Violencia, yihad, Latinoam¨¦rica
Una salida negociada ¡ª'a la latinoamericana'¡ª no parece viable frente al Estado Isl¨¢mico
Uno de los principales focos de la atenci¨®n mundial est¨¢ en la sucesi¨®n de terribles actos de violencia del Estado Isl¨¢mico (EI) en distintos lugares. El horror del que hicieron gala hace una semana en T¨²nez, Kuwait o Par¨ªs segu¨ªa al asesinato en la misma semana de 16 presuntos esp¨ªas difundido en cuidadoso registro cinematogr¨¢fico nunca antes visto.
El EI avanza en su expansi¨®n de intolerancia y en su capacidad de reclutamiento. Controla directamente un ¨¢rea del tama?o de Italia en la que viven m¨¢s de 10 millones de personas y tiene presencia global a trav¨¦s de salvajes atentados y de una moderna y eficiente estrategia de comunicaci¨®n. Mientras, las respuestas militares y pol¨ªticas no est¨¢n funcionando.
El EI controla directamente un ¨¢rea del tama?o de Italia
El horror que impulsa el siniestro califa Abu Bakr al-Baghdadi supera lo m¨¢s dantesco de lo ocurrido en muchas d¨¦cadas en el mundo. Desmoronamiento de Estados, sustituidos por otro en torno a una religi¨®n (sunita radical); un proceso as¨ª no tiene nada de comparable en la historia latinoamericana. Acaso s¨®lo podr¨ªa serlo un tel¨®n de fondo m¨¢s general: la percepci¨®n, muchas veces presente, de una violencia en espiral ascendente, en un callej¨®n sin salida y con la paz ilusoria.
De la experiencia de las violencias latinoamericanas de la segunda parte del siglo XX se fue extrayendo un variado abanico de respuestas, con componentes m¨¢s creativos, que permitieron a veces encontrar rutas de salida. Nada desde?able, por cierto, fueron las salidas negociadas a la guerra interna, como fue el resultado exitoso en centroam¨¦rica en la d¨¦cada de los noventa. Si bien una salida negociada ¡ªa la latinoamericana¡ª no parece viable frente a la yihad del EI, hay otras dos din¨¢micas, que acabaron funcionando, luego de la previa experiencia del fracaso, de la que se puede extraer no recetas, sino una valiosa experiencia a tener en cuenta.
?Qu¨¦ salida se ofrece a los miles de nuevos y potenciales reclutas que capta cada mes el EI?
En primer lugar, la inteligencia como factor decisivo: separar el grano de la paja orientando las operaciones militares y policiales hacia las cabezas de la violencia y no a actores secundarios o a inocentes. Cost¨® aprender que el solo uso de la fuerza no lograba la paz y que facilitaba el reclutamiento. La experiencia peruana es ilustrativa: la guerra total de los ochenta no s¨®lo fue terrible sino b¨¢sicamente inoperante. Fue la captura del cabecilla y la c¨²pula de Sendero Luminoso en los noventa, en base a la inteligencia, lo que llev¨® a la derrota del senderismo. ?Drones a 20.000 pies de altura o tropas iraqu¨ªes chiitas, torpes y desmoralizadas, pueden lograr algo trascendente?
En segundo lugar, plantearle salidas a gente incorporada a la violencia. Algo que fue decisivo en la experiencia peruana fueron los senderistas arrepentidos. No s¨®lo porque con ello se secaba parte de la base social senderista quit¨¢ndole el agua al pez, sino por la informaci¨®n crucial que muchas veces aportaban. Gente joven, arrastrada por la espiral de violencia y que buscaba una forma de salir de ello, al encontrar una alternativa puede ser fundamental para reducir y eliminar el terror.
En esto tiene que ver mucho los caminos que se plantean y lo que se juega a trav¨¦s de redes sociales y otra suerte de medios masivos. En ello, el EI, con eficiencia y modernidad, est¨¢ ganando la batalla. Y, con ello, una capacidad de reclutamiento entre j¨®venes que parece inc¨®lume. ?Qu¨¦ salida se ofrece a los miles de nuevos y potenciales reclutas que capta cada mes el EI? ?Modelo latinoamericano a replicar? Nada que ver. Pero si ¨¢reas a considerar mientras el EI va ganando en el terreno de la ofensiva armada y de la informaci¨®n. No ser¨¢ principalmente con drones ni con inoperantes fuerzas de combate iraqu¨ªes locales que el curso de las cosas podr¨¢ variar.
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