El duelo Levy-Rousseff
Brasil es un pa¨ªs rico donde los brasile?os son a¨²n pobres si comparamos la renta 'per capita' con otros pa¨ªses
Existe un suspense por saber c¨®mo acabar¨¢ el duelo en curso entre el David b¨ªblico, Joaquim Levy,y el gigante del Planalto, Dilma Rousseff, que lo convoc¨® para reanimar la enferma econom¨ªa brasile?a, as¨ª como entre ¨¦l y los gigantes del Congreso, Sindicatos y PT, que preferir¨ªan en su lugar a un pol¨ªtico m¨¢s maleable.
Por ahora el embate es casi de esgrima. Levy, cuya etimolog¨ªa en hebreo significa ¡°unir¡±, mantiene un pulso verbal con la Presidenta, de la que afirma que est¨¢ bien intencionada pero no siempre hace las cosas de ¡°forma eficaz¡±. Y empieza a enfrentarse con pol¨ªticos de peso, como el alcalde de R¨ªo, Eduardo Paes, preconizado candidato a la presidencia en las filas del PMDB, mientras es esperado para ser examinado en el Senado de la Rep¨²blica.
El mayor embate puede ser entre ¨¦l y Rousseff. Son dos personalidades con car¨¢cter, convencidos de su val¨ªa. Ambos saben que ese pulso no ser¨¢ f¨¢cil. La Presidenta es sin embargo lo suficientemente inteligente para comprender que en este momento es Levy y s¨®lo ¨¦l qui¨¦n puede salvarla del abismo. Y para eso debe dejarle usar el bistur¨ª con libertad. Y Levy asegura que desea hacerlo. ?Hasta d¨®nde y a qui¨¦nes afectar¨¢ m¨¢s al bolsillo?
Un personaje ¡°dif¨ªcil de doblegar¡± en sus convicciones, defini¨® Folha de S?o Paulo a Levy, que cuando acept¨® ser el nuevo capit¨¢n de la econom¨ªa que hac¨ªa aguas, sab¨ªa muy bien que tampoco Rousseff era una mujer f¨¢cil de quebrarse.
Los brasile?os, incluso los pol¨ªticos, conocen mejor las virtudes y defectos, el car¨¢cter fuerte y determinado, a veces excesivo, de Dilma que el del banquero que cuenta a su favor con la fina iron¨ªa t¨ªpica de la cultura jud¨ªa que hered¨® de su padre, Silvio, m¨¦dico cirujano.
A Levy se le empieza a acusar tambi¨¦n de ser poco pol¨ªtico. Es que no lo es, ni tiene por qu¨¦ serlo. Es un t¨¦cnico y como tal fue elegido
Quiz¨¢s por ese desconocimiento se le empieza a criticar de ser poco prudente en sus cr¨ªticas a la enferma econom¨ªa brasile?a y a la misma Presidenta. Lo que ocurre es que Levy, por su formaci¨®n en los Estados Unidos, en la ortodoxa escuela de Chicago y por su trabajo en ambientes internacionales, est¨¢ menos acostumbrado a ciertas prudencias brasile?as en el lenguaje cuando se dirige al poder heredadas de la antigua pompa portuguesa.
A Levy se le empieza a acusar tambi¨¦n de ser poco pol¨ªtico. Es que no lo es, ni tiene por qu¨¦ serlo. Es un t¨¦cnico y como tal fue elegido. Ser¨ªa como acusar a un cirujano de no ser diplom¨¢tico. Lo que necesita el m¨¦dico es saber usar bien el bistur¨ª como Levy sabe usar las tijeras en los gastos. ?l vivi¨® de su padre lo que significa cortar y coser la carne en un quir¨®fano. Y un psiquiatra me dec¨ªa que los mejores cirujanos suelen ser fr¨ªos a la hora de operar. Y que hasta necesitan una pizca de sadismo.
El banquero no es sin embargo un pol¨¦mico ni un buscador de intrigas. De ah¨ª que su lenguaje sea franco y al mismo tiempo suave.
