Cinco tesis de Ayaan Hirsi Ali
Como Lutero en 1517, la pensadora y activista somal¨ª detalla en su nuevo libro un pu?ado de propuestas para una reforma del islam que logre traer la religi¨®n musulmana al siglo XXI

La agitaci¨®n que vemos en el mundo musulm¨¢n hoy en d¨ªa no es tan s¨®lo una consecuencia de los sistemas pol¨ªticos desp¨®ticos, de una econom¨ªa ruinosa y la pobreza que genera. Sino que se trata de una consecuencia del islam en s¨ª y de la incompatibilidad de ciertos aspectos clave de la fe musulmana con la modernidad. Por eso el conflicto m¨¢s importante al que debe hacer frente hoy en d¨ªa el mundo es el que existe entre aquellos que est¨¢n dispuestos a defender hasta la muerte esas incompatibilidades y aquellos que est¨¢n preparados para desafiarlos, no a acabar con el islam, sino a reformarlo.
El proceso inicial de desaf¨ªo de la autoridad ya ha empezado, un ejemplo tr¨¢gico del cual es la nota escrita por el hijo del presidente iran¨ª reci¨¦n elegido en las urnas, poco antes de su suicidio en 1992: ¡°Odio tu gobierno, tus mentiras, tu corrupci¨®n, tu religi¨®n, tu doble rasero y tu hipocres¨ªa¡±. Sin embargo, no puede llevarse a cabo una Reforma mediante notas de suicidio. Al igual que la Reforma de Lutero, necesita tesis: llamamientos a la acci¨®n.
?Qu¨¦ se puede hacer con una casa desvencijada, pero que posee un gran valor desde el punto de vista hist¨®rico? Una posibilidad es simplemente derribarla y construir una casa nueva en su lugar. Esto no va a suceder con el islam ni con ninguna otra religi¨®n consolidada. Una segunda posibilidad consiste en conservar el lugar tal y como se construy¨®, por muy inestable y por muy grande que sea el peligro de derrumbe. Esto es lo que une a grupos como los Hermanos Musulmanes, Al Qaeda y el EI: un regreso al estado original del siglo VII.
La tercera opci¨®n consiste en mantener el mayor n¨²mero posible de detalles hist¨®ricos, lograr que la fachada se parezca lo m¨¢ximo posible a la original, pero llevar a cabo una reforma radical del interior de la casa y equiparla con las ¨²ltimas comodidades. ?se es el tipo de Reforma que propugno. Ampliando la met¨¢fora, otro t¨¦rmino que se ajustar¨ªa a la idea que tengo en mente podr¨ªa ser Renovaci¨®n isl¨¢mica.
No soy ning¨²n Lutero. Tampoco he concebido noventa y cinco tesis para clavarlas en una puerta. De hecho, s¨®lo tengo cinco. Hacen referencia a los cinco principios b¨¢sicos de la fe isl¨¢mica que aquellos que llaman a la yihad y la destrucci¨®n emplean con un ¨¦xito tan letal. Soy consciente de que enmendarlas ser¨¢ sumamente dif¨ªcil. Pero para que el islam coexista con la modernidad, para que los Estados isl¨¢micos coexistan con otras naciones en este planeta cada vez m¨¢s peque?o, y sobre todo para que decenas de millones de musulmanes creyentes prosperen en sociedades occidentales, hay que enmendar estos cinco conceptos. La raz¨®n y la conciencia as¨ª lo exigen. Creo que estos cambios pueden ser la base de una aut¨¦ntica Reforma isl¨¢mica, una que permita avanzar hacia el siglo XXI en lugar de regresar al VII.
Tal vez haya quien considere que estos cambios del sistema de creencias isl¨¢mico son demasiado radicales para ser viables. Sin embargo, al igual que los tabiques o las escaleras innecesarias que eliminan unas obras de reforma realizadas con ¨¦xito, se pueden modificar sin provocar el derrumbe de todo el edificio. De hecho, creo que estas modificaciones reforzar¨¢n el islam ya que permitir¨¢n que los musulmanes puedan vivir en armon¨ªa con el mundo moderno. Son los que est¨¢n empe?ados en hacerlo retroceder a su estado original los que tienen m¨¢s probabilidades de conducirlo a la destrucci¨®n. ?stas son mis cinco tesis, clavadas en una puerta virtual:
