Grupos neonazis amenazan a pol¨ªticos alemanes
¡°No van a lograr que me venga abajo¡±, asegura un concejal acosado
Hans Erxleben oy¨® un ruido en la madrugada del pasado 6 de enero. Se levant¨® de la cama, corri¨® a la calle y vio su Toyota calcinado. Alguien lo hab¨ªa quemado. A los pocos d¨ªas, encontr¨® una octavilla en la que, mencion¨¢ndolo con nombre y apellido, le deseaban que hubiera estado dentro del coche mientras ard¨ªa. No era la primera vez. Antes hab¨ªa visto c¨®mo una piedra romp¨ªa el cristal de la ventana y aterrizaba en su sal¨®n. Pese a todo, este concejal del partido La Izquierda (Die Linke) de un distrito del sureste berlin¨¦s se siente afortunado.
¡°Aqu¨ª tengo el apoyo de la gente. Algunos vecinos se ofrecieron a concentrarse pac¨ªficamente frente a mi casa. Tengo m¨¢s suerte que el alcalde de Tr?glitz. Yo no me siento solo¡±, asegura sentado en su sof¨¢ con la misma sonrisa que acompa?a todas sus frases. Erxleben se refiere al caso que la semana pasada conmocion¨® a Alemania. Markus Nierth, un independiente, dej¨® su cargo en el Ayuntamiento al comprobar horrorizado que las autoridades no iban a hacer nada para impedir que un grupo de neonazis se manifestara frente a su residencia familiar. El pecado del alcalde de Tr?glitz fue defender la llegada de 50 refugiados a su pueblo de 3.000 habitantes. Los dos pol¨ªticos se enfrentan a los mismos enemigos ¡ªlos ultraderechistas xen¨®fobos¡ª y por el mismo motivo ¡ªcreer en Alemania como pa¨ªs de acogida¡ª.
R¨¦cord del 10% de extranjeros
- Los extranjeros en Alemania suponen ya el 10% de la poblaci¨®n al aumentar el a?o pasado en 519.340 personas, lo que supone un subida del 6,8%, la mayor de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, seg¨²n inform¨® ayer el Instituto de Estad¨ªstica alem¨¢n.
- Casi el 60% de los nuevos inmigrantes proceden de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
- Los rumanos han aumentado en 88.000, lo que supone un 32,9%, y los b¨²lgaros en 36.000 ( 24,8%).
- En 2014 llegaron 61.000 sirios para pedir asilo, lo que supone una subida del 107%.
Se trata de dos casos extremos, pero no son los ¨²nicos. Petra Pau, vicepresidenta del Bundestag y diputada tambi¨¦n de Die Linke, se ha enfrentado a decenas de amenazas de muerte y manifestaciones frente a su casa. Algunos alcaldes de peque?as localidades, mucho m¨¢s desprotegidos que los pol¨ªticos de la Administraci¨®n central o de los Estados federados, soportan insultos o pintadas ofensivas.
Cuando asiste a las juntas de distrito, Erxleben tiene que sentarse frente a los dos concejales del partido neonazi NPD, cercanos a sus agresores. ¡°Conozco desde hace a?os a los neonazis que me acosan. Tratan de que me venga abajo. Pero no lo van a conseguir¡±, responde seguro de s¨ª mismo el concejal del distrito berlin¨¦s de Treptow-K?penick.
El acoso ultra tambi¨¦n se extiende a periodistas de izquierdas, como comprob¨® hace unos d¨ªas el freelance Marcus Arndt, que fue apedreado tras una manifestaci¨®n neonazi en Dortmund. El a?o pasado, 150 refugios para solicitantes de asilo sufrieron ataques, que iban desde pintadas hasta incendios o ataques con explosivos. Es una cifra tres veces mayor a la del a?o anterior. ¡°No es solo que las amenazas vayan a m¨¢s. Tambi¨¦n observamos que los racistas se atreven a exponerse m¨¢s que hace a?os. Se sienten m¨¢s apoyados¡±, dice Fabian Virchow, director del Centro de Investigaci¨®n del Extremismo de la Escuela Superior de D¨¹sseldorf.
Pese a ser minoritario, el recurso a la violencia o a las amenazas es la expresi¨®n de un malestar por la oleada de refugiados que comparten capas m¨¢s amplias de la sociedad. M¨¢s de 200.000 personas llegaron a Alemania en 2014 en busca de asilo pol¨ªtico, el r¨¦cord en dos d¨¦cadas; y las autoridades ya prev¨¦n 300.000 para este a?o. Las protestas ante los nuevos centros de acogida se extienden por el pa¨ªs.
Una reciente encuesta de la Fundaci¨®n Robert Bosch dibuja una sociedad muy dividida al respecto: dos tercios de los ciudadanos estar¨ªan dispuestos a ayudar a los asilados, pero uno de cada cuatro consultados firmar¨ªa contra la creaci¨®n de un refugio en su vecindario. ¡°Cuando viajo a mi circunscripci¨®n, los dos temas que realmente preocupan a la gente son el dinero que nos va a costar ayudar a los griegos y la llegada masiva de refugiados¡±, se?alaba hace unos d¨ªas un diputado democristiano que ped¨ªa quedar en el anonimato.
¡°Las autoridades distribuyen a los demandantes de asilo por todo el pa¨ªs sin consultar a los vecinos, que se sienten impotentes y reaccionan con indignaci¨®n. Van a surgir m¨¢s partidos y movimientos contra la inmigraci¨®n y contra los pol¨ªticos¡±, pronostica Werner Patzelt, polit¨®logo de la Universidad T¨¦cnica de Dresde, la ciudad donde naci¨® el movimiento xen¨®fobo Pegida, que en su punto ¨¢lgido lleg¨® a congregar a 25.000 personas. Pese a sus problemas internos, los autodenominados patriotas europeos contra la islamizaci¨®n de Occidente vuelven a reunir simpatizantes habitualmente.
Frente a los recelos, el concejal Erxleben se empe?a en deshacer los t¨®picos que rodean a los llegados de pa¨ªses remotos. ¡°No es cierto que aumenten la criminalidad. Organizamos jornadas de puertas abiertas para que los vecinos los conozcan. Cuando ven c¨®mo viven, reconocen que ning¨²n alem¨¢n querr¨ªa estar en su lugar¡±, concluye.
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