La mujer trae cada vez m¨¢s los alimentos a las mesas

La pr¨®xima vez que abra la despensa o la nevera, an¨ªmese a enumerar los alimentos que all¨ª guarda. ?Sabe qui¨¦n es responsable de que lleguen a su mesa? Contrario a lo que suponemos, las mujeres que trabajan en el campo aportan al menos la mitad de la producci¨®n de alimentos a nivel mundial.

Esto es lo que los expertos llaman la ¡°feminizaci¨®n del campo¡±. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, entre el 8% y el 30% de las explotaciones agrarias est¨¢n a cargo de una mujer, de acuerdo a la Organizaci¨®n de la ONU para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO). Pero lejos de ser una moda, se trata de hacer visible una realidad que ocurre desde hace siglos pero que solo en los ¨²ltimos a?os ha comenzado a reconocerse.

¡°En Am¨¦rica Latina, las mujeres siempre trabajaron en la agricultura, pero nunca estuvieron a cargo de sus fincas como en otras regiones del mundo¡± explica Barbara Coello, economista rural especializada en g¨¦nero y nutrici¨®n y consultora del Banco Mundial. ¡°Reci¨¦n en los ¨²ltimos a?os empiezan a aparecer en las estad¨ªsticas¡±.

Esto se vuelve particularmente evidente en los pa¨ªses centroamericanos, donde muchos hombres que figuraban al mando de sus tierras, migraron hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades laborales, dejando atr¨¢s a sus mujeres y sus hijos.

Hasta hace muy poco se pensaba que las mujeres del campo que recib¨ªan ayudan desde el exterior ¨C se estima que a Centroam¨¦rica se enviaron remesas por m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares anuales ¨C abandonaban la actividad agraria. Pero no es as¨ª.

¡°La migraci¨®n est¨¢ visibilizando el rol central de la mujer en la agricultura¡±, dice la experta. As¨ª lo pudo comprobar durante unas entrevistas realizadas al sureste de Guatemala donde a las mujeres no les qued¨® otra opci¨®n que permanecer en la actividad agr¨ªcola para resolver necesidades b¨¢sicas de subsistencia.

Y a medida que la inmigraci¨®n se vuelve m¨¢s arriesgada y cara, y que los hombres migrantes pasan periodos m¨¢s largos lejos de sus familias, las mujeres de las zonas rurales adquieren un papel m¨¢s activo en la toma de decisiones de las actividades agr¨ªcolas de sus hogares.

¡°Existe mucha desnutrici¨®n entre nuestros ni?os y con comida diversa podemos bajarla¡±, cuenta Laura, lideresa de una organizaci¨®n de mujeres rurales en Guatemala.

Lo cierto es que aunque sus huertas no contribuyen a la expansi¨®n del sector agr¨ªcola, permiten una fuente confiable y permanente de nutrici¨®n para su familia, ya que tienen acceso a alimentos diversos, provisi¨®n en momentos de inestabilidad o cuando los mercados est¨¢n lejos del hogar.

Discriminadas en su propia tierra

Aunque esta situaci¨®n es m¨¢s com¨²n donde la migraci¨®n a otros pa¨ªses es moneda corriente, cada vez m¨¢s mujeres de Am¨¦rica Latina toman la posta y aseguran la productividad de sus tierras.

Chile est¨¢ a la cabeza de los pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os, con el 30 % de sus explotaciones agr¨ªcolas a cargo de mujeres, seguido por Panam¨¢ (29 %), Ecuador (25 %), Hait¨ª (25 %) y Nicaragua (23%).

¡°Mi esposo est¨¢ solamente el fin de semana porque trabaja en la ciudad. Yo soy la responsable de todo esto¡± (el resto de la semana), dice Norma, mirando a sus m¨¢s de 200 cabras que descansan en el corral que ella misma improvis¨® dentro de Los Cardones, en el norte de Argentina.

Pese a la mejora global, los predios dirigidos por mujeres tienden a ser de menor tama?o y ocupan tierras de menor calidad, y adem¨¢s tienen menor acceso al cr¨¦dito, a la asistencia t¨¦cnica y a capacitaci¨®n.

Y esto es particularmente apremiante en Guatemala. ¡°Las mujeres experimentan una escasez de mano de obra¡±, relata Coello, ¡°son discriminadas por los jornaleros para quien la idea de tener una jefa todav¨ªa no es parte de la cultura local¡±.

De hecho, en Am¨¦rica Latina cuatro de cada 10 campesinas mayores de 15 a?os no tienen ingresos propios. Sin embargo, trabajan a diario y mucho, se?ala la FAO.

Cuidadoras de la dieta

¡°La mujer es el enlace entre la comida y la gente¡±, afirma la experta. As¨ª tambi¨¦n lo presenta un informe elaborado por el Banco Mundial, que se?ala que las mujeres participan en todas las etapas del proceso desde producir y procesar hasta comercializar los alimentos.

Por ejemplo en ganader¨ªa, desde el cuidado de los animales hasta la elaboraci¨®n y la venta de los productos que se extraen de ellos, siempre hay participaci¨®n de mujeres.

La mujer en zonas rurales tiene un papel clave para desarrollar una agricultura que permita la mejora de la seguridad alimentaria en Latinoam¨¦rica.

El tema no es menor, ya que en la regi¨®n millones de familias de bajos ingresos, en particular en las zonas rurales, sufren de deficiencias de micronutrientes como el hierro, zinc y la vitamina A. Esto genera graves consecuencias para la salud, la supervivencia y el ¨®ptimo desarrollo cognitivo de las poblaciones vulnerables, como es el caso de las mujeres embarazadas y los ni?os en los primeros 1,000 d¨ªas de vida.

Por otro lado, la poblaci¨®n rural pobre de la regi¨®n tiene altas tasas de obesidad, comparables a las de pa¨ªses de mayores ingresos.

La paradoja se acent¨²a en pa¨ªses como Guatemala, donde el sector agr¨ªcola ha llegado a sofisticados niveles, contribuyendo al 10.2% del PIB y aproximadamente la mitad de las exportaciones del pa¨ªs pero su poblaci¨®n tiene la tercera tasa de desnutrici¨®n cr¨®nica (retraso del crecimiento) en el mundo (54.5%).

De acuerdo a la experta, es necesario entender qu¨¦ tipo de medidas podr¨ªan ayudar a las mujeres a mejorar sus rendimientos agr¨ªcolas, como incluirlas en otros servicios agropecuarios y de asesoramiento, incrementar el acceso al cr¨¦dito, capacitaciones, tecnolog¨ªa e insumos.