El Tribunal Supremo, art¨ªfice de las conquistas progresistas en Brasil
De los tres poderes del Estado, el Supremo es el garante del cumplimiento e interpretaci¨®n de la Constituci¨®n
La democracia de Brasil le debe a las sentencias del Supremo la mayor¨ªa de las conquistas m¨¢s progresistas en materia de defensa de las libertades y de los derechos civiles.
De los tres poderes el Estado, el Supremo que es el garante del cumplimiento e interpretaci¨®n de la Constituci¨®n, es el que mejor ha sabido captar y sintonizar estos a?os con las exigencias de renovaci¨®n y de modernizaci¨®n de la sociedad m¨¢s abierta y exigente.
Gracias, por ejemplo, a una sentencia del Supremo las mujeres que se enfrentan al drama de haber engendrado un feto anencef¨¢lico, pueden hoy abortar sin ser encarceladas.
El Congreso, como poder legislativo, a¨²n no se ha atrevido a abordar el derecho de las mujeres a una maternidad responsable que no las considere asesinas cuando deciden en conciencia someterse al drama de un aborto.
Ni siquiera el gobierno progresista del Partido de los Trabajadores (PT) en sus m¨¢s de 12 a?os en el poder, se ha atrevido a¨²n a tomar una iniciativa a favor del derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo. El aborto es considerado a¨²n un crimen castigado con la c¨¢rcel y que empuja a cientos de miles de mujeres a abortar en la clandestinidad tantas veces con riesgo de la propia vida, sobre todo entre las m¨¢s pobres.
La Presidenta Dilma Rousseff tuvo que comprometerse, en las elecciones que le dieron dos veces la victoria, con las iglesias y con las fuerzas pol¨ªticas m¨¢s conservadoras, a no colocar en discusi¨®n durante su gobierno el tema del aborto. S¨®lo despu¨¦s dichas fuerzas reaccionarias le aseguraron el voto.
Fue tambi¨¦n el Supremo qui¨¦n admiti¨® el uso de las c¨¦lulas madre, rechazado por los otros poderes.
Y fueron los magistrados de la Alta Corte quienes quebraron tambi¨¦n en nombre de la Constituci¨®n que sanciona la laicidad del Estado y el respeto y defensa de la dignidad humana el espinoso tab¨² de los derechos de los homosexuales que viven en com¨²n.
Gracias a una sentencia del Supremo las mujeres que se enfrentan al drama de haber engendrado un feto anencef¨¢lico, pueden hoy abortar?
Fue el Supremo qui¨¦n sancion¨® el reconocimiento jur¨ªdico del estado de parejas de personas del mismo sexo con los mismos derechos que los matrimonios tradicionales formados por varones y mujeres.
Fue ese reconocimiento a los derechos de los homosexuales otro de los muros del conservadurismo del poder legislativo y del gobierno quebrados con coraje por el Supremo, mientras el Congreso pugna por aprobar una ley en la que s¨®lo sea reconocida como familia jur¨ªdica la uni¨®n de un hombre y una mujer.
Bas¨¢ndose en una interpretaci¨®n de la Constituci¨®n, los magistrados de la Alta Corte permitieron que los jueces pudieran reconocer los matrimonios civiles de las personas del mismo sexo que pasaron a tener los 120 derechos que se les otorga a las familias formadas por personas de diferente sexo.
Con ese motivo, una de los magistrados del Supremo, Ellen Gracie, coment¨® que dicha decisi¨®n a favor de los derechos de los homosexuales "coloca hoy a Brasil entre los m¨¢s avanzados del mundo".
Cada vez que las fuerzas conservadoras han acudido al Supremo para conseguir derribar alguna decisi¨®n progresista, los magistrados de la Corte han acabando decidiendo a favor de la apertura de los derechos civiles. As¨ª fue con la ley de la Ficha Limpia que impide la reelecci¨®n de los pol¨ªticos condenados en dos instancias aunque sobre ellos no pese a¨²n sentencia definitiva.
Impugnada la ley aprobada por petici¨®n popular, el Supremo sancion¨® su validez.
As¨ª tambi¨¦n sucedi¨® con las cuotas para que negros, mulatos e ind¨ªgenas pudieran entrar en las Universidades a trav¨¦s de una pol¨ªtica de cuotas.
Y hace s¨®lo 48 horas, una vez m¨¢s, el Supremo y con el voto un¨¢nime de los nueve magistrados, rechaz¨® una interpretaci¨®n restrictiva del C¨®digo Civil que impon¨ªa una censura previa para la publicaci¨®n de biograf¨ªas, una discusi¨®n que moviliz¨® a la sociedad.
La decisi¨®n del Supremo de rechazar dicha censura previa ha sido considerada como un ejemplo de defensa de la libertad de expresi¨®n, ya que abarca no s¨®lo el cap¨ªtulo concreto de la autorizaci¨®n previa para la publicaci¨®n de una biograf¨ªa sino toda la informaci¨®n.
La decisi¨®n del Supremo no era f¨¢cil ya que la censura previa de las biograf¨ªas era defendida por los mayores ¨ªdolos de la m¨²sica popular brasile?a, como Chico Buarque, Gilberto Gil y Caetano Veloso entre otros muchos.
Los magistrados de la Corte han acabando decidiendo a favor de la apertura de los derechos civiles, contra las fuerzas conservadoras
Seg¨²n los votos emitidos por los magistrados, el derecho a la libertad de expresi¨®n y la condena de todo tipo de censura supone uno de los "fundamentos p¨¦treos" de la Constituci¨®n brasile?a.
A esta postura del Supremo a favor de un ensanchamiento de las libertades y derechos civiles se ha a?adido la lucha contra la impunidad frente a los desmanes de los pol¨ªticos, que ha hecho que por primera vez en este pa¨ªs personajes de alto rango, incluso del partido del gobierno (PT), hayan sido procesados, condenados y encarceladas como en el caso del mensal?o
Es eso lo que les est¨¢ conquistando la simpat¨ªa de la calle.
No es por casualidad que mientras que los ¨ªndices de rechazo de los pol¨ªticos y gobernantes nunca fueron tan altos crece cada d¨ªa el aplauso a las decisiones valientes y comprometidas del Supremo.
Quiz¨¢s sea ello lo que explique que mientras a personajes importantes del Congreso y del Gobierno, empezando por la Presidenta Rousseff, les resulte dif¨ªcil aparecer en p¨²blico, incluso en actos privados, sin ser objeto de abucheos, sean dos jueces, el expresidente del Supremo, Joaquim Barbosa, que fue el alma del proceso del mensal?o y el juez, S¨¦rgio Moro, protagonista del proceso en curso contra el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Petrobr¨¢s, quienes, al rev¨¦s, su sola presencia en un cine, un restaurante o una librer¨ªa acabe siendo objeto de aplausos y entusiasmo ciudadano.
Los otros poderes con menos valent¨ªa que el Supremo a la hora de defender ciertos valores en la defensa de las libertades civiles han llegado a acusar a dichos magistrados de injerencia en el ¨¢mbito de los otros poderes. Ellos se defienden recordando que lo ¨²nico que hacen es interpretar la letra y el esp¨ªritu de la Constituci¨®n en consonancia con los tiempos nuevos e in¨¦ditos que vive el pa¨ªs y el mundo.
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