Grecia plantea un ambicioso canje de deuda y abandona la idea de una quita
Atenas presenta un plan de ingenier¨ªa financiera para evitar un choque con sus socios
Grecia empieza a ense?ar sus cartas. Y deja atr¨¢s algunas de sus propuestas m¨¢s radicales antes incluso de que arranque la negociaci¨®n: Atenas ya no plantea una quita de la deuda p¨²blica, que se ha convertido en una especie de anatema, en una estupenda l¨ªnea roja en Europa. El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, hizo p¨²blicos ayer los planes de su Gobierno para aliviar la pesada losa de deuda -que asciende a un casi impagable 175% del PIB: 315.000 millones de euros-, con una soluci¨®n imaginativa que recuerda a la que dise?¨® Estados Unidos hace 25 a?os para acabar con la crisis de deuda latinoamericana: el plan Brady. El plan Varoukafis consiste en un men¨² de intercambios de deuda: se trata de canjear los bonos actuales por dos nuevos tipos de instrumentos financieros. Uno: bonos ligados al crecimiento para sustituir la deuda en manos oficiales (unos 190.000 millones que poseen los socios del euro y los mecanismos europeos de rescate, con un riesgo total de 26.000 millones de Espa?a), y que consiste en pagar solo en el caso de que Grecia alcance un determinado avance del PIB. Algo parecido a lo que hizo tambi¨¦n Alemania despu¨¦s de la II Guerra Mundial. Y dos: deuda perpetua para sustituir los bonos en manos del BCE, que suman unos 27.000 millones.
La propuesta no ha sido discutida a¨²n con el BCE ni con Alemania
Se trata, en pocas palabras, de usar la retorcida ingenier¨ªa financiera para evitar la temida quita, lo que en los mercados se conoce como un corte de pelo (haircut) de la deuda. Grecia busca sortear as¨ª un choque frontal con los socios del euro, que de ninguna manera van a aceptar tampoco esas condiciones, una suerte de propuesta de m¨¢ximos en el primer episodio de una negociaci¨®n que no ser¨¢ nada f¨¢cil. El nuevo Ejecutivo de Syriza intenta conseguir algo de margen fiscal para acometer sus reformas y poder cumplir algunas de sus promesas electorales. Junto con ese plan para la deuda, Varoufakis cont¨® al Financial Times que prev¨¦ un golpe a los grandes evasores fiscales para conseguir, en suma, un super¨¢vit fiscal de hasta un 1,5% del PIB. Los acuerdos de Grecia con la troika preve¨ªan super¨¢vits primarios (sin contar el pago del intereses) del 4,5% del PIB para este a?o.
La propuesta no ha sido discutida a¨²n con el Banco Central Europeo (BCE) ni con el Gobierno alem¨¢n, seg¨²n reconoce el propio Ejecutivo griego a Reuters, pese a que Tsipras ha estado en contacto pr¨¢cticamente continuo con las instituciones europeas. Pero el plan ha sido bien recibido en los mercados, que interpretan que al menos las propuestas m¨¢s descabelladas ¨Cla citada quita, que abocaba a Grecia a un choque de trenes con los socios del euro y, seg¨²n algunas filtraciones de Berl¨ªn, incluso a la posibilidad de una salida del euro¡ªse han quedado en el tintero y permiten descartar los habituales escenarios apocal¨ªpticos. La Bolsa griega ha abierto este martes con fuertes subidas, de m¨¢s del 7%. Las primas de riesgo se han relajado considerablemente tras una semana al alza. Pero no hay detalles a¨²n del plan, seg¨²n reconocen las fuentes consultadas en Bruselas, a la espera de la visita de ma?ana de Alexis Tsipras, el flamante primer ministro griego, a la Comisi¨®n Europea.