1. Garantizar que Mahoma y el Cor¨¢n se prestan a la interpretaci¨®n y a las cr¨ªticas
2. Dar prioridad a esta vida, no a la vida despu¨¦s de la muerte.
3. Limitar la shar¨ªa y poner fin a su preponderancia con respecto a la ley seglar.
4. Poner fin a la pr¨¢ctica ¡°ordenar lo que est¨¢ bien, prohibir lo que est¨¢ mal¡±.
5. Abandonar el llamamiento a la yihad.
Es obvio que el principal problema para nosotros es el fomento de la yihad. Sin embargo, el llamamiento a la guerra santa no se puede comprender cabalmente sin tener en cuenta el prestigio del Profeta como modelo de comportamiento musulm¨¢n, la primac¨ªa de la vida despu¨¦s de la muerte en la teolog¨ªa musulmana, la insistencia en una lectura literal del Cor¨¢n y el consiguiente rechazo del pensamiento cr¨ªtico, el poder de la ley religiosa y el permiso otorgado a ciertos musulmanes para que hagan respetar sus c¨®digos y disciplinas. Estos temas se solapan de tal modo que en ocasiones resulta dif¨ªcil separarlos.
Pero aun as¨ª hay que enfrentarse a ellos. Cuando escrib¨ª mi ¨²ltimo libro, N¨®mada, cre¨ªa que era imposible reformar el islam, que acaso lo mejor para los creyentes musulmanes era elegir otro dios. Estaba convencida de ello, de manera similar al escritor italiano y superviviente del holocausto, Primo Levi, que en 1987 escribi¨® que estaba plenamente convencido de que el muro de Berl¨ªn perdurar¨ªa. Al cabo de dos a?os, cay¨® el Muro. Siete meses despu¨¦s de publicar N¨®mada se produjo el inicio de la primavera ¨¢rabe. Fui testigo de la ca¨ªda de cuatro gobiernos nacionales, del egipcio en dos ocasiones, y de protestas o alzamientos en otras 14 naciones, y entonces me di cuenta de que me hab¨ªa equivocado.
Los musulmanes de a pie est¨¢n listos para el cambio. El camino que queda por delante ser¨¢ duro, e incluso puede que est¨¦ manchado de sangre. Pero a diferencia de anteriores oleadas de reformas que zozobraron al impactar contra el monolito del poder pol¨ªtico y religioso, en la actualidad es posible encontrar una hermandad de gente que desea la separaci¨®n de religi¨®n y pol¨ªtica en el mundo musulm¨¢n.
No soy un cl¨¦rigo. No atiendo a una congregaci¨®n semanal. Simplemente doy clase, leo, escribo, pienso e imparto un peque?o seminario en Harvard. Los que objetan que no soy una te¨®loga titulada o una historiadora del islam tienen raz¨®n. Pero mi objetivo no es involucrar yo sola a todo el mundo isl¨¢mico en un debate teol¨®gico. Lo que pretendo es animar a los reformistas y disidentes musulmanes a salvar los obst¨¢culos de la Reforma, y animar a los dem¨¢s a apoyarlos de todos los modos posibles.
En mi caso no hay vuelta atr¨¢s posible. Ya es demasiado tarde para regresar a la fe de mis padres y abuelos. Pero no es demasiado tarde para que millones de musulmanes concilien su fe isl¨¢mica con el siglo XXI.
Mi sue?o de una reforma musulmana no es una cuesti¨®n que afecte ¨²nicamente a los musulmanes. La gente de todas las fes, o la que no profesa ninguna, tiene un gran inter¨¦s en los cambios del islam: una fe que sea m¨¢s respetuosa con las doctrinas b¨¢sicas de los derechos humanos, que defienda universalmente menos violencia y m¨¢s tolerancia, que fomente gobiernos menos corruptos y ca¨®ticos, que permita m¨¢s duda y m¨¢s discrepancias, que fomente m¨¢s educaci¨®n, m¨¢s libertad y m¨¢s igualdad en un sistema legislativo moderno.
No concibo ninguna otra forma de avanzar, al menos ninguna otra forma que no est¨¦ sembrada de cad¨¢veres. El islam y la modernidad deben reconciliarse. Y eso s¨®lo puede suceder si el propio islam se moderniza. Podemos llamarlo Renovaci¨®n musulmana, si se prefiere as¨ª. Pero sea cual sea la etiqueta que elijamos, conviene tomar estas cinco enmiendas como el punto de partida para entablar un debate sincero sobre el islam. Se trata de un debate que debe empezar con una reevaluaci¨®n del Profeta y su libro.?
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