No entienden nada
Maduro no ha entendido nada. No ha entendido el acuerdo de Cuba con EEUU. No entiende a su pueblo. No entiende ni siquiera a los chavistas
La corrupci¨®n, esa gran plaga que invade muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y del mundo, va a ir acrecent¨¢ndose en la percepci¨®n social y la crisis econ¨®mica que se avecina amenaza con provocar un rechazo a¨²n mayor de estas pr¨¢cticas. Justo cuando se abr¨ªa un respiro de esperanza para el continente tras la Cumbre de las Am¨¦ricas de Panam¨¢, el ¨²ltimo informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) anuncia negros nubarrones sobre Am¨¦rica Latina, con excepci¨®n de Centroam¨¦rica. La crisis pol¨ªtica y econ¨®mica de Brasil y la incapacidad del Gobierno de Venezuela colocan a una buena parte del continente en pron¨®stico reservado, por no decir malo, para los pr¨®ximos 12 meses.
Uno de los mayores desaf¨ªos para los gobernantes es comprender y afrontar la fuerte demanda de servicios y las implicaciones que conlleva la incorporaci¨®n en estos a?os de grandes sectores de la poblaci¨®n que han pasado de la pobreza a la clase media baja y de la clase media baja a la clase media. Ning¨²n Estado est¨¢ preparado para crecer en infraestructura y en inversi¨®n social al mismo ritmo que sus ciudadanos ascienden en la escala socioecon¨®mica.
El gigante brasile?o realiz¨® la proeza de sacar a entre 25 y 30 millones de personas de la pobreza y convertirlos en clase C, una figura que ha acabado por cambiar la fisonom¨ªa del pa¨ªs. Sin embargo ¡ªno pod¨ªa ser de otra manera¡ª no le dio tiempo a construir ni las carreteras, ni el equipamiento, ni todo lo que la demanda social ansiaba tras ese cambio. Y lo malo es que los pueblos est¨¢n cada vez m¨¢s informados: pueden gritar, ofender y opinar en primera persona a trav¨¦s de las redes sociales.
En la avenida Paulista de S?o Paulo, la mayor arteria de la capital econ¨®mica brasile?a, la cuna de los grandes capitales, se van echando paletadas de tierra sobre una Dilma Rousseff que comenz¨® su segundo mandato hipotecada por sus compromisos pol¨ªticos, los derivados de sus primeros cuatro a?os en el poder y de los ocho a?os anteriores de Lula da Silva.
Rousseff est¨¢ noqueada. No se da cuenta de que la gente se muestra menos tolerante con la corrupci¨®n y eso, aunado al estancamiento econ¨®mico y a las listas con nombres y apellidos de quienes roban en la Administraci¨®n, crea situaciones socialmente in¨¦ditas para las que no hay respuesta. As¨ª, el estallido ¡ªhasta ahora, en manifestaciones sin violencia¡ª se vuelve la ¨²nica salida.
En la otra esquina est¨¢ Venezuela. Sigue siendo el pa¨ªs con las mayores reservas de petr¨®leo conocidas del mundo. Es una joya creada con una riqueza divina, maltratada por una clase dirigente que atenta contra la buena suerte que los dioses derramaron sobre esa tierra.
Nicol¨¢s Maduro no ha entendido nada. No ha entendido el acuerdo de Cuba con Estados Unidos. No entiende a su pueblo. No entiende ni siquiera a los chavistas. Es una grosera exhibici¨®n de incapacidad personal y pol¨ªtica que no entiende ¡ªsiquiera¡ª lo que significa gobernar.
Estoy seguro de que Hugo Ch¨¢vez desde su reino (sea el que sea) sonr¨ªe porque Maduro no solo ha logrado convertirle en un l¨ªder de una estatura similar a la de su admirado Fidel Castro, sino que, con la distancia, se va tornando cada vez mejor en comparaci¨®n con la falta de sentido com¨²n del actual presidente venezolano. Maduro es mucho peor que un dictador. Es un incompetente que ha destruido cualquier posibilidad de un acuerdo social. Los datos son claros: este a?o, la econom¨ªa venezolana decrecer¨¢ en un 7% y la inflaci¨®n se acercar¨¢ al 100%.
Maduro no comprende que si sus grandes y patrones, quienes de verdad controlan los ranchos, las misiones y la seguridad van por el camino del entendimiento, por mucho que ¨¦l grite, golpee y exhiba su incapacidad pol¨ªtica ¡ªpor ejemplo, con la ¨²ltima crisis con el Gobierno de Espa?a¡ª, sus d¨ªas no solamente est¨¢n contados, sino que quienes los est¨¢n contando son los mismos que le han sostenido en el poder hasta ahora.
Volvi¨® de Panam¨¢ con todos los mensajes cruzados. En lugar de negociar y acceder al di¨¢logo pol¨ªtico para resolver de forma inteligente sus barbaridades (entre otras, encarcelar sin cargos a dos l¨ªderes opositores en una prisi¨®n militar), Maduro se ha atrincherado a¨²n m¨¢s en sus razones, condenando cualquier esperanza de un pacto para la transici¨®n venezolana. La realidad tiene mucha fuerza y mientras todos los d¨ªas y a todas horas funcionarios estadounidenses y cubanos se ponen de acuerdo en el siguiente paso, el ¨²nico escollo que malcr¨ªa la zona y da malos ejemplos se llama Nicol¨¢s Maduro.
Rousseff est¨¢ desconcertada en Brasil porque no ha entendido el peso de la nueva din¨¢mica pol¨ªtica impuesta por la revoluci¨®n de las comunicaciones. Maduro, simplemente, no sabe que gobernar significa anticiparse y lograr una mezcla de fuerza y debilidad para que los pueblos no estallen e imponer una pol¨ªtica.
La econom¨ªa no augura buenos tiempos para la regi¨®n latinoamericana. Sin embargo, eso me preocupa menos que la incapacidad de los pol¨ªticos para responder a los nuevos tiempos y a las protestas en la calle que est¨¢n obligando al di¨¢logo y a la transformaci¨®n de pueblos gobernados en pueblos gobernantes.
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