?l, que procede de una familia de religi¨®n jud¨ªa debe conocer las palabras de Mt.10, 16 en la Biblia, cuando el profeta Jes¨²s dice a sus disc¨ªpulos: ¡°Yo os env¨ªo como ovejas en medio de lobos. Sed astutos como las serpientes y mansos como las palomas¡±. Levy parece tener la prudencia astuta de la serpiente y la sencillez de las palomas, aunque que nadie se conf¨ªe, porque tambi¨¦n las palomas saben ser tercas y porfiadas cuando se las persigue, me explica un etn¨®logo.
La pregunta de dif¨ªcil respuesta es c¨®mo acabar¨¢ el pulso entre Dilma y Levy. Hay apuestas para todos los gustos. Se habla de una posible ruptura. Quienes conocen a Levy, aseguran que ¨¦l, como ya hizo en otras ocasiones, se retirar¨¢, si ve que no puede llevar a cabo la tarea a la que se comprometi¨® al aceptar ser ministro de una econom¨ªa que se precipita hacia la recesi¨®n con inflaci¨®n, intereses y d¨®lar en alza.
A Levy se le pide que recupere la vieja y desgastada econom¨ªa brasile?a con un remiendo de creatividad
M¨¢s dif¨ªcil parece que esta vez sea Dilma qui¨¦n prescinda de ¨¦l, ya que si con ¨¦l encuentra dificultades dentro y fuera de su partido, dentro y fuera de su gobierno, sin ¨¦l, la nave de la econom¨ªa entrar¨ªa en aguas m¨¢s tempestuosas, ya que en su operaci¨®n de rescate tienen puestos los ojos tambi¨¦n los inversores brasile?os y extranjeros.
Levy sin embargo no es un personaje, aseguran quienes le conocen mejor, dispuesto a fracasar, acostumbrado como est¨¢ a triunfar. Se le exige, por ejemplo, al banquero que rehaga la econom¨ªa sin que se le permita apostar por un modelo nuevo, menos ideologizado que el fracasado y m¨¢s realista del momento en que Brasil se recoloca en el tablero mundial. Se le pide que haga el milagro de sacar a flote la econom¨ªa sin usar sus ¡°tijeras de oro¡± o se le exige que las use m¨¢s para ampliar impuestos que para acabar con el despilfarro de Brasilia.
?l podr¨ªa recordar en estos momentos otro dictado b¨ªblico, el de Mc, 2,13, donde se afirma: ¡°Nadie remienda con un pa?o nuevo un vestido viejo, pues el rasg¨®n se har¨ªa mayor¡±.
A Levy se le pide, quiz¨¢s algo parecido: que recupere la vieja y desgastada econom¨ªa brasile?a con un remiendo de creatividad. En vez de poder participar en la creaci¨®n de un modelo nuevo de traje econ¨®mico, ya que el actual, parece rechazar remiendos.
Lo mejor ser¨ªa, apuestan no pocos analistas econ¨®micos, que lo dejaran actuar en paz. Ganar¨ªan todos, empezando por los m¨¢s pobres, ya que son siempre ellos los primeros en perder cuando la econom¨ªa zozobra. Ganar¨ªa el gigante Brasil, que despu¨¦s de haber sentido el gusto de ser el pa¨ªs del presente, se ver¨ªa, como advierte el analista econ¨®mico del?Financial Times Martin Wolf, obligado a seguir conform¨¢ndose con ser el eterno pa¨ªs del futuro.
Hoy, Brasil es un pa¨ªs rico, de los m¨¢s ricos del mundo, donde los brasile?os son a¨²n pobres si se compara su renta 'per capita' con pa¨ªses menos favorecidos por la naturaleza.
Seg¨²n un informe del FMI de 2013, la renta 'per capita' de Brasil se coloca en el lugar 77 entre los 80 pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo
En aquel a?o Brasil aparece con 12.000 d¨®lares (en 2014, con solo 8.536) por debajo de pa¨ªses hermanos como Chile, 19.475, M¨¦xico 15.93, Espa?a 30.620, Portugal 23.185 por no hablar de los Estados Unidos con 51.248
Brasil necesita, con Levy o sin ¨¦l, producir m¨¢s, despilfarrar menos y distribuir mejor su riqueza.
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