Libertad condicional para De Kock, uno de los verdugos del ¡®apartheid¡¯
El Gobierno sudafricano no ha comunicado ni el lugar ni la fecha de la excarcelaci¨®n del cabecilla de uno de los escuadrones de la muerte
El Gobierno sudafricano ha concedido la libertad condicional al comandante del m¨¢s temido escuadr¨®n de la muerte del apartheid, Eugene de Kock, m¨¢s conocido como ¡°mal supremo¡±. De Kock fue condenado en 1996 a dos cadenas perpetuas y 212 a?os m¨¢s de c¨¢rcel, y saldr¨¢ de prisi¨®n tras haber cumplido solo 20. El ministro de Justicia sudafricano, Michael Masutha, ha declarado este viernes que la concesi¨®n de libertad condicional responde al ¡°inter¨¦s de la reconciliaci¨®n nacional¡± y a que el condenado ha expresado su remordimiento. Mientras, muchos sudafricanos siguen cuestionando la sinceridad de su arrepentimiento. El Gobierno no ha comunicado ni el lugar ni la fecha exacta de la liberaci¨®n de De Kock, de la que tendr¨¢ que pronunciarse definitivamente dentro de un a?o.
De Kock, de 66 a?os, dirigi¨® durante los a?os 80 y a principios de los 90 del siglo pasado la estructura paramilitar llamada C1, oficialmente la unidad de contrainsurgencia de la Polic¨ªa del r¨¦gimen segregacionista pero que actuaba en realidad como un batall¨®n de asesinos de ¨¦lite para eliminar a los m¨¢s molestos opositores y activistas.
En la granja de Vlakplaas, el cuartel general de sus operaciones, se torturaba, se asesinaba y se quemaban los cuerpos de los ya abatidos. La madriguera del horror estaba a unos 20 kil¨®metros de Pretoria, la capital del r¨¦gimen racista, donde estaban instaladas unas autoridades que, seg¨²n declar¨® De Kock, estaban bien informadas de lo que ocurr¨ªa en su granja.
El l¨ªder de ese escuadr¨®n de la muerte, que conmocion¨® Sud¨¢frica durante la Comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n con sus detalladas descripciones de los cr¨ªmenes que ¨¦l y sus hombres hab¨ªan cometido, tambi¨¦n ha llegado a se?alar al ¨²ltimo presidente del apartheid, FW de Klerk, a quien se le concedi¨® el Premio Nobel de la Paz junto a Nelson Mandela. ¡°Tiene las manos manchadas de sangre¡±, dijo De Kock en una entrevista en 2007. El expresidente neg¨® radicalmente estas acusaciones.
El ministro de Justicia ha dicho que su liberaci¨®n responde a ¡°una necesidad de reconciliaci¨®n nacional¡±
De Kock confes¨® m¨¢s de cien asesinatos, actos de tortura y fraude durante la Comisi¨®n y tambi¨¦n colabor¨® con las nuevas autoridades a localizar los restos de sus v¨ªctimas. Por ese motivo se le amnisti¨® por muchos de los cr¨ªmenes, pero no todos, ya que solo se pod¨ªan perdonar los actos con motivaci¨®n pol¨ªtica. Sus v¨ªctimas le dibujan como un psic¨®pata met¨®dico y sin escr¨²pulos, a quien no parec¨ªa inquietarle la s¨¢dica naturaleza de su trabajo. De Kock consideraba a su predecesor un cobarde, porque solo organizaba y no se involucraba en los homicidios.
Otro condenado por asesinato durante el apartheid, el exdiputado Clive Derby-Lewis, ha visto denegada su petici¨®n de libertad por motivos m¨¦dicos y seguir¨¢ cumpliendo su condena a cadena perpetua por su papel en el asesinato del l¨ªder del Partido Comunista de Sud¨¢frica, Chris Hani, en 1993.
Tambi¨¦n seguir¨¢ en la c¨¢rcel Ferdi Barnard, que cometi¨® asesinatos como miembro del grupo paramilitar Civil Cooperation Bureau (CCB), creado por el Gobierno del apartheid, y cuya solicitud de obtener la libertad condicional a¨²n debe ser estudiada.
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