Condenada a un a?o de c¨¢rcel la exvicepresidenta de Korean Air
La hija del presidente de la aerol¨ªnea retras¨® un vuelo para echar a un sobrecargo
Cho Hyun-ah ¡°trat¨® a la tripulaci¨®n como si fuesen esclavos feudales, sin mostrar ning¨²n respeto por otros seres humanos¡±. Oh Seong-woo, el juez que ha dictado sentencia hoy contra la exvicepresidenta de Korean Air, que protagoniz¨® el incidente conocido como la rabia de las nueces, ha sido contundente en sus apuntes finales. Pero no tanto en la condena que ha impuesto: aunque Cho ha sido declarada culpable de varios delitos entre los que destaca uno contra la seguridad a¨¦rea por haber modificado la ruta del avi¨®n en el que iba a volar de regreso a Se¨²l el pasado 5 de diciembre, su castigo se limita a un a?o de c¨¢rcel, muy lejos del m¨¢ximo de 15 a?os que contempla la ley por ese delito y de los tres a?os que ped¨ªa la fiscal¨ªa.
En cualquier caso, el tribunal ha rechazado la teor¨ªa de la defensa y considera probado que Cho puso en peligro el vuelo KE86, que estaba alej¨¢ndose de la plataforma de estacionamiento, al requerir al capit¨¢n que regresara al finger para expulsar del gigantesco Airbus A-380 al sobrecargo de la tripulaci¨®n. Y todo porque una azafata le hab¨ªa servido como aperitivo unas nueces de macadamia sin haberle preguntado antes si las quer¨ªa y, adem¨¢s, en la bolsa de pl¨¢stico que las conten¨ªa. Airada porque la empleada se hab¨ªa saltado el protocolo que dicta que las nueces tienen que presentarse en un bol de cer¨¢mica y s¨®lo si el pasajero lo requiere, arremeti¨® f¨ªsicamente contra la joven y pidi¨® hablar con el responsable de la tripulaci¨®n, que tampoco supo concretar cu¨¢l era la forma correcta de servir los frutos secos.
¡®Si no conoce las normas del servicio, es posible que tampoco est¨¦ al corriente de las que regulan la seguridad a bordo¡¯, es lo que Cho argument¨® para justificar la expulsi¨®n del sobrecargo cuando el incidente trascendi¨® y estall¨® el esc¨¢ndalo en Corea del Sur. No obstante, hoy el juez ha puesto en duda que las nueces se hubiesen servido ¡°de forma tan incorrecta¡±, y ha dictado que un vuelo se inicia cuando el avi¨®n se pone en movimiento, y no cuando entra en la pista para el despegue como afirmaba la defensa de Cho, que ha escuchado su sentencia entre l¨¢grimas. ¡°Se comport¨® como si fuese su avi¨®n privado¡±, ha continuado el magistrado, ¡°y ha da?ado la dignidad del pa¨ªs¡±.
No en vano, la actitud de Cho ha servido para dejar en evidencia el autoritarismo y el sentimiento de impunidad con el que act¨²an los directivos de los chaebol, denominaci¨®n que reciben los gigantescos conglomerados empresariales que dominan la econom¨ªa surcoreana. De hecho, lo que muchos consideran m¨¢s grave no es el incidente de las nueces en s¨ª, sino que Cho pudiese haber tratado de sobornar a los implicados para que diesen un testimonio falso ante los investigadores del caso. Cho ha sido declarada inocente de este ¨²ltimo delito, pero, curiosamente, un directivo de Korean Air, Yeo Woon-jin, s¨ª que tendr¨¢ que pasar ocho meses en la c¨¢rcel por haber presionado a sus empleados para que mintiesen, y un funcionario del Ministerio de Transporte, Kim Woon-sub, tambi¨¦n ha sido sentenciado a seis meses de c¨¢rcel -con una suspensi¨®n de la condena por un a?o- por haber filtrado documentos de la investigaci¨®n a la aerol¨ªnea.
Aunque Cho se hab¨ªa declarado inocente de todos los delitos menos de uno -agredir a un miembro de la tripulaci¨®n-, durante el juicio se ha disculpado por su comportamiento en varias ocasiones. Ha llegado incluso a enviar seis cartas al tribunal en un desesperado intento por lograr que su sentencia sea suspendida y no tenga que ingresar en prisi¨®n. No obstante, el juez ha sido implacable en su apaleamiento verbal: ¡°Es muy cuestionable que Cho est¨¦ realmente arrepentida¡±, ha disparado. Por eso, salvo que decida apelar y otro tribunal la salve, la exdirectiva no parece que se vaya a librar de acabar entre rejas.
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