Los v¨ªdeos por m¨®vil transforman el debate racial en Estados Unidos
Las grabaciones ciudadanas destapan abusos policiales a la vez que m¨¢s cuerpos colocan c¨¢maras en los uniformes de sus agentes
Las escenas var¨ªan, pero en todas ellas las v¨ªctimas son personas negras desarmadas y los agresores, polic¨ªas.
Los sucesos a plena luz del d¨ªa dif¨ªcilmente se hubieran conocido si un transe¨²nte no los hubiera grabado con su tel¨¦fono m¨®vil. La secuencia se repite en los ¨²ltimos meses en todo Estados Unidos: la difusi¨®n del v¨ªdeo se convierte en un fen¨®meno en Internet, la indignaci¨®n se propaga y el v¨ªdeo sirve de prueba a las autoridades para investigar.
El ¨²ltimo caso sucedi¨® el viernes en McKinney (Texas): un agente policial blanco sac¨® su pistola, inmoviliz¨® e increp¨® a varios adolescentes negros que sal¨ªan de una piscina en una urbanizaci¨®n de mayor¨ªa blanca.
Una adolescente grab¨® la escena y desde que el domingo las im¨¢genes se hicieron p¨²blicas el debate sobre los m¨¦todos policiales y la discriminaci¨®n racial se ha reabierto. El polic¨ªa ha sido suspendido y este martes present¨® su dimisi¨®n. Su actuaci¨®n est¨¢ siendo investigada.
A finales de abril, sucedi¨® en Baltimore (Maryland) con el arresto de Freddie Gray, de 25 a?os, al que varios agentes arrastraron a una furgoneta policial. Una semana despu¨¦s mor¨ªa por una lesi¨®n cervical.
Un transe¨²nte grab¨® de lejos el suceso, en que se o¨ªa a Gray gritar de dolor. Su muerte desencaden¨® varios d¨ªas de protestas y disturbios en la ciudad. Seis agentes est¨¢n imputados.
Antes, a principios de abril el lugar fue North Charleston (Carolina del Sur) y la v¨ªctima Walter Scott, de 50 a?os. Mientras hu¨ªa corriendo tras ser parado por un polic¨ªa blanco por tener un piloto del coche roto, el agente le dispar¨® ocho veces en la espalda y acab¨® con su vida.
Lo captur¨® con su m¨®vil un ciudadano, que estaba situado en perpendicular al polic¨ªa y que no pudo controlar su nerviosismo por los disparos. El agente est¨¢ imputado.
Y en julio, muri¨® Eric Garner, de 43 a?os y vendedor ambulante de tabaco, en una calle de Staten Island (Nueva York) tras aplicarle un polic¨ªa blanco una llave de estrangulamiento prohibida mientras ¨¦l gritaba: ¡°No puedo respirar¡±. Un amigo de Garner, que estaba junto a ¨¦l, grab¨® de cerca la escena.
El caso pas¨® mayoritariamente desapercibido hasta que al mes siguiente el afroamericano Michael Brown, de 18 a?os, falleci¨® por al menos seis disparos de un polic¨ªa blanco en Ferguson (Misuri).
La muerte de Brown propici¨® una ola de protestas y un debate nacional sobre el trato de la polic¨ªa con la comunidad negra. Cada vez que se difunde un v¨ªdeo, el debate reaparece. Que un negro desarmado muera por disparos de un polic¨ªa no es ins¨®lito en Estados Unidos. Sucede ahora y hace diez o veinte a?os.
Pero el caso de Ferguson se ha convertido en un s¨ªmbolo y desde entonces el escrutinio es mayor. Influyen los avances tecnol¨®gicos ¡ªla expansi¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles y de la posibilidad de compartir un v¨ªdeo al instante en las redes sociales¡ª y el contexto actual: hay un mayor inter¨¦s de medios de comunicaci¨®n, pol¨ªticos y activistas sobre la desconfianza de los negros con la polic¨ªa.
Ferguson ha forzado tambi¨¦n a que m¨¢s cuerpos de polic¨ªa decidan colocar c¨¢maras de v¨ªdeo en los uniformes de sus agentes. La familia de Brown ha impulsado una campa?a para fomentar el uso de c¨¢maras y la Casa Blanca, un programa de ayudas para adquirirlas.
Una grabaci¨®n hubiera resuelto la inc¨®gnita de por qu¨¦ el agente abri¨® fuego contra el joven. La desinformaci¨®n aliment¨® las protestas. El amigo que acompa?aba a Brown asegur¨® que alz¨® sus brazos antes de recibir los disparos mortales -ese gesto se convirti¨® en ic¨®nico-, pero una investigaci¨®n del Departamento de Justicia puso en duda esa versi¨®n. Un jurado declin¨® imputar al agente al considerar -mediante testigos y pruebas- que actu¨® en defensa propia al sentirse amenazado por el joven.
Las c¨¢maras policiales, sin embargo, no son la panacea. Muchos cuerpos carecen de protocolos sobre c¨®mo emplearlas ni qu¨¦ hacer con esos datos. Y disponer de un v¨ªdeo no tiene porque ser determinante en la investigaci¨®n de un suceso. Un jurado exoner¨® al agente que mat¨® a Garner en Staten Island pese a la elocuencia del v¨ªdeo en que se ve¨ªa c¨®mo mor¨ªa asfixiado.
Lo que es seguro es que los v¨ªdeos conceden poder a ambos lados. Ampl¨ªan la capacidad de denuncia de los ciudadanos y de defensa de los polic¨ªas. Saberse grabado lleva te¨®ricamente a un agente a evitar excesos. Lo mismo sucede al rev¨¦s. En Ferguson en noviembre, en las protestas tras la no imputaci¨®n del polic¨ªa que mat¨® a Brown, los manifestantes grababan con sus tel¨¦fonos a la hilera de agentes que los vigilaba mientras los agentes hac¨ªan lo mismo con los manifestantes.
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