El Papa crea un tribunal para juzgar a los obispos que encubran la pederastia

Se lo hab¨ªa prometido hace un a?o a las v¨ªctimas: ¡°Todos los obispos deben ejercer su oficio de pastores con sumo cuidado para salvaguardar la protecci¨®n de menores y rendir¨¢n cuentas de esa responsabilidad¡±. El papa Francisco ha creado un tribunal especial para juzgar a los obispos que abusen de su poder para encubrir los casos de pederastia cometidos por los sacerdotes o religiosos a su cargo. El tribunal, que depender¨¢ de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, sancionar¨¢ a los obispos que, por negligencia o arbitrariedad, no persigan con la suficiente determinaci¨®n los abusos a menores en el seno de la Iglesia.

El Papa crea un tribunal para juzgar a los obispos que encubran la pederastia

Hace justo un a?o, el 7 de julio de 2014, el Papa celebr¨® misa ante seis v¨ªctimas ¡ªtres hombres y tres mujeres de Alemania, Inglaterra e Irlanda¡ª a las que, en un gesto con mucha carga significativa, hab¨ªa invitado a pernoctar en la residencia de Santa Marta. Bergoglio, desde el altar, les pidi¨® ¡°humildemente perd¨®n por los abusos sexuales cometidos por el clero¡± y les prometi¨® que ya no habr¨ªa lugar en la Iglesia para los pederastas ni para sus encubridores. ¡°Me comprometo¡±, les dijo, ¡°a no tolerar el da?o infligido a un menor por parte de nadie, independientemente de su estado clerical. Todos los obispos deben ejercer su servicio de pastores para salvaguardar la protecci¨®n de menores y rendir¨¢n cuentas de esa responsabilidad¡±.

Aquella declaraci¨®n de Francisco entraba por primera vez en el fondo de una tragedia que durante d¨¦cadas la Iglesia ha fingido no ver mientras sus obispos ocultaban a los verdugos y, en muchos casos, hac¨ªan caer el peso de la culpa sobre las propias v¨ªctimas. Una inercia terrible que Benedicto XVI decidi¨® romper p¨²blicamente en febrero de 2012, cuando convoc¨® a Roma a los superiores de una treintena de organizaciones religiosas y a los representantes de 110 conferencias episcopales para que escuchasen el testimonio de Marie Collins, una mujer irlandesa que padeci¨® de ni?a los abusos de un sacerdote. Joseph Ratzinger quiso terminar con el ¡°silencio c¨®mplice¡±, pero, aun trat¨¢ndose de un gran avance --el de reconocer el delito y mirar a la cara a las v¨ªctimas--, no era suficiente. Francisco da ahora un paso m¨¢s: quitarle a los sacerdotes pederastas la red que les permit¨ªa salir impunes y, tal vez, seguir delinquiendo.

El funcionamiento del tribunal especial fue decidido por el llamado G-9 ¡ªlos nueve cardenales que se est¨¢n ocupando de la reforma de la curia¡ª a propuesta del cardenal Sean O¡¯Malley, presidente de la Comisi¨®n para la Tutela de los Menores. Se establece que cualquier v¨ªctima que no se considere escuchada por su obispo ¡ªo bien sus familias o cualquier persona que tenga noticias de la supuesta negligencia¡ª puede presentar la oportuna denuncia a trav¨¦s de la Congregaci¨®n de los Obispos, la Congregaci¨®n para la Evangelizaci¨®n de los Pueblos ¡ªen el caso de que se trate de un pa¨ªs de misi¨®n¡ª o la Congregaci¨®n de las Iglesias Orientales, en el caso de que los perjudicados sigan esos ritos. Una vez estudiada la denuncia, se remitir¨¢ directamente al Vaticano, a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe. Seg¨²n explic¨® el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, ¡°la nueva secci¨®n judicial y su personal se ocupar¨¢n tambi¨¦n de los procesos penales por abusos de menores y de adultos vulnerables por parte del clero¡±.