Los alpinistas del Everest dependen del rescate de helic¨®pteros privados
A estos aparatos se aferran las esperanzas de los casi 160 alpinistas atrapados en el Everest
En alta monta?a, el helic¨®ptero es sin¨®nimo de vida. A estos aparatos se aferran las esperanzas de los casi 160 alpinistas atrapados en el Everest, incapaces de recorrer la cascada del Khumbu para alcanzar el campo base, a 5.300 metros de altitud. Pese a la dificultad de saber qu¨¦ ocurre sobre el terreno, parece que cerca de 120 expedicionarios se hallaban en el campo 1 de la monta?a en el momento del terremoto que sacudi¨® el pa¨ªs el s¨¢bado. Otros 40 hab¨ªan ascendido ya al campo 2 y ninguno sufri¨® las consecuencias del enorme alud que barri¨® el campo base acabando con la vida de cerca de 20 personas. Pero su sensaci¨®n de seguridad se disip¨® enseguida: se hab¨ªan quedado atrapados en la monta?a. La cascada del Khumbu (el camino entre el campo 1 y el campo base) es, de normal, una ruleta rusa en la que hace justo un a?o perecieron 16 sherpas aplastados por el derrumbe de una masa de hielo. Ayer mismo, tres sherpas que trataban de restablecer las cuerdas fijas y escaleras que hacen transitable el glaciar perecieron sepultados por un nuevo alud. Es la tragedia sin fin para los trabajadores de esta monta?a.
Con esto, s¨®lo el vuelo incesante de los helic¨®pteros evitar¨¢ nuevos dramas: vuelan contrarreloj, pues se anuncia la llegada de mal tiempo. Las tres compa?¨ªas locales de rescate que trabajan estos d¨ªas en el Everest son privadas y no dependen del Gobierno, que no dispone de un equipo propio de rescate. Hoy, una vez evacuados los heridos a los hospitales de Katmand¨² y Periche, y rescatados los cuerpos sin vida que yac¨ªan en el campo base, los vuelos de seis aparatos se han multiplicado monta?a arriba: a los alpinistas que esperaban en el campo 2 (6.500 metros) los desalojan de uno en uno, mientras que los del campo 1 (5.900 m) son extra¨ªdos de dos en dos. Los helic¨®pteros viajan con el combustible m¨ªnimo y aligeran al m¨¢ximo su estructura para optimizar los vuelos. Despu¨¦s, repostan en el campo base y repiten de forma mec¨¢nica una tarea impensable aqu¨ª hace apenas siete a?os. Las ¨²ltimas informaciones aseguran que la evacuaci¨®n se lleva a cabo con ¨¦xito, mientras muchos de los supervivientes han dejado atr¨¢s el campo base y recorren a pie las cuatro jornadas de marcha hacia Lukla, donde esperan que una avioneta les deposite en Katmand¨².
La muerte del alpinista navarro I?aki Ochoa de Olza en mayo de 2008 supuso el despertar de los rescates de altura en Nepal. Air Zermatt, la compa?¨ªa que opera en los Alpes de Suiza, form¨® una alianza con la compa?¨ªa Fishtail Air de Nepal, form¨® a sus pilotos y puso en marcha un servicio in¨¦dito que ha salvado desde entonces numerosas vidas. El himalayista y piloto Simone Moro trabaja de forma ocasional para Fishtail Air, la ¨²nica que entrena a sus pilotos de forma espec¨ªfica para realizar rescates sumamente t¨¦cnicos: ¡°Hab¨ªa que hacer algo, no pod¨ªamos dejar que la gente muriese as¨ª. O esperar una intervenci¨®n divina¡ Por supuesto, tambi¨¦n es un negocio. Los rescates son caros, pero en el caso de las expediciones los asumen las aseguradoras contratadas por las empresas que gu¨ªan a sus clientes al Everest o a cualquier otra monta?a de Nepal. Muchos ven a¨²n este servicio como un milagro¡±.
?scar Gorgorza es gu¨ªa de alta monta?a.
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