Fidel aprob¨® el deshielo
La interrupci¨®n de sus art¨ªculos en 'Granma' coincidi¨® con el tramo final de las negociaciones entre EE UU y Cuba
Si la escritura criptogr¨¢fica sigue siendo utilizada para el env¨ªo de mensajes codificados, y si las facultades mentales y car¨¢cter de Fidel Castro no han sufrido mermas importantes, cabe afirmar que fue informado sobre el desarrollo de las negociaciones que condujeron al hist¨®rico acuerdo del 17 de diciembre entre Cuba y Estados Unidos, y que se reanudan el mi¨¦rcoles y jueves en La Habana con la delegaci¨®n estadounidense encabezada por Roberta Jacobson, secretaria adjunta para Latinoam¨¦rica. La reconstrucci¨®n de los movimientos medi¨¢ticos de Castro, f¨ªsicamente ausente desde hace m¨¢s de un a?o, permite se?alar que aprob¨® el proceso advirtiendo de que cualquier acercamiento a Washington deber¨¢ hacerse manteniendo la guardia alta, sin concesiones en los dogmas revolucionarios, entre ellos la hegemon¨ªa del Partido Comunista de Cuba (PCC), fundado en 1965, y la propiedad estatal de los medios de producci¨®n.
Mucho tiene que haber cambiado el anciano dirigente para no haber recordado a los negociadores cubanos que deben escrutar a fondo cada propuesta porque Washington siempre pretender¨¢ ¡°aplastar la revoluci¨®n¡±. Lo anticip¨® en un discurso de 1988, que reproduce el blog oficialista La pupila insomne, dirigido por Iroel S¨¢nchez, activo propagandista. ¡°Estados Unidos no ha renunciado a sus objetivos, s¨®lo cambi¨® el m¨¦todo. Recuerdo en 2000 una frase del comandante Fidel Castro donde dec¨ªa que la revoluci¨®n no pod¨ªa ser derrotada ni por la fuerza ni por la seducci¨®n. Parece que empiezan a optar por la v¨ªa de la seducci¨®n¡±, seg¨²n dijo S¨¢nchez al ser preguntado por Telesur, la cadena venezolana chavista, sobre las declaraciones estadounidenses de continuar exigiendo a Cuba democracia y derechos humanos.
¡°Aun cuando un d¨ªa formalmente mejoraran las relaciones entre Cuba socialista y el imperio, no por ello cejar¨ªa ese imperio en su idea de aplastar a la revoluci¨®n cubana¡±, subray¨® Castro en 1988. ¡°Hay algunos que afirman que es mejor realizar determinados cambios en la pol¨ªtica hacia Cuba para penetrarla, para debilitarla, para destruirla, y si es posible, incluso, pac¨ªficamente¡±. Retirado del poder ejecutivo desde 2006, su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica se produjo el 9 de enero del 2014 durante la inauguraci¨®n de un estudio de arte en La Habana. La imagen m¨¢s reciente data de agosto junto al presidente venezolano, Nicol¨¢s Maduro.
La interrupci¨®n de sus art¨ªculos en Granma, ¨®rgano oficial del PCC, fue interpretada por algunos analistas como evidencia del acelerado agravamiento de su salud. No parece ser esa la raz¨®n. Las Reflexiones de Castro dejaron de publicarse en octubre, coincidiendo con el tramo final de las negociaciones secretas con Estados Unidos. Posiblemente respondi¨® a la decisi¨®n de no dar pistas o interferir con escritos susceptibles de originar malentendidos. El art¨ªculo que ilumina sobre su participaci¨®n en el proceso se public¨® el 14 de octubre del 2014, apenas dos meses antes del anuncio del 17 de diciembre y en repuesta a un editorial previo del peri¨®dico New York Times titulado ¡°Tiempo de acabar el embargo a Cuba¡±.
?Qu¨¦ opina Fidel sobre el deshielo con el enemigo?, se preguntaron los observadores. No se sabr¨¢ en detalle hasta su pr¨®xima comparecencia o art¨ªculo pero, independientemente de los imponderables f¨ªsicos, sus apariciones y silencios parecen calculados e indican que refrend¨® los acuerdos con la Casa Blanca. Con evidente intenci¨®n, su codificado art¨ªculo ¡°Lo que no podr¨¢ olvidarse nunca¡± reprodujo p¨¢rrafos enteros del texto del diario neoyorquino, algunos de contenido cr¨ªtico sobre la situaci¨®n en Cuba, que Granma public¨® causando asombro entre los c¨ªnicos y los ignorantes. No es concebible que la Reflexi¨®n de Fidel Castro se hubiera escrito y publicado habiendo permanecido al margen de las negociaciones o rechazando los aspectos fundamentales del proceso que el mi¨¦rcoles se reanuda en La Habana.
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