Selma y el voto latino
Ahora los excluidos ya no son solo los afroamericanos, sino tambi¨¦n los hispanos
Este a?o se celebran 50 a?os de las marchas por los derechos civiles en los Estados Unidos, siendo una de las m¨¢s conocidas las marchas de Selma en el Estado de Alabama. La represi¨®n de las mismas se conoci¨® como "Domingo Sangriento". Asimismo, se celebra la promulgaci¨®n del la Ley de Derecho al Voto de 1965 (Voting Rights Act of 1965), que gener¨® mecanismos para asegurar que grupos minoritarios pudieran registrarse y votar.
Hasta el movimiento civil estadounidense de mediados del Siglo XX, exist¨ªan limitantes de jure que permit¨ªan que ciertos grupos de la poblaci¨®n pobre o de minor¨ªas raciales fueron excluidas del proceso democr¨¢tico. La base jur¨ªdica de estas leyes se encontraban en las conocidas Leyes de Jim Crow. Este tipo de leyes fueron la base de un sistema de segregaci¨®n racial que permiti¨® que millones de afroamericanos fueran discriminados en el voto, en el uso del transporte p¨²blico, en los restaurantes y en el tipo de educaci¨®n que pod¨ªan recibir.
Aunque la Decimoquinta Enmienda a la Constituci¨®n estableci¨® en 1870 que los Estados no pod¨ªan impedir el acceso al voto basado en raza, color o condici¨®n anterior como esclavo, los gobiernos locales encontraron m¨²ltiples mecanismos para restringir dicho acceso. Un ejemplo de esto era el pago de impuestos que se exig¨ªan para obtener el derecho a registrarse y votar. Aunque cobrado a toda la poblaci¨®n, dicho impuesto afectaba de manera desproporcionada a grupos de bajos ingresos, representando una carga para para afroamericanos, blancos pobres o j¨®venes. Posteriormente, la Vigesimocuarta Enmienda a la Constituci¨®n, en 1964, prohibi¨® a los Estados que se cobraran estos impuestos en elecciones federales.
M¨¢s de 1 mill¨®n de votantes est¨¢n por debajo de la l¨ªnea federal de pobreza y viven a m¨¢s de 10 millas de la oficina m¨¢s cercana de identificaci¨®n
Sin embargo, antiguos mecanismos de exclusi¨®n pol¨ªtica a las minor¨ªas que muchos cre¨ªan muertos, ahora parecen revivir y buscan tambi¨¦n excluir a miles de hispanos que forman parte del sistema pol¨ªtico estadounidense. En la ¨²ltima d¨¦cada, un nuevo tipo de impuesto al voto parece estar apareciendo en el panorama legislativo de los Estados Unidos a trav¨¦s de las leyes de identificaci¨®n del votante. Estas estrictas leyes electorales promulgadas por 10 Estados de la Uni¨®n exigen que el votante tenga en su poder un documento de identificaci¨®n estatal no vencido y con una foto.
De acuerdo a quienes las promueven, la intenci¨®n de esta legislaci¨®n es disminuir los graves casos de fraude electoral que ponen en jaque la legitimidad electoral. Lo d¨¦bil de este argumento es que un estudio del profesor Justin Levitt de la Escuela de Derecho de la Universidad de Loyola, quien investig¨® todos los casos de fraude reportados en los Estados Unidos desde el a?o 2000, encontr¨® que solo hay 31 casos cre¨ªbles de fraude electoral por falsa identificaci¨®n en el alrededor de 1.000 millones de votos en el mismo periodo.
El problema de dichas leyes, m¨¢s all¨¢ de que intentan solucionar un problema casi inexistente, es que afectan a grupos minoritarios que de por s¨ª ya votan poco. A¨²n m¨¢s preocupante es que se impone un costo adicional para votar (un neo-impuesto al voto) a grupos con bajos ingresos econ¨®micos. De acuerdo con un estudio del 2012 del Centro Brennan para la Justicia de la Universidad de Nueva York, en los 10 Estados con las leyes de identificaci¨®n m¨¢s restrictivas, cerca de 1,2 millones de afroamericanos y alrededor de 500.000 hispanos elegibles para votar, viven a m¨¢s de 10 millas de una oficina que est¨¦ abierta m¨¢s de dos d¨ªas a la semana y donde puedan obtener esta identificaci¨®n.
Se impone un costo adicional para votar (un neo-impuesto al voto) a grupos con bajos ingresos econ¨®micos
Por otro lado, m¨¢s de 1 mill¨®n de votantes en estos Estados est¨¢n por debajo de la l¨ªnea federal de pobreza y viven a m¨¢s de 10 millas de la oficina m¨¢s cercana de identificaci¨®n. Solamente para la obtenci¨®n de una copia de un certificado de nacimiento se debe pagar entre 8 y 25 d¨®lares. Para ponerlo en perspectiva, los impuestos al voto de la ¨¦poca pre-movimiento civil eran alrededor de 10,64 d¨®lares. T¨¦cnicamente, los costos actuales pueden ser potencialmente m¨¢s altos que los de las Leyes de Jim Crow.
A pesar de que la Constituci¨®n estadounidense niega la posibilidad de excluir del voto o crear impuestos al mismo, la lucha no parece terminar. La forma excluyente de hacer pol¨ªtica parece no ser una cosa del pasado y por el contrario para muchos legisladores, excluir a ciertos votante es m¨¢s f¨¢cil que ganar su apoyo.
Lamentablemente, aunque mucho se ha avanzado desde las Leyes de Jim Crow, ahora los excluidos ya no son solamente los afroamericanos, sino tambi¨¦n los latinos. Es tal vez la hora de que los latinos vean como propia la interminable lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos.
David Guzm¨¢n Fonseca es Master en estudios latinoamericanos de la Universidad de Georgetown. Twitter @davidguzfon
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