¡°La percepci¨®n de que el Opus es elitista es una visi¨®n burguesa¡±
Entrevista a Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei
El intento del Opus Dei por sintonizar con la onda renovadora del papa Francisco se llama Mariano Fazio. El nuevo vicario general naci¨® en Buenos Aires en 1960, es licenciado en Historia y doctor en Filosof¨ªa, tiene mas de 20 libros publicados sobre sociedad moderna y procesos de secularizaci¨®n y, adem¨¢s, colabor¨® con Jorge Mario Bergoglio en la redacci¨®n del documento de Aparecida (Brasil).
Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace de los dos primeros a?os de Francisco?
Respuesta. El balance es muy positivo. El papa Francisco ha introducido ox¨ªgeno a la Iglesia, que sal¨ªa de un periodo complicado. Transmite la esencialidad del Evangelio. El ox¨ªgeno en gran parte se debe a la coherencia del papa Francisco, que hace lo que dice.
P. ?Las grandes expectativas que ha levantado el Papa no pueden producir en un medio plazo cierta desilusi¨®n?
R. Los medios de comunicaci¨®n han subrayado mucho las ¡°aperturas¡± del papa Francisco, pero tal vez no han subrayado suficientemente las exigencias que trae una vida de acuerdo con el Evangelio. En la media en que se se?alen las exigencias quiz¨¢s se acabe un poco la luna de miel de este pontificado, pero es una consecuencia no de un error de Francisco sino de la misma naturaleza de las cosas.
P. Y ahora, ?cu¨¢l debe ser el pr¨®ximo paso?
R. Espero que lo que se est¨¢ dando en el papado se repita en todos los ¨¢mbitos de la Iglesia, que esto no se quede como algo propio de un estilo Francisco sino que todos nos tomemos m¨¢s en serio vivir el Evangelio con todas las consecuencias.
P. ?Antes no se tomaba en serio? ?Qu¨¦ vac¨ªo ha venido a llenar?
R. Cada Papa aporta desde su perspectiva. Benedicto ve¨ªa sobre todo el problema de la cultura contempor¨¢nea que es una crisis de la verdad y apunt¨® a la evangelizaci¨®n de la cultura. En continuidad con Juan Pablo II, fue m¨¢s a la cabeza. Ahora Francisco est¨¢ yendo m¨¢s al coraz¨®n, pero son necesarias las dos cosas. Una persona sin coraz¨®n es terrible, pero tambi¨¦n es tremenda la persona sin cabeza.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con el Papa?
R. Lo conozco desde el a?o 2000. Desde el primer momento hubo una gran sinton¨ªa. En la asamblea general del episcopado latinoamericano de Aparecida (Brasil), donde convivimos 21 d¨ªas y terminamos tute¨¢ndonos. Tengo la esperanza de que mi relaci¨®n sea de amistad.
P. ?Qu¨¦ le ha dicho cuando lo ha visto?
R. Me sorprendi¨® que me recibi¨® como cuando est¨¢bamos en Buenos Aires, con la misma confianza. Alguna vez le ped¨ª perd¨®n porque me parec¨ªa que me hab¨ªa pasado de confianzudo y el Papa me dijo: por favor, no cambies, te necesito as¨ª, quiero que me digas las cosas y yo tambi¨¦n te las puedo decir.
P. ?En qu¨¦ ha cambiado Bergoglio?
R. Ahora tiene una sonrisa permanente, cosa que all¨¢ no ten¨ªa. Lo dice el actual cardenal de Buenos Aires: Bergoglio ten¨ªa cara de velorio. Creo que es una gracia del Esp¨ªritu Santo, pero sustancialmente es la misma persona, muy espiritual, muy cercana.