Tsipras garantiz¨® el s¨¢bado que pagar¨¢ todos sus pr¨¦stamos al FMI y al BCE, lo que deja como v¨ªctima propiciatoria la deuda en manos de los socios europeos y de los mecanismos de rescate europeo. Y tanto el primer ministro como Varoufakis han subrayado que el sector privado no asumir¨¢ m¨¢s p¨¦rdidas, tras las dos reestructuraciones acordadas desde el inicio de la crisis griega, all¨¢ por 2010. Los socios del euro han reestructurado las condiciones de las ayudas (o cr¨¦ditos) a Grecia en cuatro ocasiones, pero aun as¨ª un acuerdo del Eurogrupo en noviembre de 2012 abre la puerta a una quinta reestructuraci¨®n. M¨¢s que quitas y canjes de bonos, Europa prefiere alargar los plazos actuales y reducir en lo posible los intereses de la deuda, algo que seg¨²n Bruegel podr¨ªa suponer ahorros conjuntos de hasta el 17% del PIB. Grecia quiere m¨¢s. Pero es cierto que las condiciones ya est¨¢n bastante ajustadas. El EFSF (uno de los fondos de rescate europeo) posee 142.000 millones de euros de la deuda griega a un plazo medio de 32 a?os y un inter¨¦s del 1,5%, inferior al que paga Espa?a. Y Atenas no debe empezar a pagar ese dinero hasta 2023. El BCE tiene en torno a 27.000 millones, seg¨²n Bloomberg, pero en ese caso Grecia tiene que empezar a pagar pronto: hay vencimientos tan pronto como este a?o de 6.600 millones, que estrechan el margen de Grecia. El FMI concentra en torno a 25.000 millones adicionales, pero Atenas no debe empezar a pagar esos cr¨¦ditos hasta 2019, aunque abona intereses en el entorno del 3,5%. Y hay a¨²n pr¨¦stamos bilaterales, de mayo de 2010, por unos 80.000 millones. Algunos Gobiernos han dado cifras de su exposici¨®n: Francia unos 42.000 millones; Espa?a unos 26.000 millones, aunque esas cifras salen de sumar la participaci¨®n de los pa¨ªses en varios instrumentos, avales y los cr¨¦ditos directos.
En Bruselas no se entiende por qu¨¦ Varoufakis present¨® ayer ese plan en Londres al ministro brit¨¢nico, George Osborne, que no participa en las reuniones del Eurogrupo: los ministros de Finanzas del euro son quienes deber¨¢n tomar la decisi¨®n sobre la deuda griega, y en esas reuniones no participa Osborne. La respuesta est¨¢ en la City: Varoufakis tambi¨¦n dio a conocer el programa al sistema financiero en Londres, y los resultados se dejaban notar esta ma?ana en los mercados. El cambio de tono en Grecia es ya sustancial, de cara a la cumbre europea del 12 de febrero y a un Eurogrupo posterior, a mediados de este mes, en el que cada una de las partes de la negociaci¨®n ya tendr¨¢ mucho m¨¢s claras las demandas, reclamaciones o exigencias de la otra.
Las primas de riesgo se han relajado considerablemente tras una semana al alza
Pero la clave de todo el l¨ªo, curiosamente, no est¨¢ ni en Bruselas ni en Londres: est¨¢ en los cuarteles generales del BCE, en Fr¨¢ncfort. El Eurobanco ha dejado claro que no aceptar¨¢ una quita de la deuda griega en sus manos porque eso podr¨ªa considerarse financiaci¨®n monetaria de un Estado, algo expresamente prohibido en los tratados. Pero el papel del BCE va mucho m¨¢s all¨¢: la banca griega depende de las l¨ªneas de financiaci¨®n en Fr¨¢ncfort para seguir viva. Y Draghi ha dejado claro que si Grecia no est¨¢ bajo un programa de los acreedores cortar¨¢ esas l¨ªneas: eso desencadenar¨ªa una quiebra en cadena de las entidades y muy probablemente un accidente may¨²sculo, con un impago por parte del Gobierno griego. Ese es el bot¨®n nuclear que nadie quiere apretar, pero est¨¢ ah¨ª, en rojo.
El 28 de febrero vence el rescate a Grecia, que ha anunciado que no quiere una nueva extensi¨®n: cualquier indicaci¨®n de Draghi al respecto precipitar¨ªa las negociaciones. Al cabo, quedan menos de cuatro semanas para negociar un tercer rescate suave (una l¨ªnea de cr¨¦dito de precauci¨®n, en condiciones m¨¢s laxas) o, ante lo estrecho de ese plazo, para que Grecia se eche atr¨¢s como ha hecho con las quitas y pida una extensi¨®n para no provocar un accidente. Tsipras no tiene margen: necesita el dinero europeo porque Grecia sigue siendo incapaz de financiarse en los mercados por s¨ª sola. Los socios europeos tampoco: saben que sin concesiones a Atenas se exponen a graves problemas pol¨ªticos con consecuencias potencialmente devastadoras si se inicia una nueva oleada de inestabilidad en Grecia, que se extienda por el resto de Europa como ha venido sucediendo una y otra vez desde hace un interminable lustro. La propuesta de Varoufakis es apenas una primera aproximaci¨®n a las posiciones de los socios del euro. Pero solo la Comisi¨®n Europea ha anunciado a d¨ªa de hoy algo realista, un camino intermedio: una reestructuraci¨®n que permita alargar los plazos y reducir los tipos de inter¨¦s que paga Grecia por su endeudamiento, y una concesi¨®n m¨¢s pol¨ªtica, el fin de la troika, para que Tsipras pueda presumir en casa. Las posiciones deber¨ªan ir convergiendo hacia esa tercera v¨ªa si de verdad se quiere evitar un accidente. Aunque la crisis del euro demuestra que, con Grecia en el men¨², cualquier cosa es posible. Incluso un disgusto serio.
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