S¨ª se puede
Brasil, Argentina, Espa?a y M¨¦xico tienen que liquidar a la clase pol¨ªtica en el poder porque su tiempo ha acabado
Brasil, Argentina, Espa?a y M¨¦xico. Cuatro pa¨ªses en los que la corrupci¨®n o corrup??o es la palabra clave que determina su presente y futuro inmediatos. Cuatro pa¨ªses que deben pasar por una profunda depuraci¨®n que, aunque produzca mucho miedo a algunos, s¨®lo tiene un significado: la clase pol¨ªtica que hizo las transiciones, que logr¨® ¡°el milagro¡± de salir de una crisis (para entrar en otra), que sac¨® a millones de personas de la pobreza para llevarlos a la clase media, est¨¢ liquidada.
Esa clase no puede regenerarse porque el problema no es seguir marcando distancias con el vecino, que siempre es m¨¢s corrupto que uno, el problema es que la corrupci¨®n se ha convertido en un disolvente de las sociedades que, adem¨¢s, hace aflorar la necesidad de hacer algo, pero que no conecta con la propuesta de nada.
La Historia est¨¢ llena de episodios de corrupci¨®n y castigos ejemplares. Por ejemplo, la bala que, entrando por la oreja derecha, atraves¨® la cabeza de Abraham Lincoln coloc¨® a Andrew Johnson en la presidencia estadounidense. El hombre m¨¢s limpio, desde luego el m¨¢s alto, el hombre a quien despu¨¦s se levantar¨ªa una estatua en Washington, desde la que mira con ojos col¨¦ricos como el dios del Viejo Testamento, fue sustituido en su cargo por el primer presidente estadounidense al que intentaron hacer un impeachment, aunque el proceso no lleg¨® a su final. En Am¨¦rica Latina, en 1890 el presidente argentino Miguel ?ngel Ju¨¢rez Celman, fue removido por un caso de corrupci¨®n.
En un mundo sin referentes, en el que el dios es la comunicaci¨®n, ni los pol¨ªticos ni los pueblos han entendido la multiplicaci¨®n de los fen¨®menos. Lo bueno se consume en el acto, lo malo tambi¨¦n. En medio, quedan la memoria hist¨®rica, el agravio y el da?o social producido por la corrupci¨®n.
La pregunta es: ?Cu¨¢nto resistir¨¢ Lula da Silva y su mensal?o? ?Cu¨¢nto tiempo m¨¢s podr¨¢ aguantar la sociedad brasile?a sin que la explosi¨®n Lula termine por llevarse por delante a Dilma Rousseff? Como las bodegas a?ejan el buen vino, la c¨¢rcel reblandece los corazones m¨¢s duros. Refiri¨¦ndome a otro pa¨ªs de Am¨¦rica Latina, ?cu¨¢l es el l¨ªmite de resistencia en M¨¦xico frente a la buena suerte de los gobernantes? ?O acaso todo lo logran porque saben de qui¨¦n ser amigos, d¨®nde comprar casas y en qu¨¦ condiciones?
Por otro lado, ?por qu¨¦ al yerno y cu?ado ¡ªtodav¨ªa¡ª del Rey de Espa?a y yerno de otro rey, a pesar de las graves imputaciones, se le permite vivir en Suiza, mientras que a otros pol¨ªticos, cumpliendo condena, no se les da la libertad solo porque hay que ser ejemplarizantes?
S¨ª existe un l¨ªmite. Los l¨ªmites est¨¢n cerca. La ¨²ltima encuesta publicada por este peri¨®dico el 8 de marzo pint¨® un cuadro aterrador: el cuerpo electoral est¨¢ dividido en cuatro. Recuerdo por qu¨¦ en la Transici¨®n espa?ola nos dimos la ley D¡¯Hondt y no otra. Lo hicimos porque nos preocupaba mucho la ingobernabilidad y la fragmentaci¨®n. Optamos por premiar al ganador para facilitar la gobernabilidad.
Sin embargo, Espa?a est¨¢ llena de casos G¨¹rtel. Por ejemplo, hace dos semanas este peri¨®dico public¨® en un solo d¨ªa 11 informaciones diferentes sobre 11 casos distintos de corrupci¨®n. Es cierto, Podemos dice lo que todos sabemos: hemos llegado al final.
Desgraciadamente, no se han cumplido las palabras que el premio Nobel de Econom¨ªa, Joseph Stiglitz, pronunci¨® en 2011 en el parque del Retiro de Madrid ante los indignados que hab¨ªan ocupado la Puerta del Sol: ¡°Vivan por su movimiento, pero nunca olviden que una vez que esto empieza no basta s¨®lo con ocupar el espacio f¨ªsico, adem¨¢s hay que ocupar el espacio de las propuestas y de las ideas, de lo contrario inmediatamente despu¨¦s viene m¨¢s frustraci¨®n y un reforzamiento de lo que nos oprime¡±.
He calculado ¡ªen una estad¨ªstica propia, porque no existe una oficial, y eso que se la he pedido a los ingenieros sociales¡ª que el 20% de lo publicado por los medios de comunicaci¨®n de los pa¨ªses que hablan espa?ol y portugu¨¦s, son noticias relacionadas con la corrupci¨®n.
Pero, en realidad, ese tanto por ciento significa mucho m¨¢s porque todo el tiempo que pasan explic¨¢ndose, defendi¨¦ndose, ocult¨¢ndose o mat¨¢ndose, es tiempo que no trabajan por el conjunto. As¨ª que, si la primera preocupaci¨®n de los gobernantes es desvincularse de los anteriores o que no les pillen en sus cr¨ªmenes, entonces lo que usted supone es cierto: nadie gobierna.
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