Los eur¨®fobos se lanzan a la conquista de Alemania occidental
El sector moderado del partido AfD impone sus tesis e intenta aparcar las peleas internas
¡°Arribistas¡±, ¡°controladores obsesivos¡±, "d¨¦spotas" y ¡°chapuceros¡±. Son algunos de los ep¨ªtetos que en los ¨²ltimos meses se han intercambiado los m¨¢ximos dirigentes de Alternativa para Alemania (AfD). Pero la c¨²pula del partido eur¨®fobo alem¨¢n ha optado este fin de semana por aparcar sus diferencias m¨¢s evidentes y apostar por el objetivo que une a los conservadores-liberales y a los m¨¢s ultras: entrar en los parlamentos de las ciudades-Estado de Hamburgo y Bremen, que celebran elecciones pr¨®ximamente. Con la tregua firmada en el congreso celebrado en Bremen, AfD quiere demostrar su potencial para ser un partido de implantaci¨®n en todo el pa¨ªs ¨Cahora solo tiene diputados en tres Estados orientales y en el Parlamento Europeo- y un verdadero dolor de cabeza para los democristianos de la canciller Angela Merkel.
El fundador del partido y su cara m¨¢s conocida, Bernd Lucke, ha ganado este fin de semana una importante batalla. Lucke, que formalmente es tan solo uno de los tres portavoces nacionales, lleva tiempo luchando para acabar con ese triunvirato ¨Cy con la cacofon¨ªa de voces que conlleva- y convertirse ¨¦l en l¨ªder ¨²nico e indiscutible. Sus compa?eros de direcci¨®n y representantes de la l¨ªnea dura se opon¨ªan con el argumento de que la pluralidad de voces hac¨ªa m¨¢s rico al partido.
El hombre fuerte de AfD? admite que la gesti¨®n interna ha sido ¡°una chapuza¡±
Finalmente, han llegado a una soluci¨®n a medio camino seg¨²n la cual habr¨¢ l¨ªder ¨²nico ¨Cseguramente el propio Lucke-, pero no ser¨¢ hasta el pr¨®ximo mes de diciembre, seg¨²n una ajustada votaci¨®n que requiri¨® de 12 horas de intenso debate. ¡°No somos un club de bolos o una sociedad de crianza de conejos que podamos dirigir en nuestro tiempo libre. El liderazgo del partido ha sido una chapuza en los dos ¨²ltimos a?os. No podemos seguir as¨ª¡±, dijo Lucke, que hasta hace poco no descartaba dejar el partido si no lograba imponer sus puntos de vista.
El l¨ªder de AfD puede estar satisfecho. No solo por el resultado del congreso, sino porque varios acontecimientos de las dos ¨²ltimas semanas pueden beneficiarle. Los euroesc¨¦pticos viven la victoria de Alexis Tsipras como una confirmaci¨®n de sus tesis: siempre dijeron que Alemania no pod¨ªa compartir moneda con pa¨ªses como Grecia y ahora ven m¨¢s cercana la ansiada ruptura de la uni¨®n monetaria. Y, lo que es m¨¢s importante, conf¨ªan en aumentar el 6% de apoyos que las encuestas le atribuyen gracias a los alemanes temerosos del coste que cualquier concesi¨®n a Atenas puede tener para sus bolsillos.
Lucke logra imponer un l¨ªder ¨²nico del partido a partir de diciembre
¡°Estoy muy agradecido a Tsipras por haber mostrado que as¨ª no se puede seguir¡±, dijo Lucke, que defiende una salida inmediata de Grecia del euro y un futuro en el que Alemania no comparta divisa con el sur de Europa. Obligada a mirar a su flanco derecho, Merkel tendr¨¢ muy presente la amenaza que supone AfD a la hora de ofrecer cualquier medida de alivio al nuevo Gobierno griego.
La crisis del movimiento islam¨®fobo Pegida tambi¨¦n supone una buena noticia para Lucke y sus m¨¢s cercanos. Porque el hombre fuerte de AfD siempre se distanci¨® de aquellos l¨ªderes del partido que defend¨ªan un acercamiento a los xen¨®fobos de Dresde. El esc¨¢ndalo de las fotos del l¨ªder de Pegida disfrazado de Hitler, las peleas y dimisiones de su c¨²pula y las recientes noticias de escisi¨®n del movimiento son m¨²sica en los o¨ªdos de Lucke y dejan en muy mal lugar a sus rivales internos. Los fundadores tem¨ªan que el partido pasara a convertirse en una especie de Frente Nacional de Marine Le Pen.
Alexander Gauland, uno de los l¨ªderes de los halcones, admit¨ªa la semana pasada a este peri¨®dico que si no fuera por las veleidades antisemitas tendr¨ªa muchos elementos en com¨²n con Marine Le Pen. "Pegida es un movimiento democr¨¢tico surgido del centro de la sociedad alemana", a?ad¨ªa Gauland, obviando las poses hitlerianas o las referencias a los demandantes de asilo como "ganado" de su fundador, Lutz Bachmann.
Lucke se ha salido con la suya, pero eso no supone autom¨¢ticamente el fin de sus problemas. Porque las discrepancias en AfD sobre numerosos temas ¨Cpol¨ªticas de inmigraci¨®n, actitud ante Rusia, el acuerdo de libre comercio con EE UU, entre tantos otros- siguen tan fuertes como siempre. ¡°Lo que ha conseguido Lucke es una tregua por parte de sus rivales internos, que han perdido la batalla pero no la guerra y har¨¢n todo lo posible para imponer en el programa su sello nacional-conservador¡±, asegura Tim Herden, analista de la televisi¨®n p¨²blica alemana.
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