S?o Paulo se ahoga en la peor sequ¨ªa del ¨²ltimo siglo
Los paulistanos tendr¨¢n que convivir con cortes de agua cuatro o cinco veces a la semana
S?o Paulo sufre la peor crisis h¨ªdrica que recuerdan sus habitantes. Hay casas sin agua 12 horas al d¨ªa, cafeter¨ªas que han dejado de servir caf¨¦ por la tarde, algunos restaurantes de lujo que han comenzado a comprar platos de pl¨¢stico para servir sus manjares, los hospitales buscan planes de emergencia, los bidones gigantes de hasta 250 litros se han convertido en objeto de deseo y las comunidades de vecinos imponen su propio racionamiento. Y es solo el comienzo.
Las principales presas que abastecen a sus 12 millones de habitantes est¨¢n funcionando con la reserva desde el a?o pasado y la ciudad, que es la capital econ¨®mica de Brasil, planea decretar cortes m¨¢s dr¨¢sticos en el abastecimiento en todas las casas. Si la situaci¨®n continua como est¨¢ ¡ªla temporada seca comienza el mes que viene¡ª los paulistanos tendr¨¢n que vivir con cuatro o cinco d¨ªas sin agua por semana. La agricultura y la industria ¡ªconsumidoras del 40% del agua del Estado¡ª prev¨¦n p¨¦rdidas millonarias.
Una de las viviendas sin agua desde hace meses es la de Mariana Chaves, donde la mayor parte del d¨ªa lo ¨²nico que sale del grifo es un sonido parecido al de un televisor sin sintonizar. Hace casi seis meses que la falta de l¨ªquido ha alterado la rutina de esta casita de tres plantas de un barrio acomodado de S?o Paulo. Desde finales del a?o pasado, la compa?¨ªa de saneamiento que abastece la capital paulista est¨¢ reduciendo la presi¨®n del sistema para disminuir el consumo. La maniobra, en la pr¨¢ctica, reduce tanto la fuerza del agua que deja miles de casas con los grifos secos, sobre todo las que, como la de Mariana, se encuentran en las partes m¨¢s altas de la ciudad. Mariana, productora cultural de 36 a?os, nunca se hab¨ªa preocupado por su consumo, pero hoy cronometra el tiempo que su familia tarda en ba?arse, proh¨ªbe a su marido afeitarse en la ducha, acumula baldes y botellas en cada canto, recupera el agua de la lavadora y lava el patio con agua de lluvia. ¡°Esto es una especie de entrenamiento para lo que pueda llegar, pero ni yo ni mi casa estamos listos para quedarnos cuatro d¨ªas sin agua¡±, lamenta Mariana.
Las principales presas ?funcionan con la reserva desde el a?o pasado
Las lluvias por debajo de la media de los dos ¨²ltimos a?os son las que han empujado a la capital paulista a este precipicio. Sin embargo, las advertencias de los especialistas sobre los ciclos variables de las precipitaciones y la necesidad de proteger los manantiales e invertir en infraestructuras y pol¨ªticas de consumo responsable y de reutilizaci¨®n se repiten desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. ¡°Ya hab¨ªamos alertado sobre el aumento de la poblaci¨®n, sobre la necesidad de implantar sistemas de reutilizaci¨®n y de usar otras reservas para no depender tanto de las presas actuales¡±, afirma Raul Sturari, coordinador de un amplio informe sobre el futuro medioambiental de S?o Paulo solicitado por el Gobierno del Estado en 2009. ¡°Esta crisis era tan previsible que fue prevista¡±, incide Stutari.
A pesar de que la sequ¨ªa es un problema cr¨®nico en el nordeste del pa¨ªs, la escasez de agua nunca sensibiliz¨® a la regi¨®n m¨¢s rica de Brasil donde se usa ¡ªy malgasta¡ª para casi todo. La falta de planificaci¨®n de S?o Paulo y la crisis que atraviesa no ha servido de lecci¨®n a R¨ªo de Janeiro y Minas Gerais que caminan hacia los mismos problemas de abastecimiento en un pa¨ªs que mantiene el 12% de las reservas de agua dulce del planeta.
Los cortes durante cuatro d¨ªas en la capital parec¨ªan inminentes, hasta que las lluvias de los ¨²ltimos d¨ªas est¨¢n dando un respiro al sistema de presas. Con todo, el profesor Jos¨¦ Galizia Tundisi, uno de los mayores especialistas en recursos h¨ªdricos de Brasil, exige que el racionamiento estricto se decrete cuanto antes para no acabar con las pocas reservas que quedan. ¡°Los cortes tienen que implantarse aunque trabajemos con previsiones m¨¢s optimistas¡±, afirma. Tundisi advierte tambi¨¦n de que, sin agua, S?o Paulo se enfrentar¨¢ a una convulsi¨®n social, m¨¢s intensa que la vivida durante las protestas de junio de 2013. ¡°En un contexto como este y sin la transparencia suficiente para implicar al ciudadano en la crisis es normal que haya una respuesta muy agresiva de la poblaci¨®n¡±, afirma.
La crisis ha golpeado la popularidad del gobernador del Estado, Geraldo Alckmin, del partido opositor, que arras¨® en las elecciones de octubre, cuando promet¨ªa que no iba a faltar agua. Alckmin, en su tercer mandato, ha asumido ahora el problema como prioridad y ha prometido varias obras urgentes que, a pesar de haber sido propuestas hace a?os, est¨¢n siendo publicitadas como la soluci¨®n al desabastecimiento.
¡°No s¨¦ si es verdad, pero muchos aqu¨ª dicen que el Gobierno no hizo nada a pesar de que lo hab¨ªan avisado¡±, cuenta en su casa Jos¨¦ Martins, de 77 a?os. El anciano, semianalfabeto, vive en una casa humilde en la zona este de S?o Paulo y, por miedo a que venza su tejado, no puede instalar un dep¨®sito extra de agua. ¡°Me aguanto, pero me da rabia volver de trabajar despu¨¦s de tantas horas y no poder ducharme¡±, dice mientras ense?a el agua blanca ¡ªa veces marr¨®n¡ª que sale (o no) del grifo de su cocina.
Gigante sediento
- Brasil alberga cerca del 12% de las reservas de agua dulce del planeta
- Cada paulistano gasta una media de 175 litros de agua por d¨ªa. La OMS recomienda 110 litros. El sistema de abastecimiento de la ciudad pierde un 29% de agua potable
- La sequ¨ªa en Brasil afecta ya a un quinto de la poblaci¨®n, 46 millones de personas, seg¨²n el diario O Globo
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