¡°La gran sorpresa ha sido la crisis del islam¡±
El historiador, reportero y ensayista estadounidense reflexiona sobre las tensiones de las sociedades multiculturales europeas y cree que el islam atraviesa una crisis profunda


A David Rieff (Boston, 1952) hay que escucharle con atenci¨®n para no perder el hilo de sus argumentos. Salta de un extremo ideol¨®gico al otro sin complejos y fabrica conclusiones que rara vez encajan en cors¨¦s pol¨ªticos. Le gu¨ªan la valent¨ªa intelectual y d¨¦cadas de estudio y observaci¨®n sobre un terreno que a Rieff le gusta patear. A este historiador, le preocupa el encaje de los inmigrantes en Occidente y la malformaci¨®n de las llamadas sociedades multiculturales; un asunto del que se ocupa desde hace d¨¦cadas. Una Europa que percibe desnortada y naif, el islam sumido en una crisis profunda o los derechos humanos como credo absolutista son algunos de los asuntos que desgrana en una entrevista con este diario poco antes de disertar sobre inmigraci¨®n en el Espacio Bertelsmann en Madrid. Autor de ensayos como El Matadero: Bosnia y el fracaso de Occidente (Aguilar) o A punta de pistola (Debate), Rieff vive a caballo entre Estados Unidos y Europa y escribe y ense?a ¡ªen el Instituto de Estudios Pol¨ªticos de Par¨ªs¡ª sobre conflictos internacionales y acci¨®n humanitaria.
Rieff prefiere durante este encuentro aparcar su faceta de hijo. Su madre fue Susan Sontag, gran referente del pensamiento progresista estadounidense y cuyo legado Rieff se siente en la obligaci¨®n moral de mimar. ¡°Una de mis responsabilidades en la vida es mirar por su trabajo, pero no me gusta ejercer de hijo profesional¡±.
Pregunta. En los a?os ochenta ya escrib¨ªa sobre inmigraci¨®n y multiculturalidad. Algunos de los problemas de integraci¨®n de los que hablaba contin¨²an vigentes y otros se han agudizado sin que los Gobiernos de Europa hayan encontrado remedio.
Europa no se da cuenta de que el mundo es irracional y cruel [...]? los noventa fueron una excepci¨®n de prosperidad y disminuci¨®n de la barbarie. Que la vuelta de la barbarie es solo una vuelta a la normalidad.
Respuesta. Lo que est¨¢ pasando ya se pod¨ªa vislumbrar en los ochenta si quer¨ªas mirar. No hab¨ªa duda de que pobres del sur iban a venir al norte. En seguida entendimos de qu¨¦ iba la globalizaci¨®n, a pesar de que algunos pensaran que pod¨ªa afectar solo a los ricos y que los pobres simplemente no participar¨ªan. Por ese lado no me sorprende. La gran sorpresa ha sido el islam y su crisis. La gente no teme a los inmigrantes, teme al islam. Es absolutamente cierto que los gobiernos est¨¢n ciegos. No es posible que los alemanes en los sesenta pensaran que los gastarbeiter [los que emigraron a Alemania para trabajar] iban a volver a sus pa¨ªses, o que alguien piense que la gente no va a intentar cruzar a Ceuta y a Melilla. Es sorprendente que un cambio territorial min¨²sculo en Ucrania suponga horas y horas de dedicaci¨®n para un ministro y que de las muertes en el Mediterr¨¢neo se encargue casi de pasada y por obligaci¨®n. Hace falta m¨¢s voluntad pol¨ªtica.
P. En Europa, el populismo de derechas explota el miedo al diferente, mientras la izquierda, acomplejada, teme si quiera abordarlo en muchos pa¨ªses. ?Por qu¨¦ no somos capaces de mantener un debate sereno y racional sobre inmigraci¨®n?
R. Porque no solo la izquierda progresista defiende a los inmigrantes, tambi¨¦n est¨¢n los empresarios. La inmigraci¨®n se ha vuelto inevitable gracias a una alianza de la izquierda con la clase empresarial. La ruptura de los sindicatos es en parte consecuencia de la llegada de m¨¢s inmigraci¨®n. Los efectos de esta globalizaci¨®n hacen que la clase trabajadora entre en p¨¢nico. Ellos son los grandes perdedores de estos cambios globales. El futuro no pinta bien para ellos. Si eres un obrero de Lille, sabes que tus mejores a?os han quedado atr¨¢s, que ahora te enfrentas a deslocalizaciones, a m¨¢s inmigrantes dispuestos a trabajar por menos dinero. Esto explica por ejemplo que el Frente Nacional sea la fuerza dominante en Francia.
P. Los gobiernos no acaban de reaccionar y los extremistas copan el discurso. ?C¨®mo se puede romper esta din¨¢mica?
Una de mis responsabilidades en la vida es mirar por su trabajo, pero no me gusta ejercer de hijo profesional.
R. Lo ¨²nico positivo que veo de la cat¨¢strofe de Par¨ªs es que ahora, las ¨¦lites biempensantes francesas ya no podr¨¢n decir que no est¨¢ pasando nada. Los franceses son la sociedad m¨¢s esclerotizada que conozco en Europa. Est¨¢n ciegos, encantados de haberse conocido. Ahora sin embargo, el primer ministro franc¨¦s habla de apartheid en la banlieue [los barrios perif¨¦ricos] y eso es bueno. Esos j¨®venes [inmigrantes y descendientes de inmigrantes] est¨¢n muy enfadados y algunos son susceptibles de caer en las redes del Daesh [el Estado Isl¨¢mico]. Los j¨®venes que crecen en Europa saben que el islamismo radical es lo que m¨¢s asusta aqu¨ª. Se sienten impotentes porque no tienen poder econ¨®mico ni cultural. Su ¨²nica arma es la brutalidad. Europa tiene que darse cuenta de no ha sabido transmitir su narrativa hist¨®rica a los musulmanes. El hecho de que cada instituto jud¨ªo de Europa est¨¦ protegido tiene que ver con que no han asumido la narrativa europea. En 1945 nadie hubiera podido pensar que esto iba a suceder.
P. ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª?
R. Europa est¨¢ especialmente mal preparada para este tipo de problema. Las ¨¦lites europeas se han convencido a s¨ª mismas de que el mundo es un lugar racional. No se dan cuenta de que el mundo es irracional y cruel. Creo sinceramente que el periodo que hemos vivido entre 1945 y los noventa fueron una excepci¨®n de prosperidad y disminuci¨®n de la barbarie. Que la vuelta de la barbarie es solo una vuelta a la normalidad. Aqu¨ª hay adem¨¢s un componente pol¨ªtico. En EE UU o en Am¨¦rica Latina, los j¨®venes enfadados montan bandas criminales. Aqu¨ª se apuntan a la yihad. Es un problema real, no se lo ha inventado la derecha.
P. Usted sostiene que uno de los problemas es que los valores europeos se han diluido casi hasta dejar de existir.
R. A los chicos de la banlieue les dicen: tienes que aceptar los valores europeos. ?Pero qu¨¦ valores son esos? Esto es como el p¨®ker. No puedes derrotar algo con nada. Los valores se reduc¨ªan a ofrecer una vida mejor, prosperidad, pero eso ya no est¨¢ ah¨ª. En Francia adem¨¢s, un factor muy importante fue la crisis del comunismo, que era un motor de asimilaci¨®n tambi¨¦n en los suburbios. Los comunistas controlaban a los conflictivos y manten¨ªan la disciplina social en los barrios. Ahora ya no hay partido; hay imanes. Muchos de ellos hacen lo que pueden, pero no es suficiente. Hoy vivimos en un mundo en el que las cuestiones de identidad cobran mucha importancia. Otra raz¨®n fundamental es la crisis del islam.
En la historia de la cristiandad, hubo ¨¦pocas de fanatismo que se llevaron por delante otras corrientes cristianas. Creo que estamos en una de esas ¨¦pocas en el islam"
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. El islam ha entrado en una crisis profunda. La brecha entre sun¨ªes y chi¨ªes se ha convertido en guerra. Las guerras que observamos en Oriente Pr¨®ximo tienen que ver con esa fractura. En Siria por ejemplo est¨¢ claro que se trata de una guerra entre Catar y Arabia Saud¨ª contra Ir¨¢n. Si nos fijamos en la historia de la cristiandad, tambi¨¦n vemos ¨¦pocas de fanatismo que se llevaron por delante otras corrientes cristianas. Creo que estamos en una de esas ¨¦pocas en el islam.
P. Ch¨¦rif Kouachi, uno de los atacantes de Charlie Hebdo dijo en el pasado que fueron las torturas a musulmanes en Abu Ghraib lo que le cambi¨®.
R. No creo que el terrorismo isl¨¢mico tenga que ver con que Occidente no sea justo en Palestina o en Irak. Es verdad que en el caso de la identidad jud¨ªa, tambi¨¦n en Francia, el gran pegamento que mantiene a la comunidad unida en la di¨¢spora es el sionismo y que eso genera tensiones con otras minor¨ªas. Puede haber explicaciones, pero no justificaciones. O crees que se pueden poner bombas en los mercados o no. No hay camino intermedio. Los derechos humanos son un credo absolutista.
P. Siria se ha convertido en el gran im¨¢n para el yihadismo planetario. Europa y EE UU parecen estar un poco perdidos sobre c¨®mo actuar.
R. No puedes esperar que habiendo una guerra a las puertas de Europa la gente no huya. Mire, yo soy profesor de intervenci¨®n humanitaria y le puedo decir que no hay una guerra justa. En el caso sirio, no es posible justificar una intervenci¨®n internacional, porque las posibilidades de ¨¦xito son demasiado peque?as y ese es uno de los requisitos morales para intervenir.
P. ?Debe resignarse la comunidad internacional?
R. La comunidad internacional como concepto no existe. Hay un orden global, dominado por EE UU y Breton Woods. Entramos en un mundo multipolar, pero me cuesta imaginar que EE UU no vaya a ser un gran poder. En realidad, no creo que el mundo haya cambiado tanto, que el poder militar haya perdido tanta relevancia. Esa es una ilusi¨®n europea que parte de asunciones irreales, seg¨²n las cuales, las guerras son algo del pasado, y la gente va a ser cada vez m¨¢s rica. Eso no es as¨ª.
P. Resulta dif¨ªcil no preguntarle por su madre, Susan Sontag. ?Est¨¢ trabajando en nuevos proyectos vinculados con ella?
R. Tengo una peque?a fundaci¨®n que cre¨¦ en nombre de mi madre y que otorga premios a j¨®venes traductores. Ahora tengo que editar el tercer volumen de sus diarios en los pr¨®ximos seis meses. Hay much¨ªsimo material. Hay que seleccionar, porque ella no lo hizo. Hay miles y miles de p¨¢ginas, que en el tercer volumen quedar¨¢n reducidas a unas 300. Una de mis responsabilidades en la vida es mirar por su trabajo, pero no me gusta ejercer de hijo profesional.?
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