Las milicias chi¨ªes, un arma de doble filo para el Gobierno de Bagdad
Su creciente peso y sus v¨ªnculos con Ir¨¢n socavan la lucha contra el avance yihadista que han ayudado a contener
Los diputados sun¨ªes del Parlamento iraqu¨ª (73 de 328) han decidido boicotear la C¨¢mara tras el asesinato de un destacado l¨ªder tribal del que acusan a una milicia chi¨ª. Es el ¨²ltimo incidente en cuestionar la actividad de esos grupos armados paralelos que si bien han sido decisivos para que las fuerzas gubernamentales frenen el avance del Estado Isl¨¢mico (EI), pueden terminar debilitando esa lucha. Su creciente influencia y la percepci¨®n de que act¨²an a las ¨®rdenes del vecino Ir¨¢n est¨¢n exacerbando las divisiones sectarias en un momento en que el Gobierno de Bagdad necesita el apoyo de la comunidad sun¨ª para lanzarse a la reconquista de Mosul.
¡°Milicias respaldadas por Ir¨¢n han extendido sus operaciones al norte de Irak donde antes no operaban¡±, destacaba recientemente Sinan Adnan, del Instituto para el Estudio de la Guerra. Para este analista, ¡°si las milicias se muestran eficaces en la zona, eso aumentar¨¢ con toda probabilidad su influencia, as¨ª como la influencia iran¨ª en Irak¡±.
Principales milicias chi¨ªes en Irak
2. No afiliadas directamente con Ir¨¢n, pero tambi¨¦n con buenas relaciones
Afiliadas con Ir¨¢n
- Asaib Ahl al Haq, Liga de los Justos
- Kataeb Hezbol¨¢, Falanges del Partido de Dios
- Organizaci¨®n Badr, escisi¨®n de la rama militar del antiguo Consejo Supremo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica en Irak, m¨¢s tarde renombrado Consejo Supremo Isl¨¢mico de Irak (CSII), que ahora cuenta con su propia milicia.
- Saraya al Khorasani, Brigadas de Joras¨¢n
- Kataeb Sayed al Shuhada, Falanges del Se?or de los M¨¢rtires
- Harakat al Nujaba, Movimiento del Frente
- Saraya al Salam, o Brigadas de la Paz, reencarnaci¨®n del Ej¨¦rcito del Mahdi de Muqtada al Sadr
- Liwa al Shabab al Risali, vinculada al ayatol¨¢ Mohamed al Yaqubi (que se reclama seguidor del padre Muqtada)
- Liwa Dhu al Fiqar, tambi¨¦n de tendencia sadrista
- Saraya Ashura, dirigida por Ammar al Hakim, l¨ªder del CSII
- Saraya Ansar al Aqida, dirigida por el jeque Yalal al Din al Saghir, tambi¨¦n vinculado al CSII
Ah¨ª radica el problema. El primer ministro, Haider al Abadi, lleg¨® al poder con el compromiso de gobernar para todos despu¨¦s de que el avance del EI sobre el norte de Irak el pasado verano evidenciara el desafecto de los ¨¢rabes sun¨ªes. Esa comunidad percib¨ªa al Gobierno central como un Gobierno chi¨ª y a las fuerzas de seguridad como sectarias.
El vergonzoso derrumbe del Ej¨¦rcito ante el avance de los yihadistas hizo sonar las alarmas. El l¨ªder espiritual de los chi¨ªes iraqu¨ªes, el ayatol¨¢ Ali Sistani, hizo un llamamiento a las armas para defender el pa¨ªs. Su fetua ped¨ªa que los hombres capaces de empu?ar un arma se alistaran en las fuerzas de seguridad, pero se convirti¨® en una coartada para el resurgimiento de las milicias chi¨ªes que nunca hab¨ªan llegado a desaparecer.
Bajo el lema de la ¡°movilizaci¨®n popular¡± y con el respaldo de Ir¨¢n, docenas de grupos armados, algunos activos desde el derribo de Saddam Husein en 2003 y otros nuevos, han llenado el vac¨ªo que dej¨® el Ej¨¦rcito regular. La mayor¨ªa de los analistas coinciden en que su despliegue en los centros urbanos de Al Anbar ha contribuido a evitar la ca¨ªda de Ramadi, la capital provincial, y otras localidades. Tambi¨¦n han sido clave en la defensa de Bagdad o la provincia de Diyala. Pero a un precio.
¡°No es s¨®lo el resultado de sus propias habilidades para el combate. Es en gran medida fruto del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iran¨ª¡±, defiende el estudioso Aymenn al Tamimi en referencia a los Pasdar¨¢n. En su opini¨®n, ¡°el ¨¦xito chi¨ª en Irak refleja la eficacia de la doctrina de la Guardia Revolucionaria respecto a la construcci¨®n, apoyo y uso de agentes pol¨ªticos y militares sectarios como un instrumento clave ¨Ca veces el instrumento clave- de la pol¨ªtica iran¨ª en la regi¨®n¡±.
Sea cual sea la interpretaci¨®n que se haga de las intenciones iran¨ªes, resulta indiscutible que sus protegidos constituyen el grueso de las fuerzas que se enfrentan al EI (entre 100.000 y 120.000 efectivos, el doble que el Ej¨¦rcito regular) y que su creciente influencia est¨¢ exacerbando las divisiones sectarias. Por un lado, hace aparecer como d¨¦bil al Gobierno, que a¨²n no ha logrado que el Parlamento (dominado por los chi¨ªes y los kurdos) apruebe la formaci¨®n de una Guardia Nacional que permitir¨ªa alistar y armar a los sun¨ªes para la defensa de sus regiones. Por otro, los milicianos no responden al Estado sino a los intereses de sus respectivos grupos, lo que deja mayor margen para que cometan excesos.
¡°Los abusos por parte de las milicias aliadas con las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes en zonas sun¨ªes han aumentado en los ¨²ltimos meses¡±, denunci¨® ayer domingo Human Rights Watch (HRW). La organizaci¨®n internacional, que ha recogido indicios de posibles cr¨ªmenes de guerra, menciona que quienes tuvieron que abandonar sus hogares debido al avance yihadista el pasado verano son v¨ªctimas cuando intentan regresar de detenciones arbitrarias, coacciones e incluso ejecuciones sumar¨ªsimas por parte de los milicianos. Ya en octubre, Amnist¨ªa Internacional alert¨® de la impunidad absoluta con la que estaban actuando esos grupos.
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