Los motivos de un sopl¨®n
La vigilancia digital masiva abre una nueva era del espionaje. Un filme reconstruye c¨®mo Snowden puso en jaque a los servicios secretos de EE UU
Las nuevas tecnolog¨ªas han abierto un mundo in¨¦dito para el espionaje moderno. Los Estados tienen a su alcance abundante informaci¨®n en Internet sobre la vida privada de los ciudadanos, y muchos no han dudado en utilizar su poder para obtenerla. Las filtraciones de Edward Snowden, el analista inform¨¢tico que destap¨® un gigantesco programa de vigilancia electr¨®nica apadrinado por Estados Unidos, han puesto de manifiesto hasta qu¨¦ punto las comunicaciones personales son vulnerables frente al uso perverso de la tecnolog¨ªa. ¡°Estas revelaciones han hecho que cada vez seamos m¨¢s conscientes del poder que tienen los Gobiernos para controlarnos¡±, explica Laura Poitras, la periodista escogida por Snowden en 2013 para confiarle sus secretos.
¡°No creo que tengamos que ponerle freno a la tecnolog¨ªa, pero s¨ª luchar para que su avance no colisione con nuestros derechos y libertades. La amenaza es real. Cada vez hay m¨¢s empresas que ofrecen sistemas de encriptaci¨®n para proteger las comunicaciones¡±, afirma Poitras en una entrevista realizada a trav¨¦s de Skype desde EE UU con motivo del estreno en Espa?a, el 27 de marzo, del documental Citizenfour, dirigido por ella y que acaba de ganar un Oscar. Se trata de un relato sobre su encuentro con Snowden durante ocho d¨ªas en un hotel de Hong Kong, junto a los periodistas de The Guardian Glenn Greenwald y Ewen MacAskill. El objetivo: pasarles informaci¨®n altamente confidencial.
El inform¨¢tico, que entonces ten¨ªa 29 a?os, se hab¨ªa llevado de su oficina archivos con m¨¢s de un mill¨®n de documentos secretos de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, en ingl¨¦s), donde hab¨ªa trabajado hasta que en mayo de 2013 cogi¨® un avi¨®n rumbo a Hong Kong sin que ni su pareja lo supiera. ¡°Cuando le vi por primera vez, me sorprendi¨® lo joven que era, lo articulado que era su discurso y lo tranquilo que estaba a pesar de que sab¨ªa que corr¨ªa un gran riesgo, no solo ¨¦l, sino tambi¨¦n su familia¡±, recuerda Poitras.
¡°Ahora sabemos del poder de los Gobiernos para controlarnos¡±, dice Laura Poitras, directora de la oscarizada ¡®Citizenfour¡¯
El documental muestra a Snowden ¡ªa medida que pasan las horas, menos calmado¡ª sentado en una cama del hotel Mira revelando secretos y argumentando sus razones para hacerlo. ¡°Creo que es sincero cuando dice que lo ha hecho porque no le gusta en qu¨¦ se est¨¢ convirtiendo la Red y que ve¨ªa a diario en su trabajo c¨®mo se estaban violando la Constituci¨®n de Estados Unidos y los derechos de millones de ciudadanos¡±, opina, frente a algunos rumores que apuntaron en su d¨ªa que Snowden trabajaba para una agencia secreta extranjera. En la pel¨ªcula, el inform¨¢tico recuerda con nostalgia cuando, en los inicios de Internet, un ni?o pod¨ªa debatir con un experto de alto nivel, situado a miles de kil¨®metros, sobre una materia. La Red abr¨ªa oportunidades que antes no exist¨ªan; no conoc¨ªa fronteras, ten¨ªa un gran potencial democratizador que, seg¨²n Snowden, los Gobiernos est¨¢n minando.
El resultado de aquel encuentro fue una serie de art¨ªculos publicados a partir de junio de 2013 en The Guardian y The Washington Post, y despu¨¦s en m¨¢s medios, en la que se daban detalles sobre las operaciones de espionaje electr¨®nico masivo llevadas a cabo por la NSA y sus socios en Reino Unido, Canad¨¢, Australia y Nueva Zelanda. La primera informaci¨®n explicaba c¨®mo las autoridades norteamericanas registraban de forma indiscriminada las llamadas de millones de clientes de Verizon, la segunda compa?¨ªa de telefon¨ªa del pa¨ªs. Los periodistas sacaron a la luz varios programas secretos: Prisma, que recolectaba informaci¨®n de los usuarios de grandes empresas proveedoras de servicios en Internet como Facebook, Google o Microsoft; Tempora, un sistema de vigilancia global desarrollado por Reino Unido, y XKeyscore, un filtro que engull¨ªa grandes cantidades de datos electr¨®nicos. Se publicaron informaciones sobre el pinchazo del m¨®vil de la canciller alemana, Angela Merkel, o c¨®mo se espi¨® a participantes del juego de Internet World of Warcraft. Por estas primicias, The Guardian y The Washington Post recibieron el premio Pulitzer. Por revelar secretos de Estado, Snowden fue acusado formalmente de espionaje y de ayudar a los enemigos de EE UU.
¡°No se puede tener el 100% de seguridad y un 100% de privacidad¡±, subray¨® el presidente Barack Obama para justificar estos programas de espionaje masivo que critic¨® cuando comenzaron, en la era de su antecesor George W. Bush. Sin embargo, la Casa Blanca mand¨® revisar los procedimientos utilizados por la NSA para garantizar un mayor control judicial y reducir los riesgos de un uso inapropiado de una actividad que debe estar exclusivamente dedicada a la persecuci¨®n de amenazas terroristas. Pero estos cambios no han supuesto un cambio radical de las pr¨¢cticas de espionaje.
Considerado un traidor por unos y un h¨¦roe por otros, Snowden se refugia en Rusia y ha pedido asilo pol¨ªtico a varios pa¨ªses, entre ellos Alemania. ¡°No se arrepiente en absoluto. Ten¨ªa miedo de que los datos que difundi¨® pasaran desapercibidos, que la opini¨®n p¨²blica no se escandalizara. Pero no ha sido as¨ª¡±, afirma. En el documental, Snowden deja claro desde el principio su deseo de dar la cara, de que su nombre salga a la luz como fuente. Por una parte, cree que puede servir de ejemplo a otros posibles informantes; por otra, sabe que no podr¨¢ evitar que la NSA le vincule con las filtraciones. ¡°Hablar de ello fue uno de los momentos m¨¢s duros de los d¨ªas en el hotel¡±, recuerda Poitras. Otro momento dif¨ªcil, seg¨²n la periodista, tuvo lugar cuando Snowden abandona el edificio con un abogado con un destino m¨¢s que incierto.
?Por qu¨¦ fue elegida por Snowden? ¡°Yo llevaba tiempo escribiendo sobre estos temas¡±, explica Poitras, escogida como una de las mujeres de 2014 por el diario brit¨¢nico Financial Times. La documentalista asegura que desde hace algunos a?os est¨¢ incluida en una lista de vigilancia del Gobierno norteamericano por, seg¨²n sospecha, sus trabajos anteriores sobre la guerra de Irak. ¡°Me han parado decenas de veces en los controles de los aeropuertos; y una vez el agente que me interrog¨® me dijo que estaba en una lista¡±, recuerda. ¡°Ya he asumido que es muy posible que escuchen todas mis conversaciones, incluida esta¡±.
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