¡°Ir¨¦ a La Haya andando si hace falta¡±

La familia Baker ha convertido una habitaci¨®n de su casa en el barrio del puerto de Gaza en un oratorio. En la oscuridad de la temprana noche se entrev¨¦n los retratos de Zakar¨ªa, de 10 a?os; de Jaled, de 9, de Ismail, de 11, y de Mohamed, de 12, a quienes seg¨²n la reciente versi¨®n oficial israel¨ª, la aviaci¨®n de combate confundi¨® con milicianos de Ham¨¢s.

Todos eran miembros del clan Baker, una estirpe de pescadores que parece tan antigua como el cercano Mediterr¨¢neo. Hamed Baker, de 56 a?os y padre de Zakar¨ªa, fuma sin parar junto a su hermano Mohamed, de 53 y padre de Ismail. No parecen quedarles ya muchas l¨¢grimas 10 meses despu¨¦s de la tragedia.

¡°Ahora que se aproxima Ramad¨¢n las mujeres y los ni?os de la casa est¨¢n muy nerviosos¡±, intentaba justificarse la semana pasada Hamed con aire distante. ¡°Les echan tanto de menos¡±.

Los dos hermanos no esperaban que Israel fuera a autoinculparse por la muerte de los cuatro ni?os cuando anunci¨® su informe. ¡°Solo confiamos en la justicia internacional. Nosotros ya hemos prestado testimonio ante organizaciones de derechos humanos de Gaza para que lo env¨ªen a la Corte Penal Internacional¡±, explica el patriarca de los Baker. ¡°Pero confiamos mucho m¨¢s en que sean tenidas en cuenta las declaraciones de los periodistas internacionales que se encontraban en la zona. Su palabra tendr¨¢ mucho m¨¢s peso que la nuestra¡±.

La playa donde murieron los muchachos est¨¢ bordeada por varios hoteles frecuentados por los reporteros extranjeros, como el Beach o el Al Deira. ¡°Mire, ah¨ª est¨¢ todav¨ªa el contenedor abandonado donde los chicos intentaron ocultarse¡±, explicaba m¨¢s tarde en la terraza del hotel Al Deira uno de los camareros que trat¨® de auxiliar a los ni?os.

Los hermanos Baker siguen fumando y bebiendo caf¨¦ turco mientras desgranan condenas hacia Israel, que apenas les permite faenar en las inmediaciones de la costa de Gaza para dar de comer a su prole. ¡°Hace poco dispararon contra nuestra barca¡±, asegura Hamed. Luego siguen con invocaciones al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a los jueces de la Corte Penal Internacional. ¡°Ir¨¦ hasta La Haya aunque sea andando¡±, dice Mohamed Baker tras salir de un largo silencio con la mirada perdida en el retrato funerario de su hijo de 10 a?os, acribillado por un misil israel¨ª el 16 de julio del a?o pasado cuando jugaba al f¨²tbol con sus primos.