Grecia firma el acuerdo m¨¢s exigente

La eurozona ha forjado este lunes un acuerdo dur¨ªsimo con Grecia: tras 17 horas de negociaci¨®n en las que el euro estuvo al filo de la ruptura, Atenas acept¨® duras condiciones a cambio de un tercer rescate por tres a?os, que ascender¨¢ a un m¨¢ximo de 86.000 millones ¡ªaunque lo probable es que sean en torno a 50.000¡ª y que le obliga a acometer un plan de recortes y reformas mucho m¨¢s exigente del que los griegos rechazaron en refer¨¦ndum hace s¨®lo unos d¨ªas. El Gobierno alem¨¢n fue incluso m¨¢s all¨¢: forz¨® ese pacto con la amenaza de un mecanismo de expulsi¨®n temporal del euro, que finalmente se retir¨®, pero que cambiar¨¢ radicalmente la fisonom¨ªa de la eurozona en las pr¨®ximas crisis. La salida del euro ha dejado de ser un tab¨².

Europa forzar¨¢ finalmente a Atenas a aplicar terapia de choque ¡ªotra dosis de recortes y sobre todo reformas¡ª, a la que el Gobierno heleno se resist¨ªa con u?as y dientes. Y da carpetazo as¨ª, por el momento, al en¨¦simo cap¨ªtulo de la crisis griega. Pero a cambio la Uni¨®n se deja varios jirones de credibilidad: la amenaza de Alemania de expulsar temporalmente a Grecia del euro supone un cambio de r¨¦gimen en Europa. El euro se hace mayor: ha dejado de ser irreversible. Y los analistas apuestan a que ese dilema entre cumplir las normas o salir del euro, expuesto crudamente por el ministro alem¨¢n de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, en el momento cr¨ªtico del marat¨®n de negociaciones, reaparecer¨¢ en la pr¨®xima crisis, que bien puede ser otro cap¨ªtulo de la saga griega si el rescate no termina de funcionar.

El riesgo de la teor¨ªa de Sch?uble: los mercados empezar¨¢n a computar ese escenario como posible en el mismo momento en que aparezca la siguiente crisis. ¡°Se trata de un precedente muy peligroso para Europa¡±, reconoci¨® a este peri¨®dico Marcel Fratzcher, presidente del think tank alem¨¢n DIW, uno de los m¨¢s influyentes en la canciller¨ªa.

Ese mecanismo de salida autom¨¢tica provoc¨® chispas entre el jefe del BCE, Mario Draghi, y Sch?uble durante el fin de semana. La tensi¨®n fue m¨¢xima por varios motivos: la salida temporal del euro no fue el ¨²nico elemento controvertido en la interminable negociaci¨®n con Grecia, que deja patentes las cicatrices entre los pa¨ªses ¡ªcon graves diferencias entre Francia y Alemania, cuyo liderazgo es cada vez m¨¢s incontestable a pesar de los esfuerzos de Par¨ªs¡ª e incluso entre los pa¨ªses y las instituciones.

La idea alemana de activar un fondo de privatizaciones que sirva como aval del rescate, bajo supervisi¨®n europea, estuvo a punto de llevarse por delante el acuerdo por las resistencias de Alexis Tsipras. El primer ministro lleg¨® a poner en peligro el acuerdo por el dise?o alem¨¢n de ese fondo, que Tsipras interpret¨® como una humillaci¨®n innecesaria. El jefe del Ejecutivo heleno acept¨® legislar en 48 horas las medidas m¨¢s urgentes, y acat¨® que deber¨¢ dar una vuelta de tuerca adicional a la reforma laboral, a las pensiones y a otros muchos asuntos que sus conciudadanos rechazaron en refer¨¦ndum el pasado 5 de julio. Pero trat¨® por todos los medios de suavizar las condiciones relativas a ese fondo, que acab¨® convertido en el nudo gordiano que imped¨ªa sellar el pacto.

Alemania quer¨ªa que Grecia pusiera ah¨ª todos sus activos vendibles, para cuadrar un importe de 50.000 millones de euros que permita que los europeos se rasquen algo menos el bolsillo. Merkel presion¨® mucho para que la cifra no se rebajara un solo euro. ¡°Si acepto eso tengo que irme a otro pa¨ªs¡±, espet¨® Tsipras. La cuerda estuvo a un paso de romperse en ese momento. Una llamada del vicecanciller alem¨¢n, Sigmar Gabriel, suaviz¨® la posici¨®n de Merkel. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, exigi¨® seguir con las conversaciones. El italiano Matteo Renzi apunt¨® que la cantidad era excesiva. Pero Draghi fue quien se sac¨® de la chistera una soluci¨®n de compromiso: finalmente ese fondo permitir¨¢ recapitalizar los bancos, adem¨¢s de recapitalizar deuda en funci¨®n de la evoluci¨®n del PIB.

El acuerdo para el tercer rescate, sin embargo, deja todav¨ªa una inc¨®gnita may¨²scula: c¨®mo acordar la financiaci¨®n puente para los problemas m¨¢s urgentes, como los pagos al BCE el 20 de julio (3.300 millones) y en agosto. Seg¨²n las fuentes consultadas, eso se ver¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas: si Grecia aprueba de veras leyes por la v¨ªa de urgencia, los ministros dar¨¢n una se?al para que haya cierto margen con los beneficios procedentes de las operaciones con deuda griega, y el BCE podr¨ªa ampliar los l¨ªmites para que el Tesoro griego emita algo m¨¢s de deuda a corto plazo.

Al final, el ultim¨¢tum fue alem¨¢n. Grecia se vio obligada a hacer m¨¢s reformas. Tsipras acepta la tutela de las instituciones anteriormente conocidas como troika hasta mediados de 2018: pr¨¢cticamente, durante todo su mandato. Y el fondo de privatizaciones es pr¨¢cticamente un aval que debe poner Grecia para que los socios europeos le concedan una nueva oleada de pr¨¦stamos subvencionados. Tsipras no lo tendr¨¢ sencillo en casa: el acuerdo le permitir¨¢ reabrir los bancos en breve, y sobre todo cumplir con la promesa de obtener una reestructuraci¨®n de la deuda a trav¨¦s de la ampliaci¨®n de los plazos.

Fin del tab¨²

Cuando arranc¨® la crisis, Alemania estaba convencida de que solo la presi¨®n del mercado pod¨ªa provocar que los pa¨ªses del euro hicieran reformas y ajustes: la respuesta tibia de las instituciones europeas, inspirada en esa idea alemana, caus¨® un enorme estr¨¦s financiero y una sucesi¨®n de crisis pol¨ªticas. Berl¨ªn fue este lunes un paso m¨¢s lejos en su estrategia: cambi¨® de facto la fisonom¨ªa de la eurozona en la negociaci¨®n del acuerdo con Grecia. La salida del euro deja de ser tab¨².

Berl¨ªn insisti¨® en incluir en las conclusiones del Eurogrupo un mecanismo de salida temporal del euro para los pa¨ªses que desaf¨ªan las reglas. ¡°El nuevo patr¨®n de comportamiento de la gobernanza econ¨®mica de la eurozona se acaba de escribir en Bruselas: acepta las normas alemanas o vete¡±, dijo Paul de Grauwe, de la London School of Economics.