Luto y esperanza
La tragedia demuestra que Europa existe y es una realidad viva
Esta es una tragedia toda entera europea. Europeo era el aparato siniestrado, el Airbus 320, una joya de la navegaci¨®n a¨¦rea comercial que empez¨® a fabricar en 1984 la compa?¨ªa EADS, firma aeron¨¢utica y de armamento de capital franc¨¦s, alem¨¢n y espa?ol. Europea es Germanwings, filial de Lufthansa, la compa?¨ªa hist¨®rica de bandera, para cubrir trayectos y destinos mayoritariamente europeos con tarifas low cost. Europeas son las ciudades conectadas, Barcelona y D¨¹sseldorf, y la mayor¨ªa de los viajeros y tripulaci¨®n fallecidos. Europeo es Eurocontrol, la organizaci¨®n de control a¨¦reo que nada pudo hacer cuando perdi¨® la se?al del vuelo GWI9525.
No es una tragedia meramente europea por la geograf¨ªa y la nacionalidad de las v¨ªctimas y de las compa?¨ªas. Lo es tambi¨¦n por el tejido profundamente europeo de relaciones que hiere y desgarra este golpe terrible de un azar cuyas causas hay que desentra?ar y de las que hay que aprender. Los 16 escolares y sus dos profesoras de un instituto de Renania del Norte-Westfalia, estudiantes de lengua castellana, que han pasado una semana en intercambio con un instituto catal¨¢n. Dos cantantes que hab¨ªan actuado en el Liceo de Barcelona: Maria Radner, nacida en D¨¹sseldorf, y Oleg Bryjak, un europeo nacido fuera de Europa, en Kazajst¨¢n, como muchos otros, pero formado musicalmente en Alemania. Tres padres de alumnos del Colegio Alem¨¢n de Barcelona, profesionales y directivos de sociedades afincadas en Espa?a. El nutrido grupo de mujeres y hombres de negocios, catalanes casi todos ¡ªtextil, automoci¨®n y qu¨ªmica¡ª, que en su mayor¨ªa viajaban a una feria de tecnolog¨ªa y alimentaci¨®n.
Tambi¨¦n son europeos y como europeos se han comportado los gobernantes y responsables pol¨ªticos, Gobiernos y Administraciones, implicados directamente o indirectamente en el accidente. Este mi¨¦rcoles hemos visto una cumbre del dolor europea a la que asistieron Merkel, Hollande y Rajoy. Sobre Francia recae la compleja tarea de localizar, recoger y analizar los restos del avi¨®n en una zona de acceso muy dif¨ªcil. Ni un solo chirrido se ha producido entre Gobiernos y Administraciones, ni siquiera entre los Gobiernos catal¨¢n y espa?ol. Al contrario, el presidente Rajoy ha demostrado su sensibilidad con su hom¨®logo catal¨¢n, al recoger en su mismo avi¨®n a Artur Mas.
Europa existe. Existe y funciona. Y una tragedia como esta hace visible la tupida red de relaciones y solidaridades, con frecuencia discretas y poco visibles, que hay entre los europeos, sus ciudades, empresas e instituciones p¨²blicas y privadas. Como ha hecho visible, felizmente, la capacidad de cooperaci¨®n y de armon¨ªa entre Gobiernos y Administraciones de distintos niveles y de tres pa¨ªses de tanto peso como Francia, Alemania y Espa?a.
No siempre el dolor une, sino que a veces se convierte en fuente de resentimiento y de distancia. No ha sido el caso. Por una vez vemos que las solidaridades son m¨¢s fuertes que los intereses particularistas o los narcisismos de las diferencias menudas o inventadas. Europa funciona y existe mucho m¨¢s de lo que solemos creer quienes quisi¨¦ramos que existiera todav¨ªa m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.