Cese del fuego bilateral es inevitable pero¡
Los colombianos queremos ver a nuestras v¨ªctimas restauradas para que as¨ª no estemos caminando sobre bilateralidades gratuitas
Corr¨ªa el mes de marzo del 84, el entonces presidente Belisario Betancur acept¨® silenciar los fusiles con las FARC. Se adhirieron a ese cese del fuego las entonces guerrillas del M-19 y del EPL que lo rompieron en 1985, el mismo a?o en que el M-19 se tom¨® el Palacio de Justicia.
Esa misma tregua que rompieron los guerrilleros del Eme, fue continuada hasta 1987 por las FARC, que aprovecharon el cese del fuego para expandirse por el pa¨ªs y fortalecerse militarmente. El Ej¨¦rcito se repleg¨® a los cuarteles para evitar que los acusaran de violar el acuerdo. Ganaderos y agricultores se sintieron desprotegidos y empezaron a financiar grupos de defensa privada, que se convirtieron en el monstruo paramilitar que se ocup¨® de exterminar al hijo pol¨ªtico de ese proceso de paz que era el partido Uni¨®n Patri¨®tica asociado con las FARC. C¨ªrculo vicioso de esa violencia infernal.
Otras lecciones en este caso: no hubo claridad sobre qu¨¦ inclu¨ªa el cese del fuego, la verificaci¨®n por lo tanto, no funcion¨®. Quiz¨¢s no dispararon pero cometieron otro tipo de acciones: secuestraron, extorsionaron y reclutaron ni?os. Y ante esto la respuesta fue m¨¢s guerra y m¨¢s violencia proveniente de otros sectores de la sociedad, los que hasta entonces parec¨ªan decentes. Cientos de muertos y unas FARC que terminaron despu¨¦s decidiendo la suerte de los procesos electorales desde mediados de los 90 y especialmente con el fracaso de los di¨¢logos con Andr¨¦s Pastrana en el Cagu¨¢n que volc¨® a la poblaci¨®n en favor de Alvaro Uribe.
No se logr¨®, sin embargo, la victoria por la v¨ªa militar a pesar de haber dado de baja a sus principales cabecillas (alias Mono Jojoy, Alfonso Cano, Ra¨²l Reyes, Iv¨¢n Rios etc.) y por lo tanto, casi todo el secretariado actual de esa organizaci¨®n est¨¢ hoy en La Habana negociando el fin del conflicto con los negociadores del gobierno de Juan Manuel Santos, quien fuera el ministro de Defensa que orden¨® los bombardeos.
Las FARC est¨¢n hoy en La Habana negociando el fin del conflicto con los que ordenaron los bombardeos contra sus l¨ªderes
Por eso ahora que el presidente Santos hizo el anuncio m¨¢s importante desde que hace dos a?os iniciara las negociaciones, que hab¨ªa ordenado discutir el cese al fuego bilateral y definitivo con las FARC, esas lecciones son m¨¢s que pertinentes. El punto tres de la agenda de negociaciones que dice claramente que con la firma del acuerdo se implementar¨¢ el cese bilateral y definitivo es inevitable y necesario incluso antes de firmarse el acuerdo por varias razones: porque facilita el acuerdo, porque impide el proselitismo armado en pleno a?o electoral y porque ambienta el proceso de refrendaci¨®n que debe llevarse a cabo sin un fusil en la cabeza o un menor reclutado para la guerra.
Las lecciones que dejan las experiencias de treguas violadas, y tribunales internacionales exigi¨¦ndole justicia al Estado colombiano, deben llamar la atenci¨®n sobre lo crucial de este momento, y la importancia de tomar decisiones sobre un cese bilateral pero solo si es definitivo, previos compromisos de las FARC, verificables, y principalmente cuando haya quedado solucionado el dilema de la justicia. Palabra que aparece una sola vez entre 1.237 que tiene el Acuerdo General para la Terminaci¨®n del Conflicto y no precisamente para ser aplicada a quienes cometieron las atrocidades.
El cese del fuego previo al acuerdo o cese del fuego como resultado del acuerdo con su firma no es un tema sem¨¢ntico o gram¨¢tico simple. En las palabras siempre est¨¢ el fondo. Y lo de fondo aqu¨ª es que el cese bilateral solo ser¨¢ aceptado por la sociedad y sus diversos sectores si la mesa de negociaci¨®n logra acordar que cesan por parte de las FARC todas y cada una de sus actividades de guerra conexas, t¨¦rmino tan usado ahora, y se estable con claridad c¨®mo ser¨¢n judicializados los m¨¢ximos responsables. Los colombianos queremos ver a nuestras v¨ªctimas restauradas para que as¨ª no estemos caminando sobre bilateralidades gratuitas.
Sin duda el tema de la justicia transicional es el punto m¨¢s importante previo a cualquier decisi¨®n de tregua. De esto depende la posible participaci¨®n en pol¨ªtica de los guerrilleros y la restauraci¨®n de las v¨ªctimas, que hasta hoy solo han sido burladas por sus victimarios. As¨ª tambi¨¦n en este punto est¨¢ la claridad sobre el tratamiento jur¨ªdico para los agentes del Estado involucrados en delitos dentro del conflicto. Para los militares que recibir¨¢n la orden de silenciar los fusiles esa decisi¨®n es una cuesti¨®n de honor.
Diana Calderon es directora de Informaci¨®n y de Hora 20 de Caracol Radio Colombia
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