Los ¡®cascos azules¡¯ intercambian productos por sexo
Un informe de la ONU asegura que esta es una pr¨¢ctica habitual de las tropas de paz
Los casos de explotaci¨®n sexual por parte de los cascos azules de la Naciones Unidas contin¨²an siendo algo sist¨¦mico. El ¨²ltimo informe de supervisi¨®n interno del organismo se concentra este a?o en la conducta del personal en Hait¨ª y Liberia, dos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta y los m¨¢s afectados por estos abusos. El estudio revela que el sexo utilizado como moneda de cambio es ¡°bastante com¨²n¡±, aunque las v¨ªctimas tienden a no denunciar y eso complica que se las pueda asistir convenientemente.
La ONU tiene desplegados en torno a 125.000 cascos azules por todo el mundo, en misiones de mantenimiento de la paz en zonas de conflicto o realizando labores de asistencia en pa¨ªses azotados por los desastres naturales. La pr¨¢ctica de pagar por sexo est¨¢ prohibida para los cascos azules. Se desaconseja incluso la relaci¨®n del personal con los beneficiarios de la ayuda.
El borrador del informe, que se har¨¢ p¨²blico pr¨®ximamente, aunque ha sido filtrado a trav¨¦s de varios medios, revela que durante el a?o pasado se denunciaron 51 casos de abusos y explotaci¨®n sexual en todas las misiones de las Naciones Unidas, seg¨²n la agencia AP. Son 15 menos que los recogidos en el ¨²ltimo informe anual. Pero este descenso se considera insuficiente por los investigadores, pese a que en paralelo se haya incrementado el n¨²mero de efectivos desplegados.
St¨¦phane Dujarric, portavoz del secretario general Ban-Ki moon, ha explicado este jueves que el documento final no est¨¢ a¨²n redactado y avanz¨® que podr¨ªa publicarse el pr¨®ximo lunes 16 de junio. S¨ª insisti¨® en que desde el organismo ¡°no se va a tolerar¡± ning¨²n tipo de abuso y dijo que espera que los cascos azules envueltos en este tipo de intercambio "sean investigados por los pa¨ªses que tienen la autoridad sobre ellos". El informe, concluy¨®, ser¨¢ otro instrumento para ayudar a combatir estos abusos sexuales.
En el caso concreto de Hait¨ª, los cascos azules pagaron por sexo a 225 mujeres en Hait¨ª que se ve¨ªan en la necesidad de obtener alimentos o medicamentos, seg¨²n han publicado varios medios. Lo que no se precisa es el periodo en el que ocurri¨® ni cu¨¢ntos miembros de la misi¨®n, tanto civiles como militares, estar¨ªan implicados en estos actos. Las primeras tropas se desplegaron en 2004. Hace un a?o se public¨® un estudio similar en el que se elevaba a 231 la cifra de afectadas por estas ¡°transacciones sexuales¡±.
Es un problema que afecta especialmente a las mujeres en medios rurales, que buscan en medio de la miseria tener acceso a productos y servicios b¨¢sicos para poder sostener a sus familias. Tambi¨¦n las que viven en zonas urbanas o en los suburbios, que en su caso, a cambio de la relaci¨®n sexual, reciben ¡°zapatos, tel¨¦fonos m¨®viles, ordenadores port¨¢tiles, joyas y dinero¡±.
El documento eleva a 480 las alegaciones por explotaci¨®n sexual y abusos en un periodo que comprende los a?os 2008 y 2013. De ese total, un tercio de los casos eran menores, lo que da a¨²n una mayor dimensi¨®n al problema. Junto a Hait¨ª y Liberia, las otras dos misiones m¨¢s afectadas son las que operan en Sud¨¢n del Sur y la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. El informe denuncia, adem¨¢s, que la asistencia a las v¨ªctimas es ¡°severamente deficiente¡± y se pide que se aclaren la reglas.
La revelaci¨®n del informe no es nueva. La ONU viene arrastrando con este problema desde que salt¨® a la luz hace ahora una d¨¦cada. El secretario general Ban Ki-moon anunci¨®, adem¨¢s, hace una semana el inicio de otra investigaci¨®n por los ¨²ltimos casos que han aflorado en la misi¨®n desplegada en la Rep¨²blica Centroafricana, en la que est¨¢n envueltos cascos azules franceses. El objetivo de este ¨²ltimo informe trata de arrojar luz sobre la manera en la que la ONU lidia con un problema que califica como persistente y extendido. A la conducta abusiva del personal que luce los colores del organismo se le suma el problema de que la poblaci¨®n local, la que se beneficia de esta asistencia, desconoce que este tipo de relaciones con los cascos azules no est¨¢ consentida.
Solo siete de las entrevistadas para el estudio sab¨ªa de esta prohibici¨®n y ninguna estaba informada de que exist¨ªa la posibilidad de poder denunciar estos abusos. Naciones Unidas recuerda, adem¨¢s, que son los Estados miembros los encargados de investigar la conducta de sus tropas, que suelen durar m¨¢s de un a?o en la mayor parte de los casos. Pero el organismo est¨¢ obligado a actuar en el caso de que el problema no se resuelva.
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