Los Balcanes son la principal puerta de entrada en Europa
Los indocumentados que llegan a Grecia utilizan dos rutas por Macedonia y Albania para viajar a otros pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros de la Uni¨®n Europea
La estaci¨®n de tren de Idomeni, en la frontera de Grecia con la Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia (Fyrom, en sus siglas inglesas), es desde hace meses el principal pasillo hacia Europa para miles de indocumentados que entran en el continente por Grecia y que, clandestinamente, agarrados a los bajos de los vagones, intentan dar el salto al coraz¨®n de la UE, a trav¨¦s de Macedonia y Serbia hasta Hungr¨ªa. Desde all¨ª viajar¨¢n a otros pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros que Grecia, en los que hay m¨¢s posibilidades de subsistir. Entre 2012 y 2013, la detecci¨®n de inmigrantes no comunitarios en la frontera serbo-h¨²ngara aument¨® en un 338%, seg¨²n Frontex, la agencia fronteriza de la UE.
Esos indocumentados ¡ªen su mayor¨ªa refugiados de la guerra de Siria o de Irak, pero tambi¨¦n migrantes econ¨®micos procedentes de Pakist¨¢n o Bangladesh¡ª atraviesan la frontera terrestre entre Grecia y Turqu¨ªa, viajan a Sal¨®nica y, por ¨²ltimo, recorren en taxi colectivo o furgonetas atestadas los 65 kil¨®metros que separan la segunda ciudad de Grecia del peque?o apeadero de Idomeni.
Los trenes que pasan por ¨¦l enlazan directamente con Skopje, la capital de Fyrom, y Belgrado. Aunque no hay cifras oficiales se calcula que cada a?o cruzan Macedonia y Serbia entre 15.000 y 20.000 sin papeles. Los coyotes macedonios cobran a cada extranjero entre 120 y 200 euros s¨®lo por llevarlos hasta la frontera serbia, seg¨²n datos de Frontex.
Alrededor del apeadero de Idomeni, ocultos entre sembrados o ca?averales de la ribera del r¨ªo, se ocultan en campamentos improvisados cientos de extranjeros ¡ªmenores incluidos¡ª cuya presencia se renueva a diario. El ritmo de llegadas no s¨®lo ha disminuido pese a los rigores del invierno del norte de Grecia, con temperaturas bajo cero, y la escasa ayuda humanitaria que reciben, sino que se incrementa de manera constante. Los interceptados por la polic¨ªa griega (medio centenar al d¨ªa, seg¨²n las autoridades locales) son devueltos a Sal¨®nica en tren; los que son detenidos en Fyrom denuncian con frecuencia maltrato y abusos a manos de la polic¨ªa local.
Una vez en territorio de Fyrom, los sin papeles se dirigen a la localidad de Lojane, al norte del pa¨ªs, cuyos habitantes son mayoritariamente de etnia albanesa. La siguiente parada, antes de alcanzar Hungr¨ªa y por tanto territorio comunitario, son los dos centros de acogida de Bogovadja, en Serbia. Ah¨ª concluye esta frecuentada ruta, el denominado ¡°corredor transasi¨¢tico¡±.
Junto a la ruta por Macedonia y Serbia, hay otra algo menos transitada por la frontera de Grecia con Albania, que se ha convertido en la v¨ªa alternativa al hipervigilado servicio de ferris entre el puerto griego de Patras e Italia, el trayecto habitual de irregulares de los ¨²ltimos lustros. El viaje hacia el coraz¨®n de Europa por los Balcanes occidentales cuesta poco m¨¢s de la mitad que el mar¨ªtimo: unos 1.800 euros por persona frente a los 3.000 de un poliz¨®n en barco, seg¨²n datos de Frontex.
Al paso de extracomunitarios por Albania se suma adem¨¢s un ¨¦xodo interno, el de miles de kosovares que cruzan a Hungr¨ªa a trav¨¦s de Serbia huyendo de la crisis econ¨®mica en su pa¨ªs; seg¨²n Belgrado, m¨¢s de mil al d¨ªa.
Todos los intentos de blindar Grecia, la puerta de atr¨¢s de Europa y una de las principales v¨ªas de acceso de indocumentados a la UE, resultan infructuosos, dada la porosidad de sus fronteras y la propia fragmentaci¨®n geogr¨¢fica de las mismas (las islas del Egeo, por ejemplo, a tiro de piedra de la costa turca); la presi¨®n migratoria, combinada con la crisis, impide a las autoridades atender debidamente a los reci¨¦n llegados, como no se cansa de repetir Atenas a Bruselas, subrayando que el desaf¨ªo tambi¨¦n compete a la Uni¨®n.
Adem¨¢s de la frontera del r¨ªo Evros ¡ªprincipal acceso terrestre desde Turqu¨ªa, pese a una valla fortificada de 10,5 kil¨®metros¡ª, las islas situadas en el noreste del Egeo (Qu¨ªos, Leros, Lesbos y Samos) han experimentado en el primer trimestre de este a?o 10.455 entradas, seg¨²n la Guardia Costera griega, m¨¢s del triple que en el mismo periodo de 2014 (2.863). El mayor n¨²mero se produjo en marzo, con m¨¢s de 6.500.
Fisuras en el Gobierno griego por la pol¨ªtica migratoria
Con las previsiones de llegada de extranjeros indocumentados que maneja el Gobierno griego para este a?o (unos 100.000), era cuesti¨®n de tiempo que el asunto provocase fricciones en el seno de la coalici¨®n formada por Syriza y Griegos Independientes (ANEL, en sus siglas griegas), el partido de derecha nacionalista que defiende posturas muy opuestas a las de la izquierdista Syriza.
Desde febrero, cuando Panos Kamenos, l¨ªder de ANEL ¡ªy actual ministro de Defensa¡ª, ya advirti¨® de que su partido no votar¨¢ a favor de una ley propuesta por Syriza para conceder la nacionalidad a la segunda generaci¨®n de inmigrantes, las tensiones no han hecho sino aumentar. El segundo cap¨ªtulo de roces fue el anuncio del cierre de los centros de detenci¨®n de extranjeros, que albergan a unas 4.500 personas con condiciones de reclusi¨®n carcelarias, y que la oposici¨®n critic¨® duramente por entender que podr¨ªan tener un efecto llamada.
El Gobierno griego, que por primera vez tiene una cartera dedicada s¨®lo a Inmigraci¨®n, present¨® el martes un plan de urgencia para gestionar esta inopinada crisis humanitaria, que est¨¢ desbordando la capacidad humana y material de las islas del noreste del Egeo. Entre otras medidas, Atenas prev¨¦ trasladar en barco a los reci¨¦n llegados a centros de acogida en el continente (en colaboraci¨®n con los Ayuntamientos del pa¨ªs, que se han mostrado dispuestos a albergar temporalmente a grupos de entre 20 y 100); la evaluaci¨®n m¨¦dica de los mismos para evitar brotes infecciosos y la concesi¨®n ¡°inmediata¡± de documentos a los refugiados sirios. El ministro Kamenos ha contestado diciendo que Grecia no puede gestionar indefinidamente este flujo migratorio.
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