Liberados por falta de pruebas los acusados de matar a Jairo Mora
El crimen del ecologista que proteg¨ªa a las tortugas, que muri¨® golpeado y asfixiado en junio de 2013, queda impune en Costa Rica
El asesinato del ecologista Jairo Mora Sandoval ha quedado impune. Los sospechosos de asesinarlo en la madrugada del 1 de junio del 2013 fueron absueltos este lunes por falta de pruebas. El Tribunal Penal de Lim¨®n determin¨®, despu¨¦s de tres meses de proceso, que los indicios y testimonios presentados por la Fiscal¨ªa de Costa Rica contra las siete personas incriminadas en el homicidio de Mora eran insuficientes.
El ecologista muri¨® golpeado y asfixiado por agua y arena tras ser capturado mientras patrullaba la salvaje playa de Mo¨ªn, a 15 kil¨®metros de esta ciudad. Esa noche cumpl¨ªa su rutina de rescate de huevos de tortugas baula, en competencia con los hueveros ilegales que los buscan para venderlos en la regi¨®n o en la capital como un aperitivo afrodis¨ªaco.
Mora trabajaba para la organizaci¨®n Widecast, asociada con un refugio local, y hab¨ªa denunciado amenazas de muerte. Aquella noche, los hasta este lunes acusados retuvieron a las cuatro voluntarias extranjeras que patrullaban con Mora mientras se llevaban al ecologista a otro punto de la playa. Muri¨® a los 26 a?os y con ¨¦l se acab¨® su causa de protecci¨®n de tortugas en este sector del pa¨ªs. Los programas conservacionistas en esta zona se cancelaron por el riesgo y tampoco progres¨® el proyecto de convertirla en un refugio natural con el nombre del joven, como se plante¨® al calor de la noticia que puso en entredicho la imagen de Costa Rica como pa¨ªs ambientalista.
La extensa playa est¨¢ ahora a merced de los hueveros, coinciden quienes trabajaron con Mora. Ten¨ªan la esperanza entonces de que el juicio trajera al menos una cuota de justicia. La Fiscal¨ªa hab¨ªa pedido que se condenara a los sospechosos a un total de 686 a?os de c¨¢rcel por delitos de robo agravado, privaci¨®n de libertad de tres chicas norteamericanas y una veterinaria espa?ola, y el homicidio de Jairo.
Los problemas, sin embargo, fueron apareciendo en el proceso. Una parte de las pruebas se extravi¨® y otra fue anulada por los jueces por no haber sido presentada seg¨²n el protocolo. Los rastreos de tel¨¦fonos m¨®viles, la intervenci¨®n de conversaciones entre los sospechosos y su transcripci¨®n se sumaban a los testimonios de las j¨®venes y otros testigos protegidos, pero el Tribunal solo admiti¨® una parte de las pruebas y la consider¨® insuficiente. Los jueces se?alaron los ¡°errores¡± y ¡°falencias¡± de la Fiscal¨ªa y del Organismo de Investigaci¨®n Judicial (OIJ). Por ejemplo, reportaron que a Mora lo arrastraron un kil¨®metro por la arena atado a un todoterreno, pero solo presentaron una fotograf¨ªa de 20 metros.
No hubo entonces certeza de que esos siete sospechosos, ligados tambi¨¦n a otros cr¨ªmenes, fueron los responsables de matar a Mora. Tampoco bast¨® el relato ni el reconocimiento de las voluntarias. Ya antes la familia del joven, viendo los problemas en la investigaci¨®n, hab¨ªa retirado la demanda civil contra el Estado, con la cual la familia del joven pretend¨ªa una indemnizaci¨®n equivalente a 555.000 d¨®lares. El juicio no se tramitaba bajo consideraci¨®n alguna de ser un crimen de connotaci¨®n ambiental, a pesar de los antecedentes que Mora hab¨ªa publicado en su cuenta de Facebook, cinco semanas antes de morir. ¡°Podr¨ªan enviar mensajes a la Polic¨ªa para que vengan a la playa de Mo¨ªn. Que no tengan miedo, solo que vengan armados, no m¨¢s. 60 tortugas perdidas, ning¨²n solo nido. Ocupamos ayuda y pronto¡±, escribi¨® entonces.
La familia de Mora estuvo en el juicio y volvieron defraudados y entre l¨¢grimas. Asociaciones medioambientales lamentaron la ¡°impunidad¡± de estos cr¨ªmenes, y recordaron que hay otros nueve asesinatos de ecologistas en los ¨²ltimos 40 a?os en Costa Rica tambi¨¦n impunes.
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