?Qu¨¦ llevar¨ªa a una persona blanca a decir que es negra?
Un esc¨¢ndalo inspira a los estadounidenses a responder nuevas preguntas sobre racismo

?sta es la pregunta que Estados Unidos intenta responder desde hace dos d¨ªas.
Rachel Dolezal es la presidenta local de la organizaci¨®n por los derechos de los afroamericanos NAACP en el estado de Washington. Desde su adolescencia se mostr¨® interesada en los derechos de las minor¨ªas, estudi¨® en Misisip¨ª y obtuvo un master en Howard University, donde predominan alumnos negros. En la actualidad, tambi¨¦n es profesora de estudios afroamericanos y pertenece a una comisi¨®n policial de su ciudad. Cuando solicit¨® ese trabajo, se defini¨® como blanca, negra y americana nativa.
Pero si miramos una fotograf¨ªa tomada en su infancia, mientras crec¨ªa en Montana, Dolezal es una joven rubia, con ojos azules. ¡°Es nuestra hija biol¨®gica y nosotros somos cauc¨¢sicos, eso es un hecho¡±, dijo su padre. Con estas declaraciones, los progenitores de Dolezal ¡ªde ascendencia checa y alemana¡ª encendieron la llama de un complejo debate que tiene a un pa¨ªs rasc¨¢ndose la cabeza mientras busca respuestas a un fen¨®meno con escasos precedentes: una persona blanca que dice ser negra.
?Ha intentado Dolezal enga?ar a alguien? ?Es la apariencia f¨ªsica lo ¨²nico que determina si una persona es blanca o negra? ?O es su experiencia?
En la actualidad, Dolezal lleva el pelo rizado, su piel es m¨¢s morena y ha lucido desde estrechos rizos de una cabellera negra hasta un elegante recogido de trenzas en lo alto de su cabeza. ?Ha intentado enga?ar a alguien? ?Pensar¨ªa que sin ser negra no podr¨ªa presidir la organizaci¨®n con m¨¢s experiencia en la lucha por los derechos de los afroamericanos? ?Es la apariencia f¨ªsica lo ¨²nico que determina si una persona es blanca o negra? ?O es su experiencia? ?Es Dolezal la ¨²nica que puede decidir su identidad o tambi¨¦n importa c¨®mo se definan sus padres?
Preguntada este s¨¢bado por varios reporteros si es blanca o negra, Dolezal contest¨® simplemente ¡°no entiendo la pregunta¡±, antes de alejarse de los micr¨®fonos. Tambi¨¦n declar¨® que de dar explicaciones, se las debe a su organizaci¨®n y no ¡°a una comunidad que no creo que vaya a entender las definiciones de raza e identidad¡±. De momento, la NAACP asegura que la raza de una persona no le califica ni descalifica para liderar la organizaci¨®n y respaldan p¨²blicamente su trayectoria.
Numerosas personas se han hecho ¡°pasar¡± por blancas a lo largo de la historia de EE UU. Seg¨²n un estudio de la universidad de Yale, cerca de uno de cada cinco afroamericanos. Pero el caso inverso es menos frecuente y hace que, si usted quiere abordar tambi¨¦n esta conversaci¨®n, sienta que le faltan recursos -personales, sociales e incluso ling¨¹¨ªsticos- para responder las preguntas que plantea sin pisar unos cuantos charcos.
"Our daughter is Caucasian" say parents of Spokane NAACP President Rachel Dolezal. pic.twitter.com/6VHxm9v4Wt
— Taylor Viydo (@KREMTaylor) June 11, 2015
¡°La raz¨®n por la que su historia es tan fascinante es que expone de manera inquietante que nuestra raza es una actuaci¨®n¡±, escribe Steven W. Thrasher en The Guardian. ¡°A pesar de las distintas maneras en que se percibe nuestra raza, todas se basan en el mito de que nuestras diferencias existen y son perceptibles¡±. Dolezal estar¨ªa contribuyendo, quiz¨¢s sin quererlo, a cuestionar el uso de la identidad racial en el contexto de la justicia social y econ¨®mica.
Este debate plantea la cuesti¨®n, por ejemplo, de que si aceptamos que Dolezal ¡®minti¨®¡¯ sobre su raza, asumimos tambi¨¦n que la identidad racial no es personal sino social. ?Quiere esto decir que una persona debe justificar que diga si es blanca o negra? La respuesta es m¨¢s compleja de lo que parece y obliga a reconocer qu¨¦ es la identidad racial y por qu¨¦ pesa tanto en un pa¨ªs como EE UU.
Puede que, si usted quiere abordar tambi¨¦n esta conversaci¨®n, sienta que le faltan recursos para responder las preguntas que plantea sin pisar unos cuantos charcos?
Una de las claves la ha explicado una historiadora de Princeton a The New York Times. En la ¨¦poca de la segregaci¨®n, las leyes de Jim Crow establecieron la ¡°regla de la gota de sangre¡±. Si una persona ten¨ªa una sola gota de sus ancestros afroamericanos, por lejanos que fueran, y por blanca que fuera su piel, ser¨ªa clasificada como negra, discriminada y despojada de derechos como el de votar antes de 1965. Una ley racista servir¨ªa por tanto ahora para aceptar que, aunque parezca blanca, Dolezal es negra.
Seg¨²n los datos revelados por medios estadounidenses, la protagonista de este debate est¨¢ divorciada de un hombre negro, de quien tiene un hijo de 13 a?os. Tambi¨¦n creci¨® con cuatro hermanos adoptivos negros y la pelea por la custodia de uno de ellos es la que habr¨ªa empujado a sus padres a declarar que la joven miente sobre su identidad. Disputas familiares aparte, esta experiencia personal, cuya interpretaci¨®n no corresponde a nadie m¨¢s que a ella, le podr¨ªa haber ayudado a identificarse como negra.
Pero en EE UU, es dif¨ªcil desvincular esta identidad de un pasado de esclavitud y discriminaci¨®n con reverberaciones tan recientes como los ¨²ltimos esc¨¢ndalos de violencia policial. De ah¨ª que muchos afroamericanos hayan denunciado en las redes que, salvo que una persona comparta esa experiencia -no solo el color de la piel-, no deber¨ªa decir que es negra.
Y as¨ª llegamos a la segunda clave de este debate. La experiencia personal de millones de afroamericanos es una en la que el color de su piel, su historia y la de sus antepasados les ha cerrado las puertas ante oportunidades y derechos que s¨ª disfrutaron y disfrutan los estadounidenses blancos. Ellos no pueden decir que su raza es otra, mientras que Dolezal, que alega haber sido v¨ªctima de amenazas y ataques de odio por parte de grupos supremacistas, podr¨ªa volver a identificarse como blanca y, supuestamente, volver a quedar protegida del racismo.
La Unesco declar¨® en 1950 que raza, biol¨®gicamente, solo hay una, la humana. Tras consultar con psic¨®logos, bi¨®logos, soci¨®logos y antrop¨®logos, describi¨® cualquier otra connotaci¨®n en torno al color de nuestra piel como un ¡°mito¡±. En ese caso, el esc¨¢ndalo sobre Dolezal obliga a responder por qu¨¦ se sigue distinguiendo a las personas en funci¨®n del color de su piel y a admitir que muchas disparidades socioecon¨®micas que perviven hoy en EE UU han desaparecido de las leyes, pero no de la realidad.
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