La batalla por ganar
El continente est¨¢ dominado por agendas obsoletas y fuerzas pol¨ªticas incapaces
Foro a foro, cumbre a cumbre, reuni¨®n a reuni¨®n, los Gobiernos de Am¨¦rica Latina van desgranando las razones de la par¨¢lisis y esa trampa ret¨®rica entre el ayer y el ma?ana en la que parecen moverse muchas veces. Atrapada entre la necesidad de una regeneraci¨®n democr¨¢tica, queriendo buscar una manera de potenciar unas administraciones que, sin duda, est¨¢n demasiado corrompidas o al servicio de los partidos, la verdadera nueva agenda de Am¨¦rica Latina ve pasar cita tras cita ¡ªla m¨¢s reciente, la edici¨®n latinoamericana del Foro Econ¨®mico Mundial, que se ha celebrado la semana pasada en la Riviera maya mexicana¡ª su oportunidad sin acabar de establecerse.
Por ejemplo, la Am¨¦rica que habla espa?ol o portugu¨¦s invierte solo el 0,78% de todo el PIB regional (unos 50.000 millones de d¨®lares) en Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D), es decir, en los dos campos que permiten dotarse de las tecnolog¨ªas que controlan el mundo y dan el verdadero poder. Este esfuerzo colectivo para entrar en la nueva era representa solo el 3% de todas las inversiones globales en Investigaci¨®n y Desarrollo.
El concepto de seguridad ha ido modific¨¢ndose. Se ha pasado de garantizar que no entre una pistola y mucho menos una bomba en un avi¨®n a una inseguridad colectiva y rampante por las amenazas en Internet, ese nuevo Estado de bienestar del siglo XXI, lleno de riesgos, pero tambi¨¦n de oportunidades digitales y de crecimiento, cuyo desarrollo en Am¨¦rica Latina est¨¢ en fase primaria.
Los nuevos desaf¨ªos ¡ªque tienen mucho que ver con el uso de los recursos para la investigaci¨®n, el desarrollo y con la nueva concepci¨®n de la educaci¨®n¡ª siguen sin aparecer en la agenda latinoamericana. Hasta que los pa¨ªses del continente no ganen esas batallas y tengan una independencia tecnol¨®gica, seguiremos en la letan¨ªa de los buenos deseos y en la demostraci¨®n permanente de incapacidad.
La cara de esa victoria ser¨ªa que el grueso de pa¨ªses latinoamericanos lograse invertir en I+D lo mismo que en educaci¨®n: entre el 4% y 5% de su PIB
La cara de esa victoria ser¨ªa que el grueso de pa¨ªses latinoamericanos lograse invertir en I+D lo mismo que en educaci¨®n: entre el 4% y 5% de su PIB. Obs¨¦rvese que Brasil es lo que es no solo por su tama?o e importancia, un imperio en s¨ª mismo, sino porque invierte el 63% del total regional en ese apartado. Y pese a ello, es una cifra raqu¨ªtica en comparaci¨®n a otras latitudes.
Adem¨¢s, no se trata de reinventar todo el hardware con el cual Estados Unidos controla y seguir¨¢ controlando ¡ªjunto a un poco de tecnolog¨ªa europea¡ª el mundo moderno, sino que debe aspirarse a formar generaciones que, metidas ya en la onda de las nuevas tecnolog¨ªas y las necesidades laborales, sean menos dependientes respecto a la tecnolog¨ªa extranjera.
Los Gobiernos siguen haci¨¦ndose fotos en un mar de banderas que ondean con un viento falso que es el del presupuesto p¨²blico. Los empresarios siguen apostando por las reformas que son necesarias. Pero ni empresarios ni Gobiernos deben olvidar que ninguna reforma es suficiente si no es asumida por el pueblo al que va destinada.
La reuni¨®n en la Riviera Maya ha sido una m¨¢s. Si Davos y los grandes centros de di¨¢logo y de b¨²squeda de soluciones est¨¢n en este momento a oscuras, imag¨ªnese lo que significa tratar de poner en marcha un modelo en Am¨¦rica Latina cuando no existe ni referencia ni modelo. Es m¨¢s, ni siquiera se tiene la capacidad de intentar crear una agenda aspiracional que permita a las sociedades latinoamericanas dar un salto adelante.
Si uno se plantea qu¨¦ falla en el continente, hay que observar lo viejo de las agendas y la incapacidad de los poderes actuales y de las fuerzas pol¨ªticas para colocar a los pa¨ªses en la modernidad
Con independencia de la abundancia de titulares y de esa sensaci¨®n insuperable de fracaso social por la corrupci¨®n, si uno se plantea qu¨¦ falla en el continente, hay que observar lo viejo de las agendas y la incapacidad de los poderes actuales y de las fuerzas pol¨ªticas (las que conocemos y las emergentes) para colocar a los pa¨ªses latinoamericanos en la modernidad.
As¨ª, Brasil, Argentina y M¨¦xico invierten el 1,2%, el 0,64% y el 0,45%, respectivamente, de su PIB en I+D, mientras Chile se contenta con un escaso 0,37%. Estas cifras muestran el porqu¨¦ del subdesarrollo no solo pol¨ªtico, sino tambi¨¦n de la soberan¨ªa y de la escasa independencia para construir una plataforma de autosuficiencia de Am¨¦rica Latina.
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