Censura a las vi?etas y tambi¨¦n a Ridley Scott en el Magreb

Marruecos, T¨²nez y Argelia han condenado claramente los atentados de Par¨ªs, con intervenciones cr¨ªticas de sus autoridades, de sus medios de comunicaci¨®n, y hasta con conatos de manifestaciones en las calles, pero tambi¨¦n han prohibido estos d¨ªas la difusi¨®n y venta del semanario sat¨ªrico Charlie Hebdo y de otras publicaciones extranjeras que conten¨ªan caricaturas o dibujos de Mahoma.

El art¨ªculo 29 del nuevo C¨®digo de Prensa en Marruecos concede al Ministerio de Comunicaci¨®n el derecho a prohibir la importaci¨®n de publicaciones ¡°que atenten contra la religi¨®n isl¨¢mica, la integridad territorial, el respeto a la monarqu¨ªa o al orden p¨²blico¡±. El ministro de ese ramo y portavoz del Ejecutivo islamista moderado del Partido Justicia y Desarrollo, Mustaf¨¢ El Khalfi, fij¨® as¨ª esa posici¨®n: ¡°La redifusi¨®n de caricaturas del profeta nada tiene que ver con la libertad de expresi¨®n sino que reaviva los sentimientos de odio contra el islam y los musulmanes¡±.

El ministro de Exteriores, Salaheddine Mezouar, en plena cruzada de su campa?a de ruptura de relaciones contra Francia, acudi¨® el pasado s¨¢bado a Par¨ªs con la idea de estar presente en la multitudinaria marcha de repulsa del domingo. Fue primero al Palacio del El¨ªseo a expresar sus condolencias en nombre de su rey y su pa¨ªs pero no se qued¨® a la manifestaci¨®n porque, como hab¨ªa avisado, comprob¨® que en la misma hab¨ªa gente que portaba ¡°caricaturas blasfematorias¡±. Esta postura tan intransigente ha sido cuestionada por alg¨²n articulista en medios marroqu¨ªes, pero en general ha sido compartida y entendida.

Los peri¨®dicos y las revistas pol¨ªticas marroqu¨ªes no han publicado ni las vi?etas sat¨ªricas ni han reproducido la ¨²ltima portada del semanario, porque se ve a Mahoma. Ilustran sus informaciones del suceso con fotos generales e incluso han dedicado sus primeras p¨¢ginas en negro al acontecimiento con mensajes n¨ªtidos. En Telquel bajo la cabecera (¡°Mejor morir de pie que vivir de rodillas¡±) su director, Abdellah Tourabi, titula contra el dogmatismo: ¡°Los asesinos no leen¡±. La inmensa mayor¨ªa de los opinadores condenan la salvajada pero tambi¨¦n se reproducen art¨ªculos, como el del director del L¡¯Observateur, Ahmed Charai, que alertan sobre el riesgo ahora de islamofobia y sobre la laxitud de occidente y su sagrado concepto de la libertad de expresi¨®n, que en estos pa¨ªses muchos prefieren combinar con m¨¢s ¡°respeto¡± y m¨¢s ¡°raz¨®n¡±.

El oficial Centro Cinematogr¨¢fico Marroqu¨ª ha dado finalmente estos d¨ªas la autorizaci¨®n para que la pel¨ªcula Exodus s¨ª se pueda estrenar en las salas del pa¨ªs desde este pasado mi¨¦rcoles tras lograr censurar, con el consentimiento excepcional de la compa?¨ªa Fox y del director Ridley Scott, dos pasajes de en total cinco segundos en los que aparece la figura de un ni?o que podr¨ªa representar a Dios.

En T¨²nez, las condenas contra el ataque a Charlie Hebdo se han mezclado este mismo jueves con la campa?a lanzada por el Sindicato de Periodistas y con otras protestas profesionales y callejeras ante el anuncio realizado esta semana en un comunicado por la rama libia del Estado Isl¨¢mico de que hab¨ªa ejecutado a dos periodistas que mantiene secuestrados desde el 8 de septiembre en Ajdabiya. Se trata del bloguero y activista en la revoluci¨®n de los jazmines Soufiene Chourabi y de su c¨¢mara, Nadhir Ktari, que trabajan para la televisi¨®n tunecina First TV. Las nuevas autoridades tunecinas ni confirman ni desmienten nada y los supuestos autores no han aportado como prueba nada m¨¢s que el comunicado con una foto de un disparo a quemarropa y la leyenda: ¡°Aplicaci¨®n de la ley de Al¨¢ sobre Soufiene y Nadhir, corruptos sobre la tierra¡±.

En Argelia, el presidente Buteflika conden¨® los atentados y el ministro de Exteriores, Ramtane Lamamra, acudi¨® a la marcha pero pidi¨® r¨¢pidamente que no se identificara a los dos asesinos por sus or¨ªgenes de padres argelinos sino como franceses. Un corrector de la revista y el polic¨ªa ejecutado en la acera, Ahmed Merabet, tambi¨¦n ten¨ªan relaci¨®n con Argelia.