La fuga de El Chapo desata un vendaval pol¨ªtico en M¨¦xico
La falta de respuesta oficial que explique la huida del l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa ha desencadenado una crisis de confianza
M¨¦xico vuelve a desconfiar. Cuando el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto, tras los buenos resultados de las elecciones de junio, parec¨ªa surcar aguas m¨¢s tranquilas, se ha visto sorprendido por la esperp¨¦ntica fuga de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, El Chapo, uno de los mayores narcotraficantes del planeta. Oposici¨®n, intelectuales y gran parte de la ciudadan¨ªa se preguntan en voz alta c¨®mo es posible que el enemigo p¨²blico n¨²mero uno pudiese escapar de la prisi¨®n m¨¢s segura de M¨¦xico saliendo tranquilamente por el suelo de la ducha, a trav¨¦s de un t¨²nel de 1.500 metros con luz, ventilaci¨®n y hasta escaleras. La falta de respuesta oficial ha desencadenado una crisis de confianza, cuya mezcla de desencanto y verg¨¹enza extrema, guarda un notable aire de familia con la herida abierta por la noche de Iguala.
La trampilla que cerr¨® El Chapo cuando se dio a la fuga ha dejado atrapado al Gobierno mexicano. Mientras no se detenga al criminal, ninguna salida es f¨¢cil. La bola de nieve amenaza con aumentar d¨ªa a d¨ªa. Y pocos conf¨ªan en que la captura del escurridizo narco pueda ser r¨¢pida. La ¨²ltima vez que huy¨®, corrompiendo a los funcionarios de un presidio de m¨¢xima seguridad, tard¨® 13 a?os en ser arrestado. Esta impunidad se ve agravada por la falta de una reacci¨®n contundente. ¡°Si el presidente no despide a altos cargos, pagar¨¢ un coste pol¨ªtico muy alto¡±, indica el analista Rub¨¦n Aguilar.
La maniobra no es f¨¢cil. El presidente es v¨ªctima de sus propias palabras. En los d¨ªas de euforia que siguieron a la detenci¨®n de El Chapo, en febrero de 2014, afirm¨® p¨²blicamente que era ¡°responsabilidad del Gobierno que la fuga de El Chapo nunca m¨¢s se volviese a repetir¡±. En otra vuelta de tuerca, incluso asegur¨® que diariamente le preguntaba a su secretario de Gobernaci¨®n, Miguel ?ngel Osorio Chong, si lo ten¨ªa ¡°bien vigilado y seguro¡±. Las declaraciones se han vuelto ahora en su contra. Con el veneno a?adido de que impactan en el mascar¨®n de proa de su pol¨ªtica de seguridad, la captura de grandes jefes criminales, un terreno en el que hab¨ªa cosechado sonados ¨¦xitos.
¡°La huida de El Chapo golpea en la l¨ªnea de flotaci¨®n de esta narrativa del Gobierno. Pero tambi¨¦n desnuda la debilidad institucional del aparato de seguridad. No es un problema de partido, sino de que las instituciones est¨¢n podridas. Algo como lo que ha ocurrido, solo puede darse con complicidad a altos niveles¡±, afirma el experto en seguridad y antiguo alto cargo del servicio de inteligencia mexicano, Alejandro Hope.
El vendaval alcanza al presidente cuando estaba enfrascado en una intensa agenda diplom¨¢tica. Hace dos semanas recibi¨® al Rey de Espa?a, en su primera visita de Estado a un pa¨ªs latinoamericano, y el domingo acababa de aterrizar en Francia para un viaje oficial de gran calado. Dos momentos estelares que deb¨ªan dejarle buenos r¨¦ditos de imagen, pero que la evasi¨®n ha convertido en asuntos marginales. Pese a ello, Pe?a Nieto ha hecho o¨ªdos sordos a las peticiones de la oposici¨®n, encabezadas por el l¨ªder de Morena y excandidato presidencial, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, de que regrese inmediatamente a M¨¦xico. ¡°Vuelva presidente. Hay que cuidar la imagen de M¨¦xico y no quedar como el hazmerre¨ªr¡±, dijo L¨®pez Obrador.
La negativa presidencial entra en los usos diplom¨¢ticos habituales y se inscribe en el conocido argumento de que la pol¨ªtica exterior de un pa¨ªs no la puede fijar un delincuente. Pero la ausencia del jefe del Estado en una naci¨®n convulsionada supone un coste. Sin un liderazgo claro, la crisis corre el riesgo de agrandarse. Para evitar este efecto, Pe?a Nieto, que ha reconocido que la fuga es una ¡°afrenta al Estado¡±, ha enviado a apagar el fuego a su mano derecha, el secretario de Gobernaci¨®n, tambi¨¦n de viaje en Francia.
La figura de Chong baila en la cuerda floja. Aunque es el responsable m¨¢ximo de la pol¨ªtica de seguridad nacional hasta la fecha hab¨ªa salido indemne de los embates. En el caso Ayotzinapa, con sus 46 estudiantes asesinados, puso como fusible al procurador general, Jes¨²s Murillo Karam, quien al final tuvo que cambiar de puesto. Ahora, sin embargo, todo el aparato el¨¦ctrico de la tormenta se acumula sobre su cabeza. Y la oposici¨®n no ha hecho m¨¢s que empezar a batir los tambor.
El PAN, la fuerza hegem¨®nica de la derecha, agita la bandera de la ¡°verg¨¹enza internacional¡±. ¡°Este hecho marcar¨¢ el sexenio de Pe?a Nieto, que hab¨ªa presumido de esta captura como uno de los logros m¨¢s importantes de su Administraci¨®n y que hab¨ªa asegurado que ser¨ªa imperdonable que se volviera a fugar. Y ah¨ª est¨¢. Muy r¨¢pido se la cobra el tiempo. Los mexicanos no se la van a perdonar¡±, afirm¨® el coordinador parlamentario del PAN, Marcelo Torres.
Un paso m¨¢s dio el mayor partido de la izquierda, el PRD. ¡°No es cre¨ªble que las ¨¢reas de inteligencia y las autoridades penitenciarias no se hayan percatado de los preparativos de la fuga, cuando es obvio que requiri¨® recursos, planeaci¨®n, tiempo, personal, ingenier¨ªa y maquinaria. Tiene que haber contado con la complicidad de altos funcionarios¡±, se?al¨® el coordinador del PRD en la C¨¢mara de los Diputados, Miguel Alonso Raya.
En este ambiente crispado, la capacidad de Chong para superar la crisis es vista con distancia. Muchos reconocen que es un hombre de la m¨¢xima confianza de Pe?a Nieto, un desatascador nato de conflictos, pero que ahora est¨¢ atrapado en un laberinto cuya ¨²nica salida pasa por capturar al hombre m¨¢s buscado del planeta. Alguien que nadie, de momento, sabe donde est¨¢.
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