P. Muchas personas consideran que el Opus Dei es una organizaci¨®n elitista, que busca la cercan¨ªa del poder. O sea, el polo opuesto a esa Iglesia pobre y para los pobres que predica Francisco¡
R. La percepci¨®n de que el Opus Dei es elitista me parece que es propia de una visi¨®n burguesa. Lo pueden decir las clases medias y altas de Madrid o Par¨ªs, que quiz¨¢ no conocen la realidad de tanta gente humilde y cercana al Opus Dei que vive en las periferias de estas ciudades. La percepci¨®n que se tiene en Kinshasa o en los suburbios de Guatemala, de Argentina, Paraguay o Bolivia es totalmente diferente. All¨ª tenemos muchas labores apost¨®licas hacia los ¨²ltimos, una de ellas nos la encarg¨® el cardenal Bergoglio en Buenos Aires. Con lo cual no creo que sea una ?percepci¨®n generalizada, aunque me doy cuenta de que en muchos medios de comunicaci¨®n que pertenecen a esta perspectiva burguesa se pueda tener esta visi¨®n.
P. Si en Espa?a se ve al Opus Dei como una elite y all¨ª no, hay dos Opus, uno europeo y otro de Am¨¦rica o ?frica...
R. No¡ Dec¨ªa San Josemar¨ªa: de 100 almas, nos interesan las 100. O sea, tambi¨¦n nos hemos ocupado de los intelectuales, de lo que hoy se podr¨ªa llamar clases dirigentes, precisamente porque nos interesan las 100 almas, y si logramos que las personas que toman decisiones en la sociedad sean coherentemente cristianas habr¨ªa mucha menos pobreza en este mundo, mucha menos desigualdad, menos cultura del descarte. Yo particip¨¦ en la redacci¨®n del documento de Aparecida y all¨ª se dice: a la luz de la opci¨®n preferencial por los pobres es necesario que la Iglesia evangelice a las clases dirigentes.
P. Siempre se dice que unos papas se apoyan en unas instituciones y otros en otras. ?En qui¨¦n se apoyar¨¢ este Papa?
R. Le cuento una an¨¦cdota personal. Cuando le pregunt¨¦ al Papa qu¨¦ deseaba que hiciera como vicario general del Opus Dei, el Papa me dijo: obedece al prelado. Es decir: haz el Opus Dei. Yo creo que el papa Francisco quiere que el Opus Dei cumpla con su cometido, que es difundir el mensaje de santificaci¨®n en medio del mundo.
P. Qu¨¦ es lo que les resulta m¨¢s lejano de la visi¨®n del Papa sobre lo que debe de ser la Iglesia.
R. Es evidente que el papa Francisco hace un subrayado de unos aspectos que no hac¨ªa Benedicto, quien a su vez subraya otras cosas que no hac¨ªa Juan Pablo II. En la Obra tratamos de estar siempre en perfecta sinton¨ªa con el Papa de cada momento porque vemos que es una manera de estar tambi¨¦n unidos a Dios. (..) Conozco a mucha gente de la Obra que est¨¢ fascinada con el estilo de Francisco y otros que no le gustan tanto. Y otros que no les gustaba el estilo de Benedicto y ahora est¨¢n encantados. Son cuestiones totalmente opinables. Pero yo veo una gran unidad con el Papa.
P. No existe en ciertos sectores de la Iglesia, tal vez tambi¨¦n en el Opus, un cierto s¨ªndrome del hermano del hijo pr¨®digo. Gente que siempre se ha mantenido fiel a la doctrina y ahora ve que Bergoglio se centra en los que se fueron¡
R. Yo mismo lo he notado en mi labor pastoral con gente de todo tipo. Y he utilizado la misma met¨¢fora del hermano mayor. Creo que la respuesta es la que da el Se?or en el Evangelio: se tienen que alegrar porque hay mucha gente que estaba alejada y que sin embargo est¨¢ volviendo. Toda comunicaci¨®n tiene sus riesgos. La de Benedicto ten¨ªa sus riesgos. La de Francisco tambi¨¦n. Pero me parece que viendo lo que est¨¢ sucediendo son muchos m¨¢s los efectos positivos que los negativos.
P. ?Cu¨¢les son los negativos?
R. Los negativos podr¨ªan ser que una contestaci¨®n r¨¢pida en una entrevista puede dar lugar a much¨ªsimas interpretaciones y despu¨¦s se ha hecho necesario la aclaraci¨®n de que quiso decir el Papa. Pero yo prefiero correr esos riesgos a una comunicaci¨®n tremendamente institucionalizada y un poco artificial.
P. ?C¨®mo se ven desde el Opus gestos de Francisco como casar a una madre soltera o recibir a un transexual¡?
R. Creo que est¨¢ siguiendo el ejemplo de Jesucristo que vino a salvar a todos, pero en particular a los enfermos, a los pecadores¡ Todos somos pecadores. Me parece que no solo es bueno sino que es necesario. Yo no solo no condeno sino que aplaudo.
P. Y sobre aquella frase de qui¨¦n soy yo para juzgar a los gais. ?Est¨¢ de acuerdo el Opus con este tipo de mensajes de comprensi¨®n hacia, por ejemplo, los homosexuales?
R. Est¨¢ en plena coherencia con lo que dice San Pablo: solo Dios juzga. Esa frase no implica relativismo, sino respeto total y absoluto por cada persona. Que el Opus Dei comparte porque forma parte de la doctrina cristiana. Lo que el Papa completa la frase diciendo que est¨¢ en contra de los lobbys. Cuando el tema de la orientaci¨®n sexual se convierte en ideolog¨ªa y en presi¨®n social, ah¨ª s¨ª hay elementos criticables.
P. El Papa repite que la Iglesia tiene que contar m¨¢s con las mujeres. ?C¨®mo?
R. Estoy de acuerdo con ¨¦l en que todav¨ªa no hemos descubierto todas las consecuencias del genio femenino en la Iglesia. Hay muchos lugares en la Iglesia que no implican la ordenaci¨®n sacerdotal donde la mujer podr¨ªa estar m¨¢s presente
P. Entre los aspectos negativos que atribuyen al Opus Dei es que la mujer siempre ha ocupado un papel subalterno
R. En primer lugar, son m¨¢s las mujeres que los hombres. Luego, hay una total igualdad entre varones y mujeres en lo que respecta a sus roles sociales, tambi¨¦n dentro de la Obra. San Josemar¨ªa tuvo que luchar en los a?os 50 para que la Santa Sede aprobara que las mujeres pudieran hacer tambi¨¦n estudios de filosof¨ªa y teolog¨ªa y que pudieran asistir a las universidades pontificias. Y recibi¨® continuas negativas hasta que al final accedieron. Yo no percibo que se minusvalore a la mujer en la Obra.
P. ?Hasta qu¨¦ punto la Iglesia no es c¨®mplice de que se hayan producido tantos casos de abusos a menores?
R. Yo creo que Benedicto XVI pasar¨¢ a la historia entre otras cosas por haber subrayado la necesidad de justicia y transparencia en este aspecto. Me parece que a Juan Pablo II se le ha acusado injustamente de haber encubierto casos. La sensibilidad van cambiando a lo largo del tiempo, no creo que sea justo juzgar hoy cosas que han sucedido hace 20, 30, 40 a?os con la sensibilidad actual. Pero me parece que era necesaria una reforma, mayor claridad, mayor tolerancia cero. A veces se acus¨® al Opus Dei de ser demasiado exigente en este tema. Bueno, el tiempo ha demostrado que para respetar el menor toda prudencia es poca.
P. No es infrecuente encontrar en los medios de comunicaci¨®n la figura de un ex miembro del Opus Dei que arremete contra la Obra y sus m¨¦todos. ?A qu¨¦ lo atribuye?
R. Toda ruptura implica una herida que causa dolor. Frente al dolor, la actitud cristiana es la del respeto. Y en los casos en los que haya habido un error por parte nuestra, yo les pido perd¨®n. Me parece que como en las crisis matrimoniales habitualmente las culpas son de las dos partes. Rezo por todos los que se han ido y los quiero con toda mi alma. Por otro lado, la mayor¨ªa de las personas que han pasado por esta situaci¨®n siguen bajo el calor espiritual de la Obra, aunque no pertenezcan ya jur¨ªdicamente, y para m¨ª es un gran consuelo que muchas de esas personas vuelven a pedir la admisi¨®n pasados unos a?os.
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