Violaci¨®n conyugal sin condena
Algunos pa¨ªses de la UE, como Lituania o Bulgaria, no tipifican como delito el sexo forzado en el matrimonio
En Lituania, Estonia, Hungr¨ªa o Polonia hay violaciones que quedan impunes. Las legislaciones de estos pa¨ªses no definen como delito expl¨ªcito las agresiones sexuales dentro del matrimonio. Esto, critican las organizaciones de mujeres, dificulta la denuncia y la persecuci¨®n de estos cr¨ªmenes. Naciones Unidas y el Consejo de Europa han instado a los pa¨ªses a penalizar de manera clara la violaci¨®n dentro de una relaci¨®n de pareja pero, en la Uni¨®n Europea, siete de los 28 Estados miembros no lo han hecho. Adem¨¢s, solo nueve de 20 pa¨ªses que lo firmaron han ratificado el Convenio de Estambul ¡ªEspa?a entre ellos¡ª, que habla claramente sobre este tipo de violencia sexual. Los pa¨ªses tienen hasta noviembre para trasponer una directiva comunitaria de protecci¨®n a las v¨ªctimas de delitos ¡ªincluidas las de estas agresiones¡ª que aumentar¨ªa la salvaguarda y homogeneiza las leyes.
Un 25% de las mujeres con pareja ha sufrido alguna vez abusos sexuales por parte de su compa?ero, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La macroencuesta de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales revel¨® el pasado a?o que en la UE una de cada cuatro mujeres han pasado por esa situaci¨®n. Pero la mayor¨ªa de las estad¨ªsticas nacionales no recopila datos sobre violaci¨®n conyugal, explica la soci¨®loga Carline Wagens. ¡°A lo sumo, dice, se incluye si el autor es conocido¡±. La falta de datos sobre estas agresiones, alerta el Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero, invisibiliza el problema.
La ONU insta a penalizar de forma expl¨ªcita el abuso en el seno de la pareja
Pese a las recomendaciones de las instituciones internacionales, la mayor¨ªa de los pa¨ªses que no explicita como delito la violaci¨®n conyugal insisten en que no es necesario. Las leyes existentes, argumentan los Gobiernos de Hungr¨ªa o Letonia, ya protegen a las v¨ªctimas. Pero un an¨¢lisis de las regulaciones del Lobby Europeo de Mujeres da cuenta de situaciones de desprotecci¨®n en Lituania o en Bulgaria.
En Eslovaquia, donde la ley tampoco es clara, en 2014 solo hubo seis denuncias sobre violencia sexual dentro de una relaci¨®n, seg¨²n una investigaci¨®n de la Radiotelevisi¨®n p¨²blica; uno de los medios que estos d¨ªas dedica parte de su cobertura a este problema (tambi¨¦n se han centrado en ello Siol, en Eslovenia; Eesti P?evaleht, en Estonia; o DN, en Suecia). Todo ello pese a que los estudios de incidencia muestran que un 40% de las v¨ªctimas de malos tratos lo son tambi¨¦n, de manera recurrente, de la violencia sexual.
¡°La falta de concreci¨®n en la tipificaci¨®n del delito no implica que no se pueda perseguir al violador si est¨¢ casado, por ejemplo, con la v¨ªctima, pero s¨ª provoca lagunas legales que fomentan que quede impune¡±, asegura la abogada Rachel Kennedy. En algunos Estados norteamericanos, tampoco hay menci¨®n expl¨ªcita, denuncian las organizaciones de derechos civiles.
La violaci¨®n es un delito que en un alto porcentaje queda impune: un 99%, seg¨²n varios estudios. Primero, porque solo se denuncian alrededor de un 20% de las agresiones; despu¨¦s, porque solo se condena entre el 1% y el 5%, conforme indican distintas investigaciones internacionales ¡ªcomo una llevada a cabo en 2008 y 2010 por el Instituto Europeo de Prevenci¨®n y Control del Crimen¡ª.
Esa impunidad, adem¨¢s, es mayor si el autor de la agresi¨®n es la pareja de la v¨ªctima, asegura el profesor de Medicina Forense y exdelegado de Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero Miguel Lorente. ¡°Estas agresiones se suelen perseguir con dos criterios: que haya lesiones f¨ªsicas manifiestas y que aunque el agresor no lo reconozca, el ADN u otros indicios indiquen lo contrario. Ambos se difuminan cuando se produce dentro de una relaci¨®n, ya que el violador siempre aduce que la relaci¨®n fue consentida. Y la situaci¨®n se complica cuando la legislaci¨®n es poco clara y no hay protocolos estrictos que faciliten la denuncia a la v¨ªctima y su recogida por parte de las autoridades¡±, incide.
Los expertos advierten de que las lagunas legales frenan las denuncias
En Espa?a, el C¨®digo Penal no menciona expl¨ªcitamente la violaci¨®n conyugal, aunque la ley contra la violencia de g¨¦nero s¨ª incluye los atentados contra la libertad sexual. Pese a esto, denunciarlo no es f¨¢cil para las mujeres. ¡°Hablar de relaciones sexuales forzadas es un gran tab¨². Dar el paso e ir a la polic¨ªa a hablar sobre los golpes y los insultos es enormemente complicado, pero es a¨²n peor hablar sobre los abusos¡±, cuenta Antonia A. Esta historiadora de 49 a?os sufri¨® malos tratos por parte de su esposo durante 17 a?os. Ahora, cuando hace ya cinco que le dej¨® y se divorci¨®, recuerda que, al principio, era mucho m¨¢s consciente de la gravedad de los golpes que de las agresiones sexuales. ¡°Era mi marido, ?c¨®mo iba a ser eso abuso?¡±, dice.
Tampoco en los pa¨ªses con leyes proteccionistas como Francia ¡ªdonde el Gobierno y una ONG pusieron en marcha una campa?a en 2013 para sacar a la luz este delito¡ª o Espa?a es sencillo lograr condenas.? Hay sentencias que hablan de ¡°lesiones propias del juego amoroso¡± o que se refieren a una relaci¨®n de sometimiento habitual; no a una violaci¨®n.
El ¨²ltimo informe de ONU Mujeres sobre el acceso de la mujer a la justicia, que analiza los sistemas que penalizan la violencia contra la mujer --y que tambi¨¦n habla de las carencis de los pa¨ªses europeos--, muestra que se han producido algunos avances en la ¨²ltima d¨¦cada en el reconocimiento de la violaci¨®n conyugal como delito. Turqu¨ªa, por ejemplo, lo ha tipificado en su C¨®digo Penal; Costa Rica, Etiop¨ªa, Per¨², Guatemala o Uruguay han derogado las leyes que permit¨ªan al violador evitar la pena si se casaba con la v¨ªctima. Sin embargo, en otros pa¨ªses, la situaci¨®n todav¨ªa es cr¨ªtica. En India, por ejemplo, conforme a una ley de 2013, una relaci¨®n sexual en el ¨¢mbito de la pareja solo podr¨ªa considerarse violaci¨®n si la esposa es menor de 15 a?os.
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