Una violaci¨®n m¨²ltiple aviva en Brasil el debate de la rebaja de la edad penal

¡°A las cuatro de la tarde llegaron cuatro chicas para sacarse fotos. Ad?o les apunt¨® con un arma¡±. Un menor de edad empieza as¨ª, con frialdad, el relato de la violaci¨®n colectiva de cuatro adolescentes que tiene horrorizado a Brasil. Las amigas fueron brutalmente golpeadas, tiradas desde lo alto de una colina y abandonadas a su suerte el pasado 27 de mayo en una zona rural de Castelo do Piau¨ª, al norte del pa¨ªs. Una de ellas muri¨® y las otras est¨¢n gravemente heridas. Cuatro adolescentes (de 15, 16 y 17 a?os) y un adulto est¨¢n siendo investigados por su participaci¨®n.

La brutalidad del crimen ha avivado el debate sobre la responsabilidad penal de menores en Brasil, cuya modificaci¨®n para inculpar a mayores de 16 a?os se discute actualmente en el Congreso. La Constituci¨®n brasile?a estipula hoy que los menores de 18 no van a la c¨¢rcel, sino a centros especializados dependientes del sistema educativo brasile?o, escapando a las esferas de la justicia com¨²n.

En el caso de la violaci¨®n m¨²ltiple en Castelo do Piau¨ª, los menores confesaron y fueron detenidos, convirti¨¦ndose en autom¨¢tico objeto de repudio social y de amenazas. No sucede lo mismo, parad¨®jicamente, con Ad?o Souza (39 a?os), el adulto del grupo, responsable por idear y ejecutar el crimen. Est¨¢ acusado de homicidio, tentativa de homicidio y violaci¨®n. Puede pasar hasta 30 a?os en una de las superpobladas c¨¢rceles brasile?as, normalmente con condiciones precarias y bajo el dominio de grupos de crimen organizado. Souza tiene posibilidades, tambi¨¦n, de acabar cometiendo el mismo crimen por el que fue detenido cuando salga en libertad: los ¨ªndices de reincidencia en el sistema carcelario de Brasil giran en torno al 70%, frente al 30% de quienes pasan por el sistema socioeducativo.

No es la primera vez que un delito grave y extremadamente violento marca la discusi¨®n p¨²blica sobre criminalidad juvenil .El 8,75% de los cr¨ªmenes cometidos por menores de edad (unos 3.000 de 23.1000) son graves, seg¨²n datos de 2013 analizados por el Instituto de Encuestas Econ¨®micas Aplicadas.

En el caso del crimen de Piau¨ª es especialmente relevante por el momento pol¨ªtico en el que sucede, por la enmienda que se discute sobre la materia y porque el Congreso, dominado mayoritariamente por grupos muy conservadores, aprobar¨¢, probablemente, en los pr¨®ximos meses una rebaja de la edad penal en Brasil. La raz¨®n que aducen estos grupos conservadores para esta rebaja es la pretendida reducci¨®n de la criminalidad acabando con la impunidad de la que gozan estos j¨®venes. Muchos juristas, por el contrario, consideran la propuesta inconstitucional ya que la edad de responsabilidad penal (18 a?os) es una cl¨¢usula inamovible de la Constituci¨®n. No obstante, el proyecto fue admitido a tr¨¢mite en marzo y aprobado, este mi¨¦rcoles, por una comisi¨®n especial de la C¨¢mara de Diputados. Ahora debe ser sometido a votaci¨®n por el pleno, antes de pasar al Congreso. Si ¨¦ste lo aprueba, no necesitar¨¢ de la sanci¨®n de la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, que es contraria a la medida. Entrar¨¢ en vigor inmediatamente.

Las organizaciones de defensores de los derechos de la infancia subrayan que el 70% de los pa¨ªses del mundo fija la edad penal en 18 a?os. Seg¨²n ellos, la medida puede tener exactamente el efecto contrario al que esperan los brasile?os (el 87% est¨¢ a favor de la rebaja, seg¨²n una encuesta de este a?o del Instituto Datafolha). Muchos destacan, adem¨¢s, que los menores son m¨¢s v¨ªctimas de la violencia que responsables por ella. M¨¢s de 33.000 brasile?os de entre 12 y 18 a?os fueron asesinados entre 2006 y 2012.

Una de las voces m¨¢s cr¨ªticas con la reforma es la de Gary Stahl, representante de Unicef en Brasil. Stahl ve con preocupaci¨®n la ¡°simpleza del pensamiento¡± de quienes defienden que la propuesta funcionar¨¢. ¡°Creen que la violencia va a disminuir milagrosamente. Lo que ignoran es que poner la mayor¨ªa de edad penal en los 18 no es aleatorio, tiene bases cient¨ªficas, a partir de estudios sobre el desarrollo del cerebro. Un adolescente que va a la c¨¢rcel va a una escuela del crimen. La criminalidad tiene todo a su favor para aumentar¡±, opina.