidad fue mucho m¨¢s cruel antes- y que eso ocurre porque no sabemos amar a los dem¨¢s.
?Y si fuera al contrario, que las cosas no mejoran porque no sabemos amarnos a nosotros mismos, con serenidad, sin cargarnos de complejos de culpa judeocristiana?
Las cosas no progresan porque nos creemos o nos hacen creer que somos peores de lo que en realidad somos. El mundo es menos amado porque deber¨ªamos amarlo como a nosotros mismos, pero ?c¨®mo hacerlo si somos incapaces de autoamarnos, envidiosos de los otros que nos parecen siempre mejores y m¨¢s premiados por la suerte?
El amor empieza con un acto de ego¨ªsmo. Primero necesitamos amarnos, mantener viva la llama de nuestra estima, estar seguros de que somos capaces de querernos y que poseemos un coraz¨®n capaz de generosidad.
S¨®lo despu¨¦s, sin miedo, sin angustias, seremos capaces hasta de llegar a ser m¨¢s felices dando que recibiendo.
Puede ser cierto que el mundo viva una orfandad de amor, pero lo que m¨¢s le falta es empezar a amarse a s¨ª mismo, sin despreciarse, sin sentirse infeliz por no ser capaz de poseerlo todo o por no ser alguien que sobresalga en la sociedad. ?Por qu¨¦ esa fiebre de selfies con los importantes y famosos? El poder o la gloria nos les hace ser mejores que nosotros. Cada persona es un artista de la creaci¨®n. Yo admiro al panadero que mientras yo duermo se sacrifica para preparar el pan caliente de nuestros desayunos. Y a los trabajadores que en la oscuridad de la noche recogen nuestra basura del d¨ªa. Cada m¨²sico de la orquestra es tan importante como el mejor de sus directores. ?C¨®mo se cubrir¨ªa ¨¦l de gloria si los m¨²sicos desafinaran?
Se ha dicho que en el amor y en la felicidad menos es m¨¢s, que la filosof¨ªa de lo esencial es el despojarse de lo superfluo.
Amarse a s¨ª mismo supone no anhelar m¨¢s de lo que necesitamos y somos, ni tampoco menos. Quien menos tiene porque no quiere poseer m¨¢s de lo que le sirve para su serenidad, sentir¨¢ menos el desgarro del desprendimiento.
Una buena receta para este 2015 ser¨ªa la de empezar a despojarnos de las mentiras forjadas sobre el amor, a amarnos a nosotros mismos sin miedo y sin complejos de culpa. Sentirnos una pieza indispensable en el concierto de la sociedad sin idolatrar al poderoso de turno.
As¨ª, todos acabar¨ªamos ganando: nosotros y los que pasan a nuestro lado, generalmente en busca de amor, aunque a veces ni ellos mismos lo sepan. Dec¨ªa el Nobel de Literatura franc¨¦s, Francois Mauriac, que "cuando alguien te para en la calle para preguntarte la hora. en realidad te est¨¢ pidiendo que le mires a los ojos y lo ames".
Feliz 2015 pues, sin mentirnos sobre el amor y sin miedo a amarnos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.