?Qu¨¦ es genocidio? La dificultad para probar el crimen sin nombre
S¨®lo muy pocos casos de matanzas masivas son considerados genocidio de manera inequ¨ªvoca por la comunidad internacional
Han pasado cien a?os desde las masacres de armenios en Turqu¨ªa durante las que fueron asesinadas m¨¢s de un mill¨®n de personas. Sin embargo, Ankara todav¨ªa sigue rechazando que se aplique la palabra "genocidio" y utiliza todos los medios de presi¨®n a su alcance para evitar que se le asocie con un concepto que, como explica Richard Dicker, experto jur¨ªdico de Human Rights Watch, "es una alegaci¨®n t¨®xica, profundamente vergonzosa para un Estado".
Aunque reconoce las matanzas, asegura que se produjeron dentro del marco de la I Guerra Mundial. Y muchas veces lo consigue: el pasado mi¨¦rcoles, la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso evit¨® emplear la palabra durante un homenaje a las "v¨ªctimas armenias". De hecho, 17 de los 28 pa¨ªses de la UE no han hablado de genocidio, Espa?a entre ellos, un concepto que aplican la inmensa mayor¨ªa de los historiadores cuando se refieren a este caso. Qu¨¦ es y qu¨¦ no es genocidio es una cuesti¨®n que siempre ha tenido una enorme carga jur¨ªdica, pero tambi¨¦n emocional, y que ha vuelto a la actualidad no s¨®lo con el centenario del genocidio armenio, sino tambi¨¦n con el auto en el que el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, proces¨® a 11 militares marroqu¨ªes por genocidio en el S¨¢hara Occidental.
"Hay razones legales y no legales que explican por qu¨¦ siempre ha habido un debate tan encendido a la hora de definir algunos episodios de violencia masiva como genocidio", explica Diane Orentlicher, profesora de Derecho Internacional en la American University, experta en justicia internacional que ha asesorado tanto a la ONU como al Departamento de Estado. "Legalmente, la convenci¨®n sobre genocidio de 1948 define el crimen de manera muy estricta: s¨®lo algunos actos constituyen violencia genocida y, m¨¢s importante, tienen que haber sido cometidos con una intenci¨®n muy espec¨ªfica ¨C'el intento de destruir, totalmente o en parte, un grupo nacional, ¨¦tnico o racial, en su totalidad'¨C, lo que es muchas veces dif¨ªcil de probar. Entre las razones no legales, est¨¢ que el crimen se ha convertido en un estigma muy poderoso", prosigue.
En el caso de la justicia espa?ola, adem¨¢s, existe otro factor para que se trate de una palabra fundamental a la hora de enjuiciar cr¨ªmenes contra la humanidad. Seg¨²n explican fuentes jur¨ªdicas, el delito de genocidio fue adoptado en 1971, mientras que los cr¨ªmenes contra la humanidad no entraron en la legislaci¨®n espa?ola hasta 2004. Eso explicar¨ªa el recurso al concepto de genocidio en casos de justicia universal, como en el auto del juez Ruz contra 11 militares marroqu¨ªes en el que argumenta que "los saharuis constituyen un grupo nacional o ¨¦tnico, ya que presentan una serie de caracter¨ªsticas que los distinguen de los habitantes de otros territorios" y que, por lo tanto, los cr¨ªmenes cometidos contra ellos constituyen delito de genocidio.
Jessica M. Almqvist, profesora de la Universidad Aut¨®noma de Madrid experta en cr¨ªmenes de guerra, explica que "calificar los actos de extrema violencia cometidos por el ej¨¦rcito marroqu¨ª contra la poblaci¨®n saharaui entre 1975 y 1992 depende de diferentes factores. Para constituir genocidio ha de demostrarse que tales actos fueron cometidos con la intenci¨®n de destruir el grupo, total o parcialmente, es decir, que hab¨ªa intencionalidad genocida. Si los motivos fueron m¨¢s bien pol¨ªticos ser¨ªan cr¨ªmenes de lesa humanidad. La calificaci¨®n de estos cr¨ªmenes como genocidio por los tribunales espa?oles puede entenderse en parte como el resultado de los principios de legalidad y de no retroactividad. La incorporaci¨®n de los cr¨ªmenes de lesa humanidad en el derecho espa?ol es reciente, mientras que el genocidio fue tipificado en 1971, lo que le hace m¨¢s viable".
La palabra genocidio fue acu?ada en 1944 por el jurista jud¨ªo de origen polaco Raphael Lemkin uniendo la ra¨ªz griega geno, que significa raza, y la latina cidio, que significa matar, para nombrar el crimen sin nombre que, para muchos, ha marcado el siglo XX. En su mente se encontraba el asesinato masivo de los jud¨ªos europeos y el exterminio de los armenios. La definici¨®n se incorpor¨® al derecho internacional en 1948 cuando se firm¨® la convenci¨®n contra el genocidio. En las sentencias de Nuremberg no lleg¨® a utilizarse. Como todo lo relacionado con el nacimiento de Naciones Unidas, los equilibrios pol¨ªticos entre los ganadores de la II Guerra Mundial que ya hab¨ªan dejado de ser aliados, marcaron la definici¨®n y la URSS impuso que las persecuciones pol¨ªticas no formasen parte del delito.
El debate para ampliar el concepto de genocidio a estas persecuciones est¨¢ sobre la mesa, aunque no ha cristalizado todav¨ªa en ning¨²n tipo de iniciativa internacional. "Era un problema de bloques dentro de la reci¨¦n creada Naciones Unidas", explica el magistrado de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Ricardo de Prada, que fue juez internacional espa?ol en la Sala de Cr¨ªmenes de Guerra de la Corte de Bosnia-Herzegovina. "Stalin no iba a permitir que la persecuci¨®n pol¨ªtica se convirtiera en genocidio. Pero creo que pasada la situaci¨®n de origen, no deber¨ªa de haber problemas para cambiarlo". Al tratarse de asesinatos pol¨ªticos, los cr¨ªmenes cometidos por las dictaduras de Argentina o Chile no pueden, por definici¨®n, entrar dentro del concepto de genocidio. De hecho, en los argumentos de la sentencia contra Adolfo Scilingo, el exmilitar argentino todav¨ªa encarcelado en Espa?a por cr¨ªmenes durante la dictadura, el ponente, que fue el Jos¨¦ Ricardo de Prada, abandona la calificaci¨®n de genocidio y la reemplaza por cr¨ªmenes contra la humanidad.
El problema para juzgar este delito no est¨¢ s¨®lo en que haya que probar que se trata de un ataque organizado contra un grupo ¨¦tnico o religioso, sino en que es necesario demostrar la intencionalidad, la voluntad de exterminio. Claudia Diaz, diplom¨¢tica de la Oficina del Asesor de Naciones Unidas para la Prevenci¨®n del Genocidio, explica que "lo m¨¢s dif¨ªcil de probar en la definici¨®n de genocidio es el elemento de 'intento', porque es muy espec¨ªfico. Es necesario demostrar que los actos cometidos ten¨ªan como objetivo la destrucci¨®n de un grupo como tal. Nunca es f¨¢cil porque los perpetradores no suelen dejar evidencias de ello". El magistrado De Prada pone como ejemplo de esta dificultad que "los tribunales internacionales han sido tremendamente cicateros a la hora de aplicar este concepto en las guerras de los Balcanes de los noventa" precisamente por la dificultad para probar la voluntad de exterminio.
S¨®lo en el caso de la ciudad bosnia de Srebrenica, donde en el verano de 1995 fueron exterminados unos 8.000 varones, los jueces Tribunal Internacional de Justicia fallaron en 2007 que "los actos fueron cometidos con la intenci¨®n espec¨ªfica de destruir en parte el grupo de los musulmanes de Bosnia Herzegovina como tal y, en consecuencia, fueron actos de genocidio", informa Isabel Ferrer. Con el mismo texto legal en la mano, sin embargo, el propio TIJ eximi¨® de responsabilidad a Serbia como Estado. En 2015, el genocidio asom¨® de nuevo en La Haya, sede del TIJ, esta vez de la mano de Croacia y Serbia. Ambas se hab¨ªan acusado mutuamente de haberlo cometido durante la guerra de los Balcanes, pero los jueces rechazaron las demandas. "Para que la limpieza ¨¦tnica aqu¨ª se?alada desemboque en genocidio, debe demostrarse el prop¨®sito sistem¨¢tico de acabar con otra etnia. Y no fue as¨ª", dijo Peter Tomka, entonces presidente del Tribunal.
Los casos de genocidio sobre los que hay acuerdo en la comunidad internacional son muy pocos: el Holocausto contra jud¨ªos y gitanos por los nazis, las masacres por parte de los hutus contra los tutsis en Ruanda en 1994 y Srebrenica, en 1992. En el caso de los armenios, hay un consenso acad¨¦mico de que se trat¨® de un genocidio; pero no pol¨ªtico ya que muchos pa¨ªses evitan utilizar la expresi¨®n.
Helen Fein, tal vez la mayor experta mundial en genocidio, estableci¨® una lista bas¨¢ndose en aquellos casos reconocidos por tribunales nacionales o internacionales entre 1915 y 2005. Aunque cree que hay muchos m¨¢s episodios de matanzas que podr¨ªan ser genocidio, se limita a 18: los armenios, el Holodomor (el exterminio de los ucranios durante la colectivizaci¨®n masiva durante el que murieron de hambre millones de personas), el Holocausto nazi contra jud¨ªos, gitanos y prisioneros de guerra sovi¨¦ticos, las matanzas de serbios y jud¨ªos por parte del estado fascista croata durante la II Guerra Mundial, China contra los budistas en T¨ªbet, Paraguay contra los Ache, Pakist¨¢n en Bengala durante la partici¨®n, las matanzas de hutus en Burundi en 1972, los Jemeres Rojos en Camboya, las matanzas de indios en Guatemala, Sud¨¢n contra los nubios y en Darfur contra las tribus africanas, Irak de Sadam Husein contra los kurdos, la guerra de Afganist¨¢n, Bosnia y Ruanda. La clasificaci¨®n no depende del n¨²mero de v¨ªctimas (en el caso de los Ache se trata de 900 entre 1968 y 1973), sino de la estricta aplicaci¨®n de la definici¨®n de 1948. El caso del S¨¢hara Occidental no figura en ninguna de las listas habituales.
Nicolas Kwiatkowski acaba de publicar junto a Jos¨¦ Emilio Buruc¨²a el ensayo C¨®mo sucedieron estas cosas. Representar masacres y genocidios. Es un libro que relata c¨®mo la humanidad ha sido capaz de representar el horror que ella misma causaba, las im¨¢genes que ha utilizado para representar lo imposible, al igual que Lemkin tuvo que inventar una palabra para nombrar el crimen sin nombre. Kwiatkowski cree, como otros expertos consultados para este reportaje, que el hecho de que no se pueda aplicar la palabra genocidio no significa que no se trate de un crimen atroz. "Creo que tanto dentro como fuera del ¨¢mbito acad¨¦mico el uso del t¨¦rmino genocidio se ha extendido en exceso", explica este investigador argentino, "hasta cubrir fen¨®menos que dif¨ªcilmente puedan calificarse de tales. Eso no significa, en modo alguno, asignar un valor mayor o menor a unas v¨ªctimas o a otras". Hay muchos cr¨ªmenes sin nombre, aunque no sean genocidios.